La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su repudio y preocupación por los hechos ocurridos el día 19 de julio de 2014 en la localidad de Posadas, provincia de Misiones, que culminó con la muerte Carlos Raúl Guirula por parte de once policías de la provincia.

Señor presidente:

Los hechos denominados apremios ilegales seguida de muerte por parte de la fuerza de seguridad de la provincia de Misiones se enmarcan en una clara violación de los Derechos Humanos, derechos garantizados por la Constitución argentina y los quebrantamientos a ellos se encuentran penados por nuestro cuerpo legal.

Estos actos de violencia injustificada por parte de la policía provincial merecen ser castigados con todo el peso de la ley, por personificar una conducta repudiable e inaceptable en nuestra sociedad. No se debe perder de vista que los agentes policiales al actuar uniformados actúan con la prerrogativa del poder público, por lo cual, cualquier acto de omisión a estos excesos significan una violación de las garantías constitucionales por parte del Estado.

El día 19 de julio de 2014 a horas de la madrugada el joven de 33 años, Carlos Raúl Guirula, recibió por parte de once policías de la provincia de Misiones una brutal golpiza, que culminó con la muerte de la víctima. Las agresiones iniciaron alrededor de las tres de la madrugada frente a un hotel transitorio ubicado en las calles Andresito y Santa Catalina de la ciudad de Posadas, capital de la provincia, donde los uniformados lo detuvieron y estando en la camioneta policial, reducido y esposado lo sometieron a una ronda de golpes.

La autopsia reveló que la víctima fue literalmente molida a golpes hasta fallecer por la presión del hundimiento del tórax, la rotura de costillas y la perforación de pulmones.

Luego los policías provinciales se trasladaron a la Comisaría Decimotercera, donde los uniformados comenzaron a lavar la camioneta donde habían masacrado a golpes a Guirula, en un intento de encubrir el crimen.

El día sábado 19 por la noche, las pruebas con luminol fueron contundentes: sangre y huellas de arrastre en la caja y en la tapa de la Hilux, Toyota, que fue utilizada por los uniformados para trasladar a la víctima desde el hotel transitorio hasta la comisaría, y que también fue la escena de muerte.

La brutalidad policial que se denuncia no puede quedar impune, la sociedad entera y todos los agentes del Estado provincial y nacional debemos repudiar estos actos. Estas personas en su calidad de agentes policiales no pueden abusar de su condición y por descargar su ira llegar a la muerte a un supuesto "detenido". Todas nuestras fuerzas desde la vuelta a la democracia se encuentran en erradicar estas acciones de todos los estamentos de las fuerzas de seguridad del Estado.

Por lo brevemente aquí expuesto, solicito a mis pares su acompañamiento en este Proyecto de Resolución.