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PROYECTO DE TP


Expediente 4941-D-2015
Sumario: "DIA DEL PRESIDENTE LATINOAMERICANO". INSTITUYASE COMO TAL EL DIA 11 DE SEPTIEMBRE DE CADA AÑO.
Fecha: 10/09/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 118
Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...


"DIA DEL PRESIDENTE LATINOAMERICANO"
ARTICULO 1º: Instituyese el día 11 de septiembre de cada año, como "DIA DEL PRESIDENTE LATINOAMERICANO", en conmemoración, homenaje y reconocimiento al Dr. Salvador Allende, Presidente de la hermana República de Chile, por su gesta heroica del 11 de septiembre de 1973. Cuando como consecuencia del golpe de estado, fuera sometido al bombardeo de la sede del Gobierno, (Palacio de la Moneda), y fiel a sus palabras, y aún a costa de su propia vida, procedió a "...defender la Democracia y el Gobierno en cumplimiento del mandato popular y consciente de ser un Presidente que tiene la dignidad del cargo entregado por su Pueblo en elecciones libres y democráticas...".-
ARTICULO 2º: De forma.-

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


El presente proyecto de ley tiene como finalidad reconocer el compromiso político de Salvador Allende, Presidente de la hermana República de Chile, en defensa del sistema democrático y la voluntad popular. Ello, cuando en ocasión del golpe militar sufrido en el vecino país el día 11 de septiembre de 1973 fuera sometido al bombardeo de la sede del gobierno, el Palacio de la Moneda. En tan dramática situación el Presidente Salvador Allende, fue fiel a sus palabras, y aún a costa de su vida defendió el gobierno popular en cumplimiento del mandato del Pueblo.-
Salvador Allende pago con su vida su profunda vocación democrática y su inquebrantable lealtad con su pueblo. Previo al instante supremo por el que será recordado para la posteridad, denunció las dimensiones de la traición y vaticinó con clarividencia el período gris que se abatía sobre Chile.
Sin embargo, en su conmovedora alocución final, hubo lugar a la esperanza al anunciar que: "...Más temprano que tarde se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor...".
Fragmento del discurso (premonitorio) de Salvador Allende del día 4 de diciembre de 1971: "...No daré un paso atrás. Quienes pretenden sacarnos del camino que nos hemos trazado, quienes mintiendo y calumniando hablan de que en Chile no hay libertad, se ha suprimido el derecho de información, está en peligro la prensa, son los que mixtifican para poder, engañando, encontrar apoyo en determinados sectores, y son los conjurados en el ansia turbia de oponerse a la voluntad popular, y yo les digo a ustedes, compañeros, compañeros de tantos años, se lo digo con calma, con absoluta tranquilidad: yo no tengo pasta de apóstol ni tengo pasta de Mesías, no tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea, la tarea que el pueblo me ha dado; pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer a la voluntad mayoritaria de Chile: sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás; que lo sepan: dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera. Que lo sepan, que lo oigan, que se les grabe profundamente: defenderé esta revolución chilena, y defenderé el Gobierno Popular porque es el mandato que el Pueblo me ha entregado, no tengo otra alternativa, sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el Programa del pueblo...".-
Para Salvador Allende estas palabras no habían sido la letra de un discurso, eran sus más firmes convicciones. Y así lo demostró en los momentos más dramáticos de su mandato presidencial; cuando claramente recordó y reiteró su compromiso democrático con la voluntad popular, a pesar del golpe militar en curso. El 11 de septiembre de 1973, en su discurso al pueblo desde la propia sede de gobierno atacada por los golpistas, dijo:
"Compañeros que me escuchan: La situación es crítica, hacemos frente a un golpe de Estado en que participan la mayoría de las Fuerzas Armadas. En esta hora aciaga quiero recordarles algunas de mis palabras dichas el año 1971, se las digo con calma, con absoluta tranquilidad, yo no tengo pasta de apóstol ni de mesías. No tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea que el pueblo me ha dado. Pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer la voluntad mayoritaria de Chile; sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás. Que lo sepan, que lo oigan, que se lo graben profundamente: dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera, defenderé esta revolución chilena y defenderé el Gobierno porque es el mandato que el pueblo me ha entregado. No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo. Si me asesinan, el pueblo seguirá su ruta, seguirá el camino con la diferencia quizás que las cosas serán mucho más duras, mucho más violentas, porque será una lección objetiva muy clara para las masas de que esta gente no se detiene ante nada. Yo tenía contabilizada esta posibilidad, no la ofrezco ni la facilito. El proceso social no va a desaparecer porque desaparece un dirigente. Podrá demorarse, podrá prolongarse, pero a la postre no podrá detenerse. Compañeros, permanezcan atentos a las informaciones en sus sitios de trabajo, que el compañero Presidente no abandonará a su pueblo ni su sitio de trabajo. Permaneceré aquí en La Moneda inclusive a costa de mi propia vida".
