La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su más sentido dolor y tristeza por el fallecimiento de la Abuela de Plaza de Mayo Jorgelina "Coqui" Azzaro de Pereyra.

Señor presidente:

Jorgelina "Coqui" Azzaro de Pereyra, se unió a Abuelas de Plaza de Mayo tras el secuestro, ocurrido el 5 de octubre de 1977 en Mar del Plata, de su hija Liliana, quien se encontraba embarazada de cinco meses, y de su yerno, Eduardo Cagnola. La pareja estuvo detenida en la Base Naval de Buzos Tácticos local hasta que a ella la trasladaron a la ESMA para dar a luz. Lliliana estuvo cautiva en la "pieza de embarazadas" del centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica la Armada (ESMA) y que en febrero de 1978 "dio a luz a un niño al que llamó Federico".

Por medio de este proyecto queremos expresar nuestro más sentido pesar por ella que falleció el 31/9/15 en la ciudad bonaerense de La Plata, donde siendo una referente clave en la búsqueda de los niños apropiados durante la última dictadura cívico militar (1976-1983).

Durante la búsqueda de Liliana, Coqui y otras Abuelas platenses empezaron a buscar por los juzgados, comisarías, ministerios y casas cuna de toda la provincia, y así se iban encontrando con otras mujeres en su misma situación pero con ninguna respuesta.

En septiembre de 2008, luego de varias denuncias que daban cuenta de que un matrimonio tenía en poder a un posible hijo de desaparecidos, Coqui afortunadamente logró ubicar a su nieto. El equipo de investigación de Abuelas, junto a la Comisión Hermanos de HIJOS, logró ubicar de Federico y más tarde la Justicia ordenó la medida para obtener muestras de ADN del joven. El 9 de septiembre de 2008 se confirmó su verdadera identidad.

Un análisis genético confirmó la identidad del joven y, durante el juicio a sus apropiadores, la abuela afirmó que encontrarlo "fue lo más importante" que le había ocurrido. "No sólo por el amor que le tengo, sino porque desde que desapareció mi hija me juré que no iba a parar hasta encontrarlo", sostuvo.

Cinco años después, el Tribunal Oral Federal Nº 4 de la Ciudad de Buenos Aires condenó a los apropiadores de Federico, Cristina Mariñelarena y José Ernesto Bacca, y a su entregadora Inés Graciela Lugones -viuda de Guillermo Minicucci, jefe del centro clandestino El Vesubio-, a seis años de prisión. "No podían negar lo que estaba pasando, que a las mamás las mataban y a los chiquitos los robaban", declaró Coqui durante el juicio, refiriéndose a los apropiadores.

La Abuela "Coqui" Pereyra fue recordada por sus compañeras como una "Gran compañera y siempre dispuesta a dar una mano".

Por todo lo antes dicho, solicito a mis colegas que me acompañen con la firma en el presente proyecto.