La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su profunda preocupación por el secuestro y posterior ataque a un educador del Hogar Juan XXIII de la Obra Don Orione de Avellaneda, a quien se le exigió en el marco de golpes y amenazas el cese de su participación en la campaña "El Hambre es un Crimen" que lleva adelante el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo. Asimismo, expresar preocupación ante la reiteración de estos hechos de violencia contra los integrantes de la mencionada campaña.

Señor presidente:

El pasado 27 de septiembre un educador del Hogar Juan XXIII, de la Obra Don Orione de Avellaneda, fue secuestrado en la calle, introducido en un auto, golpeado, tajeado en todo el cuerpo, amenazado y posteriormente abandonado en las cercanías de la estación de Gerli, en la Provincia de Buenos Aires. El objetivo de este accionar manifestado por los agresores de este joven de 21 años que colabora con la campaña "El Hambre es un Crimen", organizado por el Movimiento Nacional de los Chicos del pueblo, es que deje de participar solidariamente en la mencionada campaña.

Lamentablemente no es la primera vez que hechos de esta naturaleza son sufridos por integrantes de las distintas organizaciones que integran la campaña "El Hambre es un Crimen". Ya hemos expresado nuestra preocupación con la presentación de otro proyecto en esta Honorable Cámara (Expte: 2188-D-2008), ante el ataque que sufrieran en abril de este año los profesores y alumnos de la escuela-taller gráfico Manchita, de la Fundación Pelota de Trapo, en la ciudad de Avellaneda, también integrantes de la campaña mencionada ut supra. En esa oportunidad el ataque se realizó exactamente una semana después del acto en la Parroquia Santa Cruz de la Ciudad de Buenos Aires donde se lanzó la campaña en la Ciudad de Buenos Aires. Asimismo, en la semana posterior al lanzamiento de la misma campaña en la ciudad de Mar del Plata fue secuestrado un joven de 16 años, a quien también golpearon y amenazaron luego de subirlo por la fuerza a un auto. Este hecho ocurrió en el mes de julio de este año.

Incluso, el ataque que traemos a consideración con este proyecto ocurre en momentos en que el Alto Comisionado de Naciones Unidas manifestó su preocupación ante la reiteración de estos hechos.

Vale recordar que las casi 300 organizaciones sociales, barriales, de derechos humanos y políticas que integran el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, vienen desplegando desde el año 2001 y por todo el país la campaña "El Hambre es un Crimen" alertando, concientizando y luchando para que los niños y jóvenes del país no sigan siendo víctimas inocentes del hambre y la desnutrición. Según la Central de Trabajadores

Argentinos (CTA) -coordinadora del Movimiento de los Chicos del Pueblos- en la actualidad "el 70 por ciento de la población total del país menor de 18 años, o sea, nueve millones y medio de niños ya casi no come".

Creemos que ante la repetición de esta nefasta metodología de amenazas y ataques contra las personas que participan desinteresadamente de este tipo de proyectos sociales destinados a los sectores más vulnerables de la sociedad, máxime tratándose de niños y adolescentes pobres, debemos no sólo expresar nuestra preocupación sino acercar nuestra solidaridad para rodearlos antes estos agravios. Sabemos que son varias las

organizaciones sociales y de derechos humanos que se han solidarizado ya con los integrantes de la campaña "El Hambre es un Crimen".

Desde esta Honorable Cámara queremos sumar nuestro apoyo y exigir además a las autoridades competentes que redoblen los esfuerzos en la investigación de estos hechos para que no se sigan repitiendo, ya que nos encontramos ya ante el tercer atentado de estas características y no se han hallado aún los responsables de ninguno de ellos, aunque se encuentra en riesgo la integridad física de los integrantes de los proyectos y de los niños y jóvenes que allí concurren.

Estos reiterados ataques a las organizaciones de la sociedad civil que participan de la campaña "El Hambre es un Crimen" constituyen no simples hechos delictivos aislados, sino una metodología nefasta al servicio de sembrar el miedo entre quienes creen que una sociedad más justa y sin desigualdad debe construirse todos los días poniendo la solidaridad y la ayuda mutua como faro de ese objetivo. Estamos hablando de ataques a organizaciones que no sólo se ocupan de atender las demandas insatisfechas por parte del Estado, como lo son la educación y la alimentación digna, sino que constituyen espacios de genuinos de concientización y lucha contra la pobreza y la desigualdad.

Por todo lo expuesto, y con la celeridad que el caso merece, es que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de resolución.