"En estos momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan que aquí estamos, por lo menos con nuestro ejemplo, que en este país hay hombres que saben cumplir con la obligación que tienen. Yo lo haré por mandato del pueblo y por mandato consciente de un Presidente que tiene la dignidad del cargo entregado por su pueblo en elecciones libres y democráticas. En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la Patria, los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada. Este es un momento duro y difícil: es posible que nos aplasten. Pero el mañana será del pueblo, será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor. Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta Patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra... rota la doctrina de las Fuerzas Armadas. El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni debe dejarse masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor".
Finalmente, bajo el atroz bombardeo de los aviones de los golpistas, en su último mensaje radial al pueblo, Salvador Allende se despidió diciendo:
"Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos. Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios. Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos. Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará. Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria. El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse. Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.
El valor de Salvador Allende:
Salvador Allende fue amigo y compañero de ideas del "Che" Guevara, tal como el propio Salvador Allende lo recordara: "... La primera vez que llegué a Cuba me conecté con el Che y desde ese instante tuve por el afecto, respeto, y creo, podría decirte que fui amigo del Che. Tengo aquí un retrato de él que tiene una dedicatoria, dice: "A Carmen Paz, Beatriz y María Isabel, con el cariño fraterno de la Revolución Cubana y el mío propio". Esto demuestra que conocía a mis hijas, que sabía que familiarmente le teníamos afecto, cariño, pero más que eso, quiero mostrar algo que tiene un valor inestimable para mí. Algo excepcional que guardo como un tesoro: "La guerra de guerrillas". Este ejemplar estaba encima del escritorio del Che, debe haber sido el segundo o tercer ejemplar, porque me imagino que el primero se lo dio a Fidel. Y aquí tiene una dedicatoria que dice: "A Salvador Allende, que por otros medios trata de obtener lo mismo. Afectuosamente, Che".
En octubre de 1967, en cercanías al pueblo de La Higuera, en Bolivia, el comandante Ernesto "Che" Guevara, fue capturado y asesinado por fuerzas militares asesoradas por la C.I.A.. Algunos de los compañeros del Che lograron escapar y unos meses después llegaron a la frontera con Chile. Allí fueron recibidos y protegidos por el entonces presidente del senado de Chile, Salvador Allende; quien los acompañó personalmente desde Chile hasta la isla francesa de Tahití, de donde partieron hacia Cuba.
Salvador Allende estuvo muy vinculado a la política argentina. En efecto, en agosto de 1972 se produjo la fuga de presos políticos del penal de Rawson. Un grupo de los presos políticos fugados, (compuesto por las cúpulas de las organizaciones armadas de la época), coparon el aeropuerto de Trelew y desde allí en un avión previamente interceptado, volaron a Chile, donde Salvador Allende era presidente. El otro grupo de los presos políticos fugados no llegó a tomar el avión, se entregaron a las fuerzas militares y fueron trasladaron prisioneros a la base aeronaval Almirante Zar. Allí el 22 de agosto los 19 compañeros fueron salvajemente fusilados, en lo que se conoce como la Masacre de Trelew. Pese a que el gobierno argentino, (la dictadura del general Lanusse), le exigía a Salvador Allende la entrega de los presos fugados a Chile; Allende se negó y por el contrario les extendió el salvoconducto necesario para poder viajar a Cuba.
El 25 de mayo de 1973 asumió el gobierno nacional, el presidente Héctor Cámpora, en la ceremonia de asunción del cargo participó el presidente chileno Salvador Allende, quien fue calurosamente saludado y vitoreado por el pueblo argentino.
El retrato de Salvador Allende hoy integra el Salón de los Patriotas Latinoamericanos en la Casa Rosada, junto a destacados héroes de la talla de San Martín, Belgrano, Bolivar, Che Guevara, Martí, Sandino, O Higgins, Perón, Yrigoyen, y muchos otros.
Bajo el retrato de Salvador Allende fueron velados los restos del presidente Néstor Kirchner.
