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PROYECTO DE TP


Expediente 5340-D-2015
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE EL PARQUE DE AERONAVES DE LA FUERZA AEREA ARGENTINA - FAA - Y EL ACCIDENTE SUFRIDO POR UN "A4 - AR" EN LA QUINTA BRIGADA AEREA DE VILLA REYNOLDS, PROVINCIA DE SAN LUIS.
Fecha: 30/09/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 133
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Solicitar al Poder Ejecutivo que, a través de los organismos que resulten competentes, informe lo que a continuación se solicita con referencia al parque de aeronaves de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) y el accidente sufrido por un A4-AR en la 5ª. Brigada Aérea de Villa Reynolds (San Luis):
Desprogramados los Mirage, detalle cómo se compone el parque de aeronaves de la FAA, ), indicando cantidad de aviones, modelos, año de fabricación, año de compra y horas de vuelo de cada una;
Cuál es el estado general de cada una de ellas, cuántas se encuentran en condiciones de volar con todo el instrumental en perfectas condiciones, horas de vuelo anuales de cada una de ellas, y cuántas no vuelan y sólo se utilizan para la obtención de repuestos;
Informe completo y detallado de las causas, motivos y circunstancias que desembocaron en el accidente provocado por un A4-AR en la 5ª. Brigada Aérea de Villa Reynolds (San Luis) y que le costara la vida a un suboficial mecánico.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Hoy martes 29 de septiembre de 2015, un avión A4-AR, pasado el mediodía, chocó contra un hangar en la 5ª Brigada, en Villa Reynolds (San Luis), provocando la muerte de un suboficial mecánico.
El siniestro se habría producido cuando se realizaba una "prueba de motor" en tierra, circunstancia en que el avión se habría quedado "sin frenos" y embistió el hangar.
El 14 de febrero de 2013, en Santiago del Estero, se había producido el accidente del A4-AR Fightinghawk Mat. C-302 cuando realizaba prácticas de despegue y aterrizaje. Dicho accidente supuestamente se produjo por fallas en el motor provocadas por las altas temperaturas.
Los cazabombarderos Lockheed Martin A-4AR Fightinghawk, en sus versiones A-4AR/OA-4AR, son aeronaves que entraron en servicio en 1997 y se encuentran destinadas al Grupo 5 de Caza de la V Brigada Aérea con asiento en Villa Reynolds (provincia de San Luis).
La historia de estas aeronaves se remontan al segundo gobierno de Carlos Menem, que en su momento mostró un cuestionable orgullo a partir de la adquisición de 36 "Skyhawks" en su versión A4-M repotenciados, una aeronave que hoy un pequeñísimo grupo de naciones utilizan y que se ha convertido en obsoleta desde finales de la guerra de Vietnam.
A partir de la compra, Menem cedió la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba a Lockheed Martin a un precio vil, con el objetivo de que en esta planta se repotenciaran las aeronaves adquiridas y, en el futuro, se desarrollara el interceptor F-16 para la Fuerza Aérea Argentina y las fuerzas aéreas de las naciones limítrofes con la Argentina, como ser Chile o Brasil.
El contrato jamás se cumplió, y de los 36 A4-AR, previamente a estos dos accidentes, sólo 8 se encontraban operativos por problemas de repuestos. De hecho, muchos de ellos debieron ser "canibalizados", es decir, desarmados, para que sus partes permitieran volar a otras unidades que venían incluidas en el parque adquirido.
La Ministra Garré, a principios del 2010, anunció la intención de disponer de 21 A4-AR para el 2015, mediante un Programa de Acción Progresiva (PAP), que se estrelló ese mismo año, producto de la realidad presupuestaria.
A fines del 2010 la FAA evaluó el grado de avance en la recuperación de los A4-AR y apenas obtuvo un valor cercano al 50% de los objetivos planteados entonces. Aunque puede señalarse algún avance en lograr una cadena de proveedores de componentes críticos, la falta de inversión conspiró con el objetivo de alcanzar a 21 aeronaves operativas, lo que obligó a reformular el proyecto.
A diciembre del 2012, el objetivo había bajado sensiblemente la expectativa a alcanzar 14 aeronaves en el 2014 (10 en servicio y 4 en mantenimiento), con un potencial de 2000 horas por año a partir del 2014 (desde las 1600 actuales), extendiendo la vida útil del avión hasta el 2023.
A esta altura de la descripción, queda absolutamente claro que, más allá de los intentos del gobierno actual por mostrar una fuerza operativa en condiciones de cumplir con su misión, no cuenta ni remotamente con medios suficientes y necesarios para desarrollar un verdadero control del espacio aéreo.
A partir de los partes diarios brindados por cada unidad, que varían día a día y que, confesado por informantes de la Fuerza, en estos partes se enumeran más aviones de los que en realidad hay en servicio para no dar cuenta del verdadero estado del arma, concluimos que en Argentina, de cada 10 aviones, la FAA no tiene más que 1,5 a 1,7 en servicio por día (el 17% de la flota).
El punto de inflexión a partir del cual se inicia un proceso de décadas de desinversión en materia de defensa. Pero, a diferencia de las décadas del '80 y el '90 del siglo pasado, donde las estrecheces presupuestarias eran una constante, durante la primera década del presente siglo, caracterizada por un crecimiento sin antecedentes en la historia argentina, el proceso de desinversión se profundizó hasta niveles anteriormente desconocidos.
