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PROYECTO DE TP


Expediente 4739-D-2015
Sumario: EXPRESAR RECHAZO POR LA IMPOSICION DEL NOMBRE DE LA ACTUAL INTENDENTE MUNICIPAL, SEÑORA CLAUDIA LORENA PANZARDI, A LA ESCUELA EES N° 128 DE LAGUNA BLANCA, PROVINCIA DEL CHACO.
Fecha: 31/08/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 111
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Expresar su desagrado y categórico rechazo a la vergonzante imposición del nombre de la actual intendente municipal de Laguna Blanca (provincia del Chaco), señora Claudia Lorena Panzardi a la Escuela EES N° 128 de dicha localidad.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


La EES Nro128 de Laguna Blanca fue bautizada con el nombre Claudia Lorena Panzardi, actual intendente de esa localidad chaqueña y candidata a diputada provincial. "No me pude negar", se justificó.
A partir de ahora, en la localidad chaqueña de Laguna Blanca funciona la EES Nro128, conocida también como escuela "Claudia Lorena Panzardi", en 'homenaje' a la intendente local.
Claudia Lorena Panzardi es la intendente de Laguna Blanca, una pequeña localidad ubicada a 45 kilómetros de Resistencia, la capital del Chaco. Y, además compite por una banca como diputada provincial.
La intendente dijo que el nombre de la escuela se eligió por medios democráticos. "Por votación habían decido que la escuela secundaria iba a llevar mi nombre, no me pude negar". Esta decisión ya está generando polémica...
Según explicó Panzardi al diario TAG, "la escuela comenzó a funcionar en 2010, ya que antes no había escuela secundaria en el pueblo. Muchos chicos no iban a la secundaría, otros, como yo, debimos dejar el pueblo y vivir en otras ciudades para poder ir a la escuela secundaria".
Asimismo, la intendente relató que en 2010, se creó la escuela, y años después de aquel pedido al gobierno radical, "recién podemos cumplir el sueño del edificio propio". Por ese entonces fue designada por concurso como directora María Laura Cimbáro Canela, una docente que no era del pueblo. "Un día ella se acercó y me dijo que por votación habían decido que la escuela secundaria iba a llevar mi nombre. Yo les dije que no era necesario, propuse otros nombres, como los de Cristina o Capitanich, que habían ayudado a realizar esta escuela con sus políticas, pero la gente se negó", contó.
Cabe destacar que para que una escuela pública sea nombrada requiere un proceso de votación en la comunidad educativa, además del aval de la autoridad máxima de la cartera educativa, que debe aprobar dicho nombre una vez que sea elegido.
"Ellos siguieron todos los pasos establecidos por la ley de imposición de nombre de las escuelas. Me pidieron que por favor no renuncie, porque en esos casos yo podía renunciar, pero por respeto a la gente, lo agradecí y acepté. Porque lo hice con convicción para darles herramientas a los chicos que progresen", remarcó (Fuente: Urgente24.com).
El culto a la personalidad es la ciega inclinación ante la autoridad de algún personaje, ponderación excesiva de sus méritos reales, conversión del nombre de una personalidad histórica en un fetiche. La base teórica del culto a la personalidad radica en la concepción idealista de la historia, según la cual el curso de esta última no es determinado por la acción del pueblo, sino por los deseos y la voluntad de los grandes hombres (caudillos militares, héroes, ideólogos destacados, etc.). Es propio de diversas escuelas idealistas atribuir un valor absoluto al papel de las personalidades eminentes de la historia (Voluntarismo, Carlyle, Jóvenes hegelianos, Populismo).
Un culto al líder es un sistema establecido de veneración personal. A ese líder se espera que adscriban todos los miembros de la sociedad. Se trata de un sistema omnipresente y ubicuo y que se espera que persista indefinidamente. Es un mecanismo deliberadamente construido y controlado, que busca la integración del sistema político alrededor de la persona del líder. Es ainstitucional. Las instituciones se marginan y se subordinan. En rigor, hasta la ley debe amoldarse al líder.
Los estados, con frecuencia acosados por dificultades económicas y conflictos sociales, invariablemente responden buscando el fortalecimiento de la legitimación simbólica. Donde hay bajo consenso en las metas ideológicas y programáticas, el régimen busca reforzar el apego simbólico; se apela a la lealtad de sus ciudadanos a la jefatura política, al partido. Es común particularmente en regímenes ideológicos enraizados en Estados con lábil institucionalidad y cierta anomia.
Los cultos al líder son vistos como inherentes en regímenes que aspiran hacia el control "totalitario". El erudito italiano Zincone comparó los regímenes totalitarios con las "religiones seculares" y sus partidos, dijo, eran similares a "sectas militantes, confesionales". Tenían sus propios santuarios, festivales y peregrinajes. Tenían sus propios profetas, apóstoles, sacerdotes y discípulos. Tenían sus propias escrituras sagradas. Poseían su panteón de héroes revolucionarios. Sus grandes festivales y desfiles reemplazaron los servicios y procesiones religiosos. El sistema de adoctrinamiento estaba basado en catecismos y homilías (Vittorio Zincone, El Estado Totalitario, Roma: 1999).
Los cultos al líder intentan crear un punto de referencia de todo el sistema de creencia, centrado en un hombre que viene a ser la encarnación pura de la doctrina. El sistema de esta creencia aspira a la universalidad y es palmariamente ajeno a los principios del sistema representativo republicano de gobierno consagrado en el artículo 1 de nuestra Constitución Nacional.
A diferencia de la propaganda, cuyo objetivo es diseminar la ideología del régimen, el propósito del culto a la personalidad es reforzar la posición política del líder. El mensaje detrás del culto del personalidad es "En este régimen la única persona que importa soy yo".