Breve síntesis biográfica:
Salvador Allende Gossens, nació en Valparaíso, en 1908 y pasó a la inmortalidad en Santiago de Chile, el 11 de septiembre de 1973. Fue un gran político chileno, líder del Partido Socialista, del que fuera cofundador en 1933.
Salvador Allende fue presidente de Chile desde 1970 hasta el golpe de estado dirigido por el general, dictador, Augusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973, día en que falleció en el Palacio de la Moneda, cuando fuera bombardeado por los golpistas. Fue apreciado y querido por su pueblo, al punto de llamarlo "Compañero Presidente".
Salvador Allende perteneció a una familia de clase media acomodada. Estudió medicina y, ya desde su época de estudiante universitario, formó parte de grupos de tendencia izquierdista. Más tarde, alternó su dedicación a la política con el ejercicio profesional. Participó en la elección parlamentaria de 1937, y resultó electo diputado por Valparaíso. Fue ministro de sanidad del gabinete de Pedro Aguirre Cerdá entre 1939 y 1942. A partir de entonces se convirtió en líder indiscutible del partido socialista.
En 1952, 1958 y 1962 se presentó a las elecciones presidenciales. En la primera ocasión fue temporalmente expulsado del partido por aceptar el apoyo de los comunistas, que habían sido ilegalizados, y quedó en cuarto lugar. En 1958, con el apoyo socialista y comunista, quedó en segundo lugar tras Jorge Alessandri.
En virtud de las señaladas derrotas electorales, y dado que siempre le decían a Salvador Allende que sería el próximo Presidente de Chile, este irónicamente decía que en su tumba se escribiría el epitafio: "Aquí yace el futuro Presidente de Chile".-
En 1964 fue derrotado por Eduardo Frei Montalba. La candidatura de Allende, que encabezaba el FRAP, conformado por la alianza de socialistas y comunistas, proponía nacionalizar la totalidad de las empresas cupríferas, transformándolas en propiedad social por medio del Estado, y una reforma agraria de mayor alcance. El resultado de las elecciones presidenciales del 4 de septiembre de 1964 fue claro y definitivo. Eduardo Frei obtuvo el 56,9% de los votos, en tanto que Salvador Allende lograba el 38,93% del total.
Las elecciones presidenciales de 1970, estuvieron marcadas por el enfrentamiento de proyectos de sociedad antagónicos e imposibles de conciliar. En ellas resultó victoriosa la alianza de comunistas, socialistas, sectores del radicalismo y el MAPU en la llamada Unidad Popular, que estaba encabezada por Allende, con el 36, 3 % de los sufragios. El estrecho margen de diferencia con los votos recibidos por los otros dos candidatos, Jorge Alessandri por la derecha y Radomiro Tomic por la Democracia Cristiana, obligó a que la elección de Allende fuera ratificada por el congreso, en el que se enfrentó a una fuerte oposición. Por fin, el 24 de octubre de 1970, tras lograr el apoyo del Partido Demócrata Cristiano con la firma de un Estatuto de Garantías Democráticas que se incorporaría al texto constitucional, Salvador Allende fue proclamado presidente.
Desde la fecha de comienzo del mandato (el 3 de noviembre de 1970), las dificultades que el nuevo gobierno debió enfrentar fueron inmensas. Ya antes de la asunción presidencial se realizaron intentos por abortar el proceso, el más grave de los cuales terminó con el asesinato por parte de un comando de ultraderecha apoyado por la CIA del Comandante en Jefe del Ejército, general René Schneider, que era un decidido partidario de la subordinación del poder militar al civil.
A pesar de ello, la Unidad Popular, una vez en el gobierno, emprendió la realización de su plan de acción, el cual ponía énfasis en la profundización de las medidas reformistas iniciadas por la administración anterior. Así, se amplió el volumen de tierras expropiadas y se inició la socialización de importantes empresas hasta entonces en manos privadas, las cuales pasaron a ser dirigidas por cooperativas de trabajadores asesorados por funcionarios proclives al Gobierno. Además, se concretó la nacionalización del cobre, en manos de las empresas norteamericanas, lo cual significó el enfrentamiento con los Estados Unidos, quienes a partir de ese momento apoyaron abiertamente a los grupos opositores al gobierno socialista.
