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PROYECTO DE TP


Expediente 5580-D-2011
Sumario: EXPRESAR RECONOCIMIENTO A RAQUEL LIBERMAN COMO LA PRIMERA LUCHADORA CONTRA LA TRATA DE PERSONAS EN NUESTRO PAIS.
Fecha: 16/11/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 174
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:


Su reconocimiento a Raquel Liberman como la primera luchadora contra la trata de personas en nuestro país, quien siendo una de las tantas víctimas de este flagelo tuvo el coraje de denunciar y llevar a juicio a los responsables de una de las organizaciones históricas que operaron en materia de trata con fines de explotación sexual en la República Argentina.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


El flagelo de la trata de personas con fines de explotación sexual en nuestro país adquiere una relevancia enorme. Puede afirmarse que su presencia constituye una amenaza sobre la cual el Estado, esto es, los tres poderes que conforman nuestro sistema republicano de gobierno, deben confluir y articular un abordaje coordinado de su problemática para encontrar las respuestas y soluciones que hoy nos faltan.
A su vez, es imposible efectuar un análisis actual de la situación de la trata con fines de explotación sexual, si previamente no ejercemos una mirada retrospectiva. Liminarmente es preciso señalar la existencia de dos sistemas legislativos antagónicos: uno reglamentarista y otro abolicionista de lo que en el futuro se conocería como una de las patas más importantes de la trata de personas: la prostitución o explotación sexual comercial.
El sistema legislativo reglamentarista nace el 5 de enero de 1875, con la promulgación de la primera ordenanza reglamentaria sobre la prostitución (prostíbulos y prostitutas) por la Comisión Municipal de Buenos Aires. Así, durante seis décadas Buenos Aires prohijó una prostitución reglamentada. La habilitación municipal de los burdeles se imponía al igual que la inscripción obligatoria de las prostitutas y el consecuente y forzado control médico periódico. La pretensión entonces era regular "la profesión más antigua del mundo" y evitar la sífilis. Empero, sobre todo el período comprendido entre los años 1920-1936, se caracterizara
por el progresivo aumento de la explotación de las mujeres en manos de rufianes y de la enfermedad venérea.
El 28 de julio de 1920, las autoridades municipales reiteraron por medio de una Ordenanza la vigencia de la libreta sanitaria y la inspección médica periódica. La reglamentación no cumplió con sus confesos propósitos. Por el contrario, patentizo su ineptitud profiláctica y un claro estimulo para la trata -entonces denominada- de blancas.
Este sistema sería reemplazado por su opuesto, el abolicionista; con la sanción de la ley 12.331 el 17 de diciembre de 1936, con vigencia para todo el territorio nacional. Esta ley ve la luz luego que la reglamentación de la prostitución, evidenciara su ineficacia. La ley llamada de Profilaxis de enfermedades venéreas, prohibía la existencia de casas o locales para el ejercicio de la prostitución y condenaba a los que poseían o las dirigían. Una vez más el socialismo, de la mano de Ángel M. Jiménez se ocupa del tema al igual que el diputado Padilla, por lo que ambos proyectos pasaron a comisión refundidos.
Por su parte, el tráfico de mujeres desde Europa Oriental hacia el Río de la Plata comenzó en los últimos años del siglo XIX. El sistema de captación es bien conocido: un agente de La Varsovia viajaba hasta las miserables aldeas del este de Europa y allí, guiado por alcahuetas a sueldo, ofrecía trabajo en Sudamérica. Otras veces se prometía matrimonio a las muchachas,
generalmente huérfanas o hijas de familias numerosas. Eran años de hambre y muchos padres se alegraban de desprenderse de una boca más a la mesa. A su llegada a Buenos Aires, la mujer "se casaba" en la sinagoga de la organización y a los pocos días comenzaba a ejercer la prostitución. En general, la mayoría de las inquilinas no podían protestar por su suerte. Desconociendo el castellano y recién llegadas de un ambiente rural y miserable, sus posibilidades de rebeldía eran -en la práctica- inexistentes.
La Zwi Migdal, tal la denominación que adoptara esta organización de tratantes de blancas y rufianes de origen polaco con participación rusa y rumana, conquista tenebrosamente un lugar en la historia criminal argentina. Operó en nuestro país desde 1906 hasta comienzos de la década infame bajo la pantalla "Sociedad Israelita de Socorros Mutuos Varsovia". El telón en cuestión, tenía personería jurídica concedida por la provincia de Buenos Aires, inscripta con sede en Avellaneda y 500 socios afiliados. Pero, la central de operaciones de lo que luego se daría en llamar mafia polaca, se encontraba en un palacio de Avenida Córdoba al 3200. Allí, un edificio de dos plantas cobijaba sinagoga, salón de fiestas, bar, comedor y sala de velatorios, entre otras dependencias. En el lugar, se hacían subastas de carne humana, según relató Gustavo Germán González , jefe de policiales del diario "Crítica" en su libro "El Hampa Porteña". Afirmó también que las mujeres, traídas a veces con falsas promesas de matrimonio, eran exhibidas desnudas y vendidas al mejor postor.
Una protesta del cónsul de Polonia hizo que en 1929 la entidad pasara a llamarse Zwi Migdal, en alusión al apellido de su primer presidente (Migdal). Sin embargo, otra versión revela que el nombre significa "gran fuerza" en idish.