No sólo las dictaduras, un gobierno presidencialista elegido en elecciones democráticas también puede rendir culto a la personalidad. El culto a la personalidad y la emergencia de una personalidad autocrática no es un accidente fortuito de la historia, sino que es la emergencia de un fenómeno sistemático que puede estudiarse. Los líderes autocráticos han sido descritos como "personalistas" por Geddes (1999), "patrimoniales" por Zolberg (1966), "neopatrimoniales" por Snyder (1992) y "sultanismo" por Linz y Chehabi (1998). En los países donde el poder ejecutivo lo ejerce un presidente, el Jefe de estado no puede convertirse en autócrata ni se puede derivar en un culto a la personalidad mientras que las instituciones que conforman el Estado de Derecho ejerzan el contrapeso necesario que balancee un ordenamiento jurídico riguroso, (Serrafero, 1997), pero cuando se fractura la independencia y el equilibrio entre los poderes públicos del estado aparece el gobierno personalista
¿Cuáles son las señales que nos permiten establecer que existe semejante culto? Podemos enumerar las siguientes: 1) La devoción injustificada de casi todos con el "conductor" (unos por convicción, otros por miedo o conveniencia); 2) La presencia de un "enemigo común" que sirva para justificar la acción del líder, sin importar si es interno o externo, y que supuestamente pretende destruir al régimen o al líder mismo; 3) Ausencia de crítica a las expresiones públicas del líder. Todo aquel que se oponga será considerado un traidor; 4) Persecución y difamación de aquellos que se atrevan a criticar al líder o al régimen por él expuesto; 5) Equiparación de la figura del líder con la del Estado mismo. Si éste es atacado, entonces se ataca a la "patria"; 6) Presencia exagerada de imágenes y eslóganes en diferentes edificios públicos y medios masivos; 7) Designación de calles, avenidas, plazas, escuelas, estadios y hasta edificios públicos con el nombre del líder o de algo relacionado con las ideas que éste profesa.
Los aplaudidores y genuflexos ("chupamedias" en el lenguaje popular) me recuerdan cuando, desde el balcón de la Casa Rosada y rodeado de sus ministros, Perón dijo "Estoy rodeado de una manga de alcahuetes y adulones". Después de mirarse entre ellos para saber a quién estaba dirigido el mensaje todos esos ministros aplaudieron.
A riesgo de sonar antipático, me acordé del relato que narraba don Arturo Jauretche en "Los profetas del odio y la Yapa" sobre el exceso de homenajes al líder justicialista y a su esposa durante el primer peronismo:
"(...) adulones peronistas terminaban por alterar lo que quedaba de la toponimia auténtica con una lamentable y egolátrica emulación. De la época es el cuento del paisano que en la esquina de Mitre y Pavón, en Avellaneda, le pregunta al vigilante por la calle Mitre.
-"¡Cómo Mitre...! ¡Eva Perón... y es esta!", le señala el policía.
-"Disculpe... ¿Y Pavón cuál es?"
-"¡Cómo Pavón! ¡Juan Perón...!, lo reta el vigilante.
-"No sabía..." -explica el paisano-. "Como soy del Chaco..."
-"¡Qué Chaco... Provincia Perón!" - le grita ya irritado el vigilante.
El paisano, intimidado, camina pocos metros en dirección a Buenos Aires. Está ahora, sobre el Riachuelo, en el puente y se recuesta a la baranda, pensativo y perplejo.
Se le acerca un marinero y le pregunta:
-"¿Qué está haciendo, paisano?"
El paisano, prudente y avivado ya, le contesta:
-"Estoy mirando el Peronchuelo, señor..."
"(...) y viene el caso aquí, con respecto al reiterado homenaje de los nombres de las calles y todo tipo de instituciones es que terminan por no tener sentido de tan repetidos, algo que el Dr. Cooke le dijo al mismo Perón en la presidencia: "Se ha abusado tanto de su retrato que ya no se lo ve; forma parte del paisaje como los árboles de la calle".
En honor a la verdad el general Perón, en su tercera presidencia, corrigió estos excesos y por ello mismo merece el respeto de la mayoría del país, obviamente motivado por su obra, en varios planos trascendentales.
Deseoso que la señora intendente de Laguna Blanca recapacite en honor a la República y rehúse este bochornoso intento de culto a la personalidad que en nuestro país ha sido desterrado desde el Decreto sobre Supresión de Honores de la Junta de Gobierno dictado el 6 de diciembre de 1810 y que en sus considerandos expresa: ¿Qué comparación tiene un gran pueblo de esclavos, que con su sangre compra victorias, que aumenten el lujo, las carrozas, las escoltas de los que lo dominan, con una ciudad de hombres libres, en que el magistrado no se distingue de los demás, sino porque hace observar las leyes, y termina las diferencias de sus conciudadanos? .... ¡Infelices pueblos los que
viven reducidos a una condición tan humillante!... Si deseamos que los pueblos sean libres, observemos religiosamente el sagrado dogma de la igualdad. ¿Si me considero igual á mis conciudadanos, porque me he de presentar de un modo que les enseñe que son menos que yo? Mi superioridad solo existe en el acto de ejercer la magistratura, que se me ha confiado; en las demás funciones de la sociedad soy un ciudadano, sin derecho a otras consideraciones que las que merezca por mis virtudes"; es que solicito el acompañamiento de los señores diputados y diputadas con su voto afirmativo a este proyecto de resolución.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
ASSEFF, ALBERTO BUENOS AIRES UNIR
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
EDUCACION (Primera Competencia)