La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Rendir homenaje al movimiento estudiantil de la Reforma Universitaria de 1918 , al cumplirse el día 9 de Septiembre el 90º aniversario de la histórica jornada en que los jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba asumieron su conducción, dando inicio a una etapa de profundos cambios que posibilitaron la apertura de las universidades a un mayor número de estudiantes, promoviendo su participación con un alto contenido igualitario, el cogobierno de graduados, docentes y alumnos, la libertad de cátedra y la autonomía universitaria, así como la renovación de los programas de estudios y un mayor acercamiento de las casas de estudio a los problemas del país.

Señor presidente:

El presente proyecto tiene por objeto rendir homenaje al movimiento estudiantil universitario argentino, al cumplirse el 9 de Septiembre el 90º aniversario de uno de los episodios culminantes de la llamada Reforma Universitaria, con la toma por los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba.

El 9 de Septiembre de 1918 los estudiantes reformistas asumieron interinamente la conducción de esa alta casa de estudios, protagonizando una de las jornadas históricas que jalonaron un proceso de cambios en la vida universitaria y en el desarrollo futuro de importantes logros de la sociedad argentina en los campos social, económico y cultural.

En 1918 existían en el país solamente tres universidades nacionales: la de Córdoba, fundada en 1613; la de Buenos Aires, fundada en 1821 y la de La Plata, de 1890, que reunían un total de catorce mil alumnos.

Hasta entonces La Universidad era sólo para los hijos del poder, quienes se educaban con los mismos valores e ideas de sus padres, manteniendo un conservadurismo acendrado con que las clases altas controlaban el sistema político y se perpetuaban en el ejercicio de todos los cargos públicos.

Ciertamente la nueva legislación electoral y la llegada al poder del radicalismo con Hipólito Yrigoyen en la Presidencia de la Nación, alentaron las esperanzas de las clases medias de acceder a una aspiración natural, como el ascenso social de sus hijos por medio del ejercicio de profesiones liberales.

Pero el sistema universitario vigente era obsoleto y reaccionario. Los planes de estudio estaban décadas atrasados y los claustros se manejaban con criterios autoritarios y escasa predisposición a la renovación de las ideas y los métodos de enseñanza.

En dicho contexto, hacia fines de 1917, las autoridades de la Universidad de Córdoba decidieron modificar el régimen de asistencia a clase y cerraron el internado del Hospital de Clínicas.

A partir de esos hechos los estudiantes se movilizaron y crearon un "Comité pro Reforma" que se reunió en el Teatro Rivera Indarte y declaró la huelga

general estudiantil. El Consejo Superior reaccionó clausurando la Universidad pero la reforma se iba tornando sanamente contagiosa en distintas partes del país. Luego los jóvenes fundaron la Federación Universitaria de Córdoba (FUC) y se sucedieron intensas disputas con sectores reaccionarios, horrorizados por la "insolencia" de la movilización estudiantil.

Una delegación de estudiantes viajó a Buenos Aires y se entrevistó con el presidente Irigoyen, quien apoyó las inquietudes del estudiantado y nombró interventor al Procurador General de la Nación, Dr. José Nicolás Matienzo.

En un célebre Informe el Dr. Matienzo comprobó la veracidad de las denuncias de los estudiantes reformistas y presentó un proyecto de reformas al Estatuto reconociendo que "la actual inamovilidad de los cuerpos directivos de las facultades, compuestos de miembros vitalicios que proveen de su propio seno los cargos de rector, de decano y de delegados al Consejo Superior, ha producido una verdadera anquilosis al órgano universitario".

Cabe recordar también el denominado "Manifiesto Liminar", documento redactado por uno de los líderes de la Reforma Universitaria, Deodoro Roca, dirigido a "los hombres libres de América del Sur", que expresaba:

"Hombres de una Republica libre, acabamos de romper la ultima cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica (...) La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Esta cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa."

Los efectos de la Reforma Universitaria trascendieron en el espacio y en el tiempo. Sus impulsos renovadores se extendieron a toda Latinoamérica e influyeron en destacados dirigentes de la región, como fue el caso del dirigente peruano Raúl Haya de La Torre, creador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). Muchos años más tarde, cuando en Mayo de 1968 los estudiantes de Paris lanzaron su movimiento liberador, en varios de sus manifiestos recordaban las heroicas jornadas de aquella Córdoba de cincuenta años atrás.

El presidente Irigoyen y el radicalismo de la época merecen también un reconocimiento porque apoyaron y contribuyeron decididamente con el movimiento de la Reforma Universitaria, pues al recoger las inquietudes de los estudiantes llevaron a cabo casi en forma silenciosa una revolución igualitaria.

Desde entonces una gran cantidad de nuevos argentinos, hijos de inmigrantes, beneficiados por la ley de educación común que les había permitido ir al colegio y a la Universidad, se integraron sin ser discriminados, a los cargos públicos, tanto electivos como administrativos y judiciales. Así se terminó en la Argentina una etapa en que estos cargos sólo eran desempeñados por gente con determinados apellidos, dando sustento a una movilidad social ascendente que ha sido motivo de orgullo para la sociedad argentina durante muchos años.

Por todo ello rendimos un merecido homenaje en esta Cámara de Diputados de la Nación al movimiento estudiantil de la Reforma Universitaria, que levantó el principio de la igualdad de oportunidades como un imperativo categórico y baluarte de nuestra democracia y del progreso social en nuestro país.

Por los fundamentos expuestos, solicito el apoyo de mis pares al presente proyecto.