Esta oposición se estructuró en distintos frentes; en lo político, en el parlamento por los representantes de la derecha; en el plano de lo ilegal, en los grupos de carácter terrorista que dinamitaron torres de alta tensión y líneas férreas. A pesar de esta rígida oposición, el Gobierno de Allende contó con un apoyo mayoritario por parte de la ciudadanía, en particular de los sectores populares, que se veían directamente beneficiados por las políticas del gobierno de la Unidad Popular. En efecto, el Estado subsidiaba gran parte de los servicios básicos, además de apoyar a organizaciones de trabajadores, campesinos y pobladores urbanos en sus demandas de participación.
Este apoyo a la presidencia de Allende se demostraría claramente en las elecciones parlamentarias de 1971 y las municipales de 1973, en las cuales la Unidad Popular creció en número de votos. Junto con ello, el discurso político de los partidos de izquierda fue adquiriendo tintes cada vez más radicales, en tanto que el enfrentamiento abierto con los grupos opositores se hacía realidad en las calles e indicaba una situación de lucha de clases inevitable.
Acciones de grupos como el MIR y sectores del Partido Socialista venían a confirmar este diagnóstico, al considerar urgente la creación y el fortalecimiento de instancias de "Poder Popular" que fueran alternativas a los estrechos marcos que la institucionalidad prefijaba para una posible construcción de una sociedad socialista. Este intento, conocido como la "Vía chilena al socialismo", concitó el interés y el apoyo de sectores de todo el mundo, en particular desde el Bloque Soviético, Cuba y los Países No Alineados, lo que se traducía en el envío de ayuda material y asesores industriales.
A pesar de todo ello, una serie de problemas vinieron a polarizar aún más a la sociedad chilena bajo la presidencia de Allende, en gran medida debido a causas económicas. La inflación se hizo incontrolable, ya que las alzas salariales y los gastos del Estado fueron financiados con emisión de circulante sin base de sustentación en la producción, la cual se vio disminuida y contraída como consecuencia del bloqueo iniciado por los Estados Unidos y el permanente conflicto que vivían muchas empresas, en virtual paralización permanente por la falta de recursos. A ello se agregaban problemas de distribución de alimentos y bienes, lo que hacía difíciles las condiciones de vida del común de la población.
Este clima de desabastecimiento y crisis, azuzado por los distintos sectores políticos, se tradujo en numerosas movilizaciones a favor y en contra del gobierno de Allende, la más importante de las cuales fue la paralización del yacimiento de cobre de El Teniente, junto a la huelga de los gremios de transportistas, que prácticamente inmovilizó el traslado de bienes de un punto a otro del país. A ello se sumaban conflictos en la universidad y en los colegios profesionales (médicos y profesores fundamentalmente), que dibujaban una división profunda en todos los ámbitos de la vida nacional.
Ante tal situación, el presidente Allende decidió tomar, ya en 1973, medidas que sirvieran como vehículos de diálogo y negociación con la oposición democratacristiana, tales como el ingreso de importantes figuras militares al gabinete, representadas por el Comandante en Jefe, general Carlos Prats, y la oferta de realizar un plebiscito para consultar a la ciudadanía en torno a la continuidad del régimen o la convocatoria a nuevas elecciones. A estas medidas siguió un endurecimiento en las posiciones más radicales de la izquierda, que proponían al Primer Mandatario el cierre del Congreso y la utilización de Facultades Extraordinarias para gobernar.
La derecha y los sectores del poder económico consideraron la situación insoluble, por lo que decidieron, de forma más o menos abierta, recurrir al recurso del golpe de estado militar contra el presidente Allende. En junio de 1973 hubo un primer intento de golpe, conocido como "El Tancazo": un regimiento de blindados de la capital se alzó contra el gobierno, pero las fuerzas leales, encabezadas por Prats, lograron dominar la situación.
Finalmente, el 11 de septiembre de 1973, el general dictador Augusto Pinochet encabezó un golpe militar, durante el cual bombardeó el Palacio de la Moneda, sede del gobierno. El presidente Allende rechazó las exigencias de rendición y murió en el palacio presidencial. En 1990 su cuerpo fue exhumado de la tumba anónima en la que se hallaba, y recibió en Santiago un entierro formal y público.
El coraje cívico, el valor personal y el ejemplo permanente de coherencia política del Compañero Presidente Salvador Allende, merecen el reconocimiento y homenaje.
Por las razones expuestas solicito a los señores y señoras legisladores que me acompañen en el presente proyecto de ley.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
GIUSTOZZI, RUBEN DARIO BUENOS AIRES BLOQUE SOCIAL CRISTIANO
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
RELACIONES EXTERIORES Y CULTO (Primera Competencia)
LEGISLACION GENERAL