La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

1.- Expresar su repudio a los graves hechos de violencia y sabotaje que ha padecido la República de Bolivia durante el mes de septiembre del corriente año.

2.- Respaldar de manera total y absoluta la plena vigencia del orden constitucional y el Estado de Derecho en la República de Bolivia.

3.- Declarar el pleno e incondicional apoyo al gobierno democrático de esa nación hermana, encabezado por el presidente Evo Morales.

4.- Comunicar al gobierno de Bolivia el contenido de la presente resolución.

Señor presidente:

Es nuestro deber como representantes del pueblo argentino expresar nuestro más enérgico rechazo a los gravísimos hechos de violencia y sabotaje que ha sufrido el pueblo de Bolivia en las últimas semanas en los departamentos de Pando, Tarija y Santa Cruz, que han dejado el trágico saldo de al menos veinte muertos, centenares de heridos y cuantiosos daños materiales.

La democracia en la región está otra vez en riesgo, esta vez en virtud de sectores minoritarios que no logran obtener el apoyo suficiente en las urnas y utilizan la violencia para desestabilizar, extorsionar y condicionar a los gobiernos electos en forma libre y democrática.

Los países de América Latina hemos empezado a recorrer en los últimos años un camino de estabilidad democrática, que aún con sus falencias intenta superar décadas de divisiones, enfrentamientos fraticidas, golpes militares, intromisiones extranjeras y modelos económicos ruinosos con las tristes consecuencias por todos conocidas. Se fue logrando también una mayor integración con los países del continente, de a poco, reconociendo los tiempos de cada país y fundamentalmente respetando su soberanía. Se han logrado importantes acuerdos de integración comercial, como Mercosur y Comunidad Andina y en mayo de este año en Brasilia se dio el fundamental paso de formar la Unión de las Naciones del Sur (UNASUR), formada por doce Estados en América del Sur -Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guayana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela- que persigue como objetivo el desarrollo de un espacio integrado en lo político, social, cultural, económico financiero, ambiental y en infraestructura.

La UNASUR se ha expresado claramente sobre la situación de la hermana República de Bolivia mediante un documento contundente que ha sido ratificado por todos sus miembros. En sus puntos más relevantes destaca: "su más pleno y decidido respaldo al Gobierno constitucional del Presidente Evo Morales" Más adelante los países signatarios dicen que "rechazan enérgicamente y no reconocerán cualquier situación que implique un intento de golpe civil, la ruptura del orden institucional o que comprometa la integridad territorial de la República de Bolivia" Asimismo "condenan el ataque a instalaciones gubernamentales y a la fuerza pública por parte de grupos que buscan la desestabilización de la democracia boliviana, exigiendo la pronta devolución de esas instalaciones como

condición para el inicio de un proceso de diálogo" Finalmente "Hacen un llamado al diálogo para establecer las condiciones que permitan superar la actual situación y concertar la búsqueda de una solución sustentable en el marco del pleno respeto al Estado de derecho y al orden legal vigente."

Es importante destacar también la declaración de apoyo al gobierno constitucional de Evo Morales por parte del Grupo Río, que mediante un comunicado sostuvo:que "condena los ataques a instalaciones y sedes de instituciones públicas en diversas ciudades de ese país". A su vez, subrayó "la necesidad de distender la situación y de alcanzar una solución en el marco del Estado de Derecho y del orden institucional boliviano"

No es tarea fácil la que debe enfrentar hoy el gobierno de Bolivia. Hay sectores sin representación, pero poderosos en lo económico y mediático, que no aceptan los cambios que eligen las mayorías de sus pueblos, y apelan a todos los recursos a su alcance para frenarlos.

Desde que comenzó el nuevo gobierno en Bolivia en enero de 2006, sectores minoritarios, bajo el pretexto autonomista y con un rancio discurso racista, han puesto todo tipo de trabas para que el gobierno no pueda llevar adelante los importantes cambios estructurales reclamados por el pueblo de Bolivia durante años y que encarna hoy el nuevo gobierno.

La peligrosa espiral de violencia de estos grupos fue creciendo así como la radicalidad de sus discursos, llamando a la secesión y desconociendo la autoridad presidencial. Han creado importantes grupos de choque que amedrentan a campesinos y dirigentes oficialistas.

Bolivia padece hoy la furia de esta minoría violenta que parece no estar dispuesta a vivir en democracia, que rechaza el contundente apoyo que recibió el Gobierno presidido por Evo Morales en elecciones libres y que fuera refrendado hace poco más de un mes con el 67 % de los votos a favor, siendo así el presidente más popular de la historia de Bolivia.

Los brutales asesinatos de militantes y seguidores del partido gobernante por parte de grupos armados opositores en el departamento de Pando, los sabotajes a gaseoductos estratégicos, los cortes de rutas, las tomas y destrucción de edificios públicos del Estado Nacional en los departamentos de Tarija y Santa Cruz, han provocado una rápida y enérgica reacción de toda la comunidad internacional y fundamentalmente de los países de América

Latina para brindar su pleno e incondicional respaldo al gobierno del presidente Evo Morales.

No puede ser de otra manera, es una obligación de los gobiernos democráticos de la región brindar nuestro total apoyo y solidaridad al pueblo y al gobierno de Bolivia que enfrentan horas difíciles, violentas y definitorias para su/nuestra historia.

Por las razones expuestas solicito a mis colegas me acompañen en la presente resolución.