La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional, para que a través de los organismos competentes responda el siguiente cuestionario:

1) Estado actual del proyecto de Autovía Río Cuarto-Córdoba.

2) Causas por las cuales no se licitaron la obras de autovía Río Cuarto-Holmberg, incluidas en los presupuestos del último quinquenio.

Señor presidente:

En 2008, la Presidente de la Nación, Cristina Fernandez de Kirchner, anunció en un acto la puesta en marcha de la autovía Río Cuarto-Córdoba, obra prometida repetidas veces durante la administración de su difunto esposo. Valga recordar aquellas palabras. "Esta obra de iniciativa privada, 415 millones de pesos, para mejorar el camino que los cordobeses y no cordobeses también van a transitar entre Río Cuarto y la ciudad de Córdoba, es una ruta que inclusive une hasta Alta Gracia y que va a significar no solamente el ahorro de tiempo de quienes transiten la ruta, sino también bajar los niveles de peligrosidad porque no se va a tener que ingresar a los distintos pueblos que están a la vera de la ruta y que obviamente el ingresar a zonas más pobladas, más transitadas, plantea situaciones de vulnerabilidad en materia de seguridad vial que esta obra va a obviar. Y que se une junto a la importante obra que estamos haciendo en la ruta 9, la Autovía que une la ciudad de Córdoba desde Villa María inclusive hasta Rosario; también la ruta 14, todo, como decía recién el señor Ministro, prolija y planificadamente ignorado como todo lo que es positivo y que contribuye en definitiva a desarrollar y mostrarles a los ciudadanos la gestión que está haciendo no un gobierno sino fundamentalmente los ciudadanos, porque obvio que todo esto se hace con los tributos que pagan los argentinos. En este caso es una iniciativa privada, fondos que da un sector privado, pero en definitiva es eso".

Tanto el ex gobernador De la Sota, como el actual mandatario provincial y los intendentes de ambas ciudades cabeceras, insistieron repetidas veces en la concreción de la obra. Crucial, dado el continuo deterioro de la ruta y el incremento del tránsito. Asimismo se la incluyó repetidas veces dentro de los presupuestos nacionales aprobados por el Congreso Nacional. Sin embargo, hasta ahora, nada. Con el agravante que se continúa cobrando peaje para circular por un vía en mal estado y altamente peligrosa, que ya se ha cobrado múltiples vidas por accidentes que se pudieran haber evitado.

Al respecto, Señor Presidente, me permito reproducir un artículo publicado por el decano y más respetado periodista político de Río Cuarto y su región, el Señor Nicolás Angel Florio, titulado "La Autovía que no fue".

"Han pasado cinco años y la autovía Río Cuarto-Córdoba fue una promesa engañosa. Hay que unificar el reclamo de municipios y provincia. La inversión es ínfima frente al aporte que hace Córdoba a la Nación. La ruta que se iba a convertir en autovía entre Córdoba y Río Cuarto quedó en la nada. Sólo quedan en pie obras menores. ¿El proyecto se cayó o no existió?, este es el interrogante que surge a partir de distintas voces oficialistas y opositoras. Demasiadas explicaciones y polémicas para una obra anunciada hace un lustro y que no se ha concretado. Después de ese tiempo, la política se revela como un mal ejercicio de descompromiso social. Antes alcanzaba la palabra empeñada; hoy ni siquiera son garantía los proyectos presentados ni las actas firmadas.

Del lanzamiento de los trabajos pasaron cinco años que incluyeron el llamado a licitación por el sistema de iniciativa privada, la declaración de "interés nacional" de la obra por Néstor Kirchner durante su visita presidencial del l4 de diciembre de 2006 a Río Cuarto, la caída admitida del proyecto impulsada por el silenciado OCOVI, la adjudicación del primer by pass en Almafuerte como trabajo independiente, hasta la inclusión de una partida de sólo 26 millones de pesos en el

presupuesto 2009 para la reaparecida autovía, coronando un proceso frustrante que se ha convertido en una promesa de gobierno incumplida. En medio de estos cinco años también hubo una ratificación de los trabajos por parte de la presidente Cristina Fernández. En todos los casos los anuncios, licitaciones y ratificaciones anillaron una cadena de formulaciones desvirtuadas por los hechos.

