La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Declarar de Interés de esta Honorable Cámara el proyecto socio-cultural destinado a internos de la Unidad Penitenciaria N0 1 de la Ciudad de Corrientes.

Señor presidente:

Asistimos a una naturalización tal de las cárceles como lugares de reclusión y hacinamiento, que en gran parte de las unidades penales del país es letra muerta el artículo 18 de la Constitución Nacional que establece la detención en espacios "sanos y limpios, para seguridad y no para castigo". Al mismo tiempo, la preocupación por la inseguridad crece en los sectores medios y altos, donde cuestiones como delito, reinserción social e igualdad de oportunidades suelen verse como cuestiones necesariamente fragmentadas.

Al aumento de la población carcelaria se suma la precarización de las condiciones de detención. Según el último informe anual difundido por el SNEEP -Sistema Nacional de Estadísticas de Ejecución Penal-, en la década 1998-2008 se duplicó el número de detenidos (de 29.690 en 1998 a 54.537 en 2008). Particularmente en la provincia de Corrientes estos datos se triplicaron (de 237 a 864 en igual período). A su vez, el Sistema Penitenciario evidencia problemas graves expresados incluso en denuncias nacionales e internacionales por prácticas de tortura y violencia institucional, además de la sobrepoblación. Una suma de factores que no hacen más que ir en detrimento de la resocialización.

Ante este escenario es evidente que como sociedad necesitamos un cambio de óptica. Necesitamos empezar a ver la realidad intra muros desde un lugar por fuera de la discriminación que excluye y de la compasión que invalida la potencialidad del otro. En otras palabras, está visto que frente a esta realidad debemos hacernos cargo en lo colectivo, desde diversos ámbitos y perspectivas.

En la Unidad Penitenciaria N01, cárcel para hombres condenados de Corrientes se lleva a cabo desde hace cuatro años una interesante experiencia en este sentido. Inicialmente fueron talleres de ajedrez a cargo de reconocidos maestros locales de ese deporte. A ello se sumaron luego capacitaciones en Informática, en articulación con la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional del Nordeste. Hoy en día alrededor de 40 internos de entre 20 a 40 años de edad promedio participan activamente de esos espacios a los que también se sumaron clases de teatro, pintura y expresión musical.

La idea es apelar al arte, el deporte y la capacitación en oficios como herramientas concretas de transformación de la realidad, tanto presente como futura de los internos. Lo que desde una perspectiva más amplia incluye transformación social y cultural desde un lugar donde la marginación está a la orden del día. En palabras de Lucio Mauriño, uno de los docentes del taller de ajedrez: "Cuando estos espacios de arte y reflexión se activan en circuitos de encierro, emergen como pequeños nodos de libertad. Por tanto, el sentido íntimo que comporta el presente programa no es el de sino modificar la producción subjetiva y ampliar el horizonte de expresión para hombres detenidos".

Precisamente la preparación para la libertad de los internos y las posibilidades de crear un puente entre el adentro y el afuera son los principales incentivos de las tareas que se desarrollan en articulación entre la asociación Civil El Vértice y la Red Provincial de Derechos Humanos, organizaciones que llevan adelante la propuesta.

Resignificar el tiempo y los espacios de encierro como una manera de reconfigurar las relaciones sociales atravesadas por la desigualdad es entonces el eje de este compromiso que lleva adelante el grupo coordinado por Hilda Presman, referente con años de trayectoria en cuestiones vinculadas a los derechos humanos en la provincia de Corrientes.

El principio rector de este programa es el reconocimiento de que aprender y expresarse son derechos universales e inalienables y que es necesario reconocer a las personas circunstancialmente privadas de su libertad ambulatoria como sujetos portadores de estos derechos. La posibilidad de ejercerlos les permitirá reconocerse nuevamente como sujetos y ciudadanos. Y así, al mismo tiempo que se construyen espacios de libertad al interior de la cárcel se apuesta a la incorporación de estos hombres a la vida activa desde un lugar diferente.

Los talleres ejercitan la construcción de un espacio horizontal a partir de herramientas conceptuales y prácticas que intentan generar un circuito democrático y participativo. Pretenden además afianzar regiones creativas y confianza en las tareas proyectadas junto a otros.

En ese contexto, se busca también, entre los objetivos a mediano y largo plazo, "estimular, asesorar en la organización y funcionamiento de empresas asociativas productivas-laborales y culturales, cooperativas y solidarias, tendientes al logro de condiciones de trabajo digno".

Por último Sr Presidente, con los fundamentos antes expuestos solicito la firma de mis pares para que acompañen el presente proyecto