Proyectos »

PROYECTO DE TP


Expediente 4735-D-2015
Sumario: EXPRESAR BENEPLACITO POR EL AVANCE CIENTIFICO CONSISTENTE EN LA CREACION DE UN "EMBRION DE CHITA O GUEPARDO, ANIMAL VULNERABLE A LA EXTINCION", QUE OBTUVIERON INVESTIGADORES DE LA FACULTAD DE AGRONOMIA DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES - UBA.
Fecha: 31/08/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 111
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Expresar su beneplácito ante el avance científico consistente en la creación de un embrión de chita o guepardo (Acinonyx jubatus, animal vulnerable a la extinción), obtenido por investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA en un laboratorio que dirigen el Médico Veterinario Dr. Daniel Salamone con la Licenciada en Biotecnología Lucía Moro.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


La chita es el animal felino más veloz del mundo. Puede cazar gacelas, liebres, antílopes pequeños, ñandúes y cebras juveniles. Pero también es cazada por seres humanos que buscan su piel, y ahora sus poblaciones que habitaban en las estepas y sabanas en África y Medio Oriente, hasta la India, están amenazadas y no superan los 4.500 ejemplares en total. Para mejorar su estado de conservación, científicos de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires estudiaron la reproducción, y por primera vez en el mundo lograron