La obra impactaba: tenía l77 kilómetros de longitud y costaría 720 millones, de los que el Estado ponía 420 e incluía "rectificación de curvas cerradas, construcción de trochas adicionales, ejecución de variantes en Coronel Baigorria, Alcira Gigena, San Agustín y Los Cóndores, además de evitar cruces por "travesías urbanas". El fin, era reducir en un tercio el tiempo que se emplea para unir Río Cuarto con Córdoba, dar seguridad vial para achicar drásticamente el número de accidentes, fomentar el turismo desde otras provincias y abaratar el transporte de pasajeros y de carga. Lo que se dice un proyecto ideal.

Se cayó el sistema de iniciativa privada con Eduardo Eunerkian porque el gobierno le negó un crédito del Anses para hacer la obra y no aceptó después una contraoferta de triplicar el peaje - porque los números no le cerraban al empresario amigo-.y se anunció que Vialidad Nacional se hacía cargo del proyecto. Para el presidente de Vialidad Nacional, Nelson Pierotti, según denunció en una conferencia de prensa la diputada Griselda Baldatta, el proyecto" nunca existió"

Esta afirmación del funcionario consta en un copia taquigráfica de su exposición en la Comisión de Obras Públicas de la Cámara Baja, donde fue interrogado por la legisladora. Horas más tarde, Raúl Daruich, jefe del distrito Córdoba de la DNV, ratificó el concepto.

Se hicieron las rotondas en la Ruta A005 que mejoraron su seguridad. Habían sido prometidas por el gobierno nacional pero la autovía hoy por hoy sólo tiene una diminuta expresión: el inicio de la obra del perilago del Dique Piedras Moras.

Al comienzo de esta historia, el 27 de septiembre del 2005, fui periodista testigo de la presentación del proyecto por el sistema de iniciativa privada del Grupo Eurnekian al ex presidente Néstor Kirchner y al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, junto al gobernador José Manuel De la Sota, el intendente de Córdoba, Luis Juez y el jefe comunal local, Benigno Antonio Rins

Esta obra esta caída pero eran las vísperas de las elecciones legislativas de medio término de octubre de ese año, donde el oficialismo obtuvo en el país el 40% de los votos, y remontaba el 22% en primera vuelta del 27 de abril de 2003.También mejoraba su perfomance Kirchner en Córdoba, que se había ubicado como candidato en quinto lugar, dos años atrás.

Lo demás es conocido pero sin duda la autopista anunciada influyó en muchos votantes cordobeses. Políticas de Kirchner como la de Derechos Humanos, el desplazamiento de la "mayoría automática" de la Corte Suprema, la estrategia de la confrontación con empresas que subían precios de los combustibles como la Shell, convocaron adhesión y reconstruyeron el principio de autoridad desaparecido durante el gobierno de Fernando De la Rua. Después, todo cambió y la autoridad devino en autoritarismo.

Lo cierto es que el principal camino provincial para unir la capital con la ciudad más importante del interior, por ahora, comprende obras menores, pero hoy no tiene destino de autovía.

Por ahora, es sólo una ruta más de Córdoba, conservada insatisfactoriamente por

el sistema del peaje -según testimonios de quienes la usan- pero con un recorrido retardado por las travesías urbanas en las que conductores sin distingos violan velocidades máximas, sobrepasan otros vehículos en la doble línea amarilla, o se adelantan imprudentemente cuando les antecede una larga fila que demora su marcha por falta de otra mano paralela.

La imprudencia no se justifica porque haya una ruta común para una circulación de varias décadas atrás pero la importancia creciente del tránsito actual entre ambas ciudades, obliga a convertirla en una travesía segura para automovilistas, transportistas y vecinos de los pueblos que recorre, sin perjuicio de consensuar el trazado con sus autoridades y pobladores para no desactivarlos económicamente.

La recreación de la Policía Caminera, según la estadística oficial, ha disminuido la irresponsabilidad en las rutas provinciales y en consecuencia se ha reducido el número de accidentes pero es una ecuación forzada. La circulación moderna en un país dilatado donde se desguazó el servicio de trenes de pasajeros, exige una estructura caminera que facilite una comunicación fluida, reduzca los riesgos de la circulación del autotransporte de carga -un tercio de las unidades que circulan- con relación a la de autos particulares, y del autotransporte de pasajeros como ocurre en las naciones más avanzadas, y que limite el número de víctimas.

Si se comparan los 40 años que demandó la construcción de la autopista Córdoba-Rosario, cuyo último tramo entre Leones y el límite con Santa Fe será inaugurado el 20 de diciembre, cinco desde el anuncio para la autopista que por hoy se limita a un by pass iniciado, no pareciera demora sorprendente.

Tal es la lentificación del Estado. Tampoco hay que olvidar que el proyecto de autovía caído, preveía un tiempo increíble de ejecución de 30 años, según constaba en el proyecto de iniciativa privada. Será por eso que hay que justificar que han pasado cinco años de burocrática espera desde el anuncio ¿Tanto tiempo se da el Estado para todo? La política así, no es servicio.

El Estado es negligente para evitar la evasión impositiva y moroso para cumplir sus inversiones prometidas. Y hay que reconocerlo, no sólo es un mal de nuestro tiempo. Cuando hoy la Nación no tiene escuelas y hospitales a su cargo transferidas por Domingo Cavallo a las provincias, el Estado se lleva más del 50% de la renta neta de sus unidades agropecuarias, por citar un ejemplo. A mayor producción, mayor injusticia impositiva.

Además, tiene una concepción unitaria en el manejo de los recursos que provienen de las provincias, y convierte su redistribución en una política mezquina y desequilibrante. Según el propio gobernador Juan Schiaretti, Córdoba cede al Estado Nacional en retenciones, una suma similar a la mitad de su presupuesto, y vuelve sólo el 20%. Y retorna a destiempo. El dato fue suministrado durante la reciente muestra rural de Río Cuarto.

En la demora del proceso de inversión de la obra pública se diluye una política de desarrollo de un país carente de una red caminera que vertebre sus regiones, que haga más fluida su comunicación, mejore su seguridad vial y la calidad de vida de sus habitantes. La falta de este salto cualitativo nos separa de los países desarrollados y nos aleja más del primer mundo, en una Nación que posee abundantes recursos naturales, buen nivel de formación profesional y extenso territorio con variedad climática para la diversificación productiva.

El gobierno que administra el Estado, cualquiera sea su expresión institucional, debe ser más elástico, ejercer una subsidiaridad racional que acompañe al

mercado que produce, que favorezca la inversión y sacuda la morosidad de la obra pública. La sociedad espera que la administración del estado madure, que ralee el clientelismo y este más a su servicio".

Señor Presidente, la contundencia y claridad del texto nos exime de todo comentario. Promesas y más promesas, pero la nada absoluta a la hora de la realidad.

Tanto la Diputada Griselda Baldata, como quien suscribe, hemos presentado y fueron aprobados en su oportunidad por la H. Cámara, Proyectos de Resolución interrogando e instando al Poder Ejecutivo Nacional para que se solucionara el drama de circular por la ruta que une las dos principales ciudades de la Provincia de Córdoba. Sin embargo, hasta el momento, amén de excusas, floridos discursos para la tribuna y nuevas promesas, nada se ha realizado. Todo sigue igual, excepto el número de accidentes que se incrementan de manera exponencial.

Lo mismo ha ocurrido con una obra fundamental y cuyos costos son extremadamente bajos. La autovía Río Cuarto- Holmberg, de apenas 9 kilómetros de longitud. Huelga destacar que ha sido aprobada en los presupuestos del último quinquenio. Pero, ni siquiera se llamó a licitación. Como en el caso anterior, los accidentes se suceden unos tras otros, sin solución de continuidad, mientras que la respuesta del Poder Ejecutivo Nacional ha sido la misma: el silencio.

En ambos casos, podemos afirmar que estamos frente a un problema de desidia y mala voluntad por parte del Poder Ejecutivo Nacional.

Por estas razones y las que oportunamente ampliaremos en el recinto de la H. Cámara, es que solicitamos la aprobación del presente Proyecto de Resolución.