Durante la última gestión de Horacio Jaunarena al frente del Ministerio de Defensa (2001-2003), el 50% de los aviones se encontraban en servicio. En la gestión de José Pampuro (2003- 2005), el porcentaje cayó al 40%.
Y en la de Nilda Garré (2005- 2010), ese porcentaje de aviones en servicio continuó cayendo hasta el 30%, proceso que se profundizó en los últimos años de su gestión y la de Arturo Puricelli hasta caer por debajo del 17%. Con la desprogramación de los Mirage anunciada por el ministro Agustín Rossi, realmente es imposible calcular cual es el ínfimo porcentaje de aviones en condiciones de volar.
Los países centrales cuentan con pilotos en alerta patrullando el espacio aéreo las 24 hs.; los países "emergentes" cuentan con pilotos en alerta sentados en un avión, con la inspección del mismo realizada, de manera de poder despegar en 3 minutos y estar interceptando una aeronave en 10 minutos.
Argentina sólo cuenta, supuestamente, con un escaso puñado de pilotos en alerta en una base a partir de la implementación del operativo Escudo Norte, pero como la Fuerza Aérea Argentina le debe $ 200 millones a YPF por combustible, ni siquiera esos pocos pilotos estarían volando.
No hace falta aclarar que el parque aéreo militar argentino es total y absolutamente obsoleto, y seguir insistiendo con el uso de los actuales aviones es suicida y criminal. Por ello se hace necesario replantearse con seriedad y sin especulaciones, la necesidad de una importante inversión para reequipar a nuestra Fuerzas Aérea. No hacerlo, significa apostar a su disolución.
La escasez de aviones operativos y las restricciones presupuestarias también se traducen en la falta de horas de vuelo de los pilotos; si a ello agregamos los problemas casi cotidianos con los simuladores, no sólo se provoca la migración de los pilotos de la fuerza a la aviación civil, sino algo más grave aún, como son los "dibujos" de las exigencias de vuelo para la adquisición de las licencias con el objetivo de mantener pilotos "activos".
Al no cumplirse las mínimas exigencias de vuelo, las habilitaciones se vencen y caen, con lo cual el piloto queda deshabilitado automáticamente. Fuentes de la Fuerza reconocen que la mayoría de las licencias de los pilotos estarían vencidas y el exceso de las prórrogas estaría generando una crisis en el sistema.
La FAA estima que habría que volar, como mínimo, 5 horas por mes para mantener la aptitud en el avión, pero ese requisito reconocen que no se cumple desde hace más de una década. El problema, además, se trasladaría a la aviación civil, ya que los pilotos de la FAA se van con sus hipotéticas horas de vuelo y sus licencias a aerolíneas privadas, la ANAC hace las homologaciones, pero nadie sabe realmente si esas horas y las exigencias de vuelo no fueron adulteradas para cubrir lugares u operaciones.
Es necesario disponer de Fuerzas Armadas con capacidad operativa apta para el cumplimiento de su misión principal, dado que son organizaciones cuya existencia se justifica en razón de poseer los medios humanos y materiales que posibiliten el cumplimiento de la misión principal.
Por tanto, sin capacidades operativas con un grado aceptable de aptitud, no hay Fuerzas Armadas; y si no hay Fuerzas Armadas, no hay defensa nacional.
Estas capacidades operativas están dadas por la cantidad y calidad del material bélico, pero también, y fundamentalmente, por la motivación y la vocación de servicio de su personal de las Fuerzas Armadas.
El material debería renovarse periódicamente y mantenerse con la necesaria atención presupuestaria, tal como lo hacen Chile, Brasil, y los países desarrollados del mundo.
No sólo hay que pensar en el reequipamiento de las fuerzas, como ya lo reclamamos en reiteradas oportunidades, sino, además, asegurar un piso mínimo de seguridad y calidad en la formación de nuestros aviadores, otrora reconocidos internacionalmente a partir de su desempeño en el conflicto bélico del Atlántico Sur operando en condiciones claramente desfavorables, asegurándoles un desarrollo profesional dentro de la fuerza.
Es necesario apurar un plan de radarización integral, porque de nada serviría contar con cazas de última generación sin radares para detectar las amenazas.
Hay que recomponer la flota transporte y enlace, porque de nada sirve tener cazas de última generación si no se puede garantizar la cadena logística.
La recuperación de las capacidades de mantenimiento y logística, de la mano con la decisión de dejar de operar medios aéreos obsoletos y sin capacidades, la compra de armamento lanzable de largo alcance, una mejora en la organización, la instrucción y disponibilidad de medios para la misma, y revisando el redespliegue y la utilidad de algunas Brigadas Aéreas, podremos comenzar a recuperar, para beneficio de las generaciones futuras de nuestro país, una mirada estratégica que nos permita romper con un ciclo de degradación permanente de nuestras capacidades aéreas.
La improvisación y la falta de preocupación por nuestra seguridad nacional exhibida por los gobiernos kirchneristas nos colocó en esta situación límite de no poder contar con los elementos mínimos y necesarios para garantizar el control del espacio aéreo y condenar a nuestros aviadores a misiones suicidas.
Es nuestra responsabilidad, en tanto legisladores de la principal fuerza de oposición en el Congreso de la Nación, la Unión Cívica Radical, tratar, por todos los medios a nuestro alcance, de generar el necesario debate para comenzar a definir una política de Estado en materia de Defensa Nacional.
Por todo lo expuesto, solicito a mis pares me acompañen en la aprobación del presente pedido de informes.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
MARTINEZ, JULIO CESAR LA RIOJA UCR
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
DEFENSA NACIONAL (Primera Competencia)