La sociedad se escindió. En la Zwi Migdal quedaron los rufianes de origen polaco, mientras que los rusos y los rumanos se nuclearon en la Sociedad Israelita de Socorros Mutuos Aschkenasum. No obstante la buena relación entre los dos grupos permanecía incólume.
La Zwi Migdal es desnudada - en su accionar- ante la opinión pública de la mano y por el coraje de una de las tantas mujeres explotadas sexualmente en su red prostibular, extendida sobre todo por Capital Federal, Buenos Aires y Santa Fe. Es así que Ruchla Laja Liberman, inmigrante polaca, aunque nacida en Kiev (Rusia) en 1900- tal el verdadero nombre de Raquel Liberman, denuncia en el año 1929 la esclavitud a la que fuera sometida junto a muchas otras mujeres. Raquel Liberman fue una de las tantas mujeres que padeció el accionar de la prostitución organizada por la Zwi Migdal. La Varsovia tuvo que cambiar el nombre ante una denuncia del embajador polaco en Buenos Aires-. El ansia de libertad de Raquel la llevó a ahorrar peso sobre peso durante diez años de ejercer "el oficio". Sabiendo que muchos rufianes vendían a sus mujeres a otros prostíbulos convenció a un cliente amigo suyo para que efectuara una oferta por su persona. Ello así, y simulando ser vendida a otro prostíbulo, Raquel compró su libertad con su propio dinero.
Pese a que hasta ahí pudo sentir que había escapado del infierno, cometió un grave error al no abandonar la ciudad. En efecto, fijo un domicilio en el centro de Buenos Aires y adquirió una tienda de antigüedades. Su maniobra no tardó demasiado en ser descubierta. Y como si a la historia de Raquel Liberman no le sobraran argumentos para una novela, la organización apeló a la astucia para volver a recuperar a esa mujer que había osado desafiarla. En cieta oportunidad, Salomón Korn, hombre de la Migdal ingresó al negocio de Raquel interesándose en la compra de ciertos objetos. Volvió una y otra vez. Era un hombre alto, elegante y de buenos modos por lo que no tardó en seducir a la dama. Se casaron a las pocas semanas y en un lapso breve Raquel fue desposeída de sus bienes retornando al burdel de la calle Valentín Gómez, el mismo en el que había trabajado durante diez años. Este episodio la llenó de ira t entonces se dispuso a dar el paso más trascendente y comprometido de su vida, a esa altura, mayor al de su frustrado matrimonio. Fue así que recurrió al comisario Julio Alsogaray, "El loco", un
policía con fama de incorruptible quien le recibe la denuncia, lo que no es un dato menor para la época.
El comisario le preguntó si estaba dispuesta a testificar ante un juez. "Todo lo que usted quiera" fue la respuesta. La organización empleó de nuevo los halagos, las promesas y al fin amenazas de muerte. La polaca se mantuvo firme en sus convicciones. "Sólo se muere una vez, la denuncia no la retiro".
El 20 de mayo de 1930 el juez Rodríguez Ocampo, joven y no corrompido, ordenó el procesamiento y la captura de 108 miembros de la Migdal. Es la primera investigación contra los explotadores Raquel Liberman les había arruinado el negocio. El imperio de los tres mil burdeles se desplomó como un castillo de naipes.
Pese a este duro golpe a la organización, el dinero, poderoso caballero que todo lo puede consiguió la libertad de los encausados en poco tiempo. Así, en 1931, la Cámara de Apelaciones decidió que no podían comprobarse los abusos denunciados y procede a liberar a los detenidos 3. La mayor parte de los dirigentes fueron advertidos por la propia policía y se refugiaron en Uruguay. Los judíos bonaerenses hicieron todo lo posible por tapar la historia.
En cuanto a Raquel Liberman, murió pocos años después, en 1935, en el Hospital Argerich de Buenos Aires. La Zwi Migdal nunca pudo volver a ser reconstruida. Sólo queda un testigo mudo de la trama: el cementerio de Avellaneda, última morada de rufianes y hoy casi oculto por el abandono.
Señor Presidente, la historia se revela tan actual de no ser por los 79 años transcurridos. El poder del dinero que generan los burdeles sigue, como ahora, declamando la misma fortaleza e impunidad y esto, bajo un sistema democrático, constituye una afrenta a la madurez de nuestra sociedad
Paradójicamente, la prostitución hacia América del Sur es observada por un periodista francés, Albert Londres, quien en la década del 20 investiga una red mafiosa que traficaba prostitutas francesas hacia, -conforme ironizaba-, un país joven con moneda fuerte pero escaso de mujeres. Hablaba de Buenos Aires. Su libro que publica en 1927 se llamó "El camino de Buenos Aires" Más allá de la ironía y el humor negro de su obra, relató el hostigamiento y la miseria que imponían los rufianes polacos en sus burdeles. "La trata de blancas, la verdadera, son los polacos quienes la practican (...) Viven bajo una disciplina aceptada y servil".
La historia de Raquel Liberman constituye un ejemplo de lucha y valor frente a la adversidad. Cuando aún resta mucho por hacer para erradicar el flagelo de la trata de personas
con fines de explotación sexual, justo es reconocer su ejemplo, que debe guiarnos para no bajar los brazos y saber que nada se logra sino se ponen en juego verdaderas convicciones, el esfuerzo y la templanza, virtudes que enaltecen a las personas que como Raquel han trazado una huella.
Por todo lo expuesto, invito a mis pares, Señores Diputados de la Nación, a que me acompañen en el presente proyecto de declaración, con su tratamiento y aprobación.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
VAZQUEZ, SILVIA BEATRIZ BUENOS AIRES PARTIDO DE LA CONCERTACION - FORJA
STORANI, MARIA LUISA BUENOS AIRES UCR
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
FAMILIA, MUJER, NIÑEZ Y ADOLESCENCIA (Primera Competencia)