La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su más enérgico repudio por el asesinato de cinco mujeres en Pakistán, como consecuencia de que fueron enterradas vivas en un pueblo de la provincia de Baluchistán, porque tres de ellas planeaban casarse con hombres no autorizados por el consejo de ancianos islámicos. Esta discriminación hacia la mujer se repite desde hace décadas, y cada año hay más mujeres acosadas, violadas y asesinadas por familiares cercanos, que esgrimen motivos personales, sexuales y económicos, que no justifican tamaña alienación, atraso y sometimiento de la mujer musulmana en ese país.

Señor presidente:

Pakistán se ubica al sur del continente asiático y es una federación de cuatro provincias (Baluchistán, Frontera del Noroeste, Panyab y Sind), un territorio de la capital (Islamabad), y áreas tribales administradas federalmente.

El país ejerce un control de facto sobre las partes occidentales de la región de Cachemira, que se encuentra organizada en dos entidades políticas separadas, Cachemira Azad y los Territorios del Norte, que son reclamados a su vez por la India. Pakistán reclama la posesión de Jammu y Cachemira, porción de Cachemira administrada por la India.

El 97% de la población de ese país es musulmán. Las prácticas religiosas de varias confesiones son parte de la vida diaria en la sociedad. El valor de la educación es altamente considerado por los miembros de cada estrato socioeconómico, así como los valores de la familia tradicional, considerados sagrados a pesar de que las familias urbanas se hayan convertido a un sistema de familia nuclear por las necesidades socioeconómicas impuestas por el sistema de familia tradicional conjunto.

En este proyecto venimos a expresar nuestro más enérgico repudio por las discriminaciones que sufren las mujeres en ese país; más concretamente, por las recientes revelaciones de organizaciones de derechos humanos en Hong Kong, quienes denunciaron que cinco mujeres fueron enterradas vivas en un pueblo de la provincia de Baluchistán, porque tres de ellas planeaban casarse con hombres no autorizados por el consejo de ancianos islámicos.

El caso habría sido mantenido en secreto hasta ahora porque involucraría al hermano de un ministro del gobierno local; situación denunciada por la asociación Asian Human Rights Commission, con base en Hong Kong.

Esta asociación difundió que las víctimas eran dos jóvenes de 18 años y una de 16, la madre de una de ellas y la tía de otra. Sus asesinos las sorprendieron en una casa donde se habían reunido para partir juntas hacia el tribunal civil del distrito de Jafarabat, donde las tres más jóvenes debían casarse.

Pero los maridos que habían elegido las mujeres, no habían sido autorizados como esposos por la asamblea de los ancianos de la tribu de los Umrani, la etnia de origen iraní a la que pertenecían las mujeres asesinadas.

El gobierno paquistaní lleva adelante una serie de políticas en la provincia de Baluchistán (una de las zonas más violentas del país) para erradicar los llamados "crímenes de honor", que cada año cobran la vida de centenares de mujeres como una manera habitual de "saldar" disputas, adquirir tierras o pagar deudas entre los integrantes de las tribus fundamentalistas. Según las tradiciones islámicas vigentes en Pakistán, una mujer puede "deshonrar" a su familia por causas como tener un amigo varón, casarse con un hombre no elegido por sus parientes o tratar de divorciarse.

Responsables de agencias humanitarias que actúan en la región sostienen que cada vez hay más mujeres acosadas, violadas y asesinadas por familiares cercanos, que esgrimen motivos personales, sexuales y económicos. Sin embargo, la mayoría de los casos ni siquiera son denunciados.

En diciembre de 2004, el gobierno de Pakistán aprobó por primera vez una legislación para castigar los "crímenes de honor", aunque la oposición laica y la única ministra del Ejecutivo la consideraron insuficiente.

La Constitución de Pakistán garantiza la igualdad de mujeres y hombres ante la ley y el país ha ratificado convenios internacionales al respecto. No obstante, las agresiones a niñas y mujeres son muy numerosas y su indefensión, prácticamente total.

Según la Comisión, el aumento en el registro de estos asesinatos, que llegan a casi 500 por año, se debe a dos factores: una falta de atención al problema por parte del gobierno pakistaní y una mayor disposición por parte de la sociedad a denunciar tales crímenes.

Por los motivos expuestos solicito la aprobación del presente proyecto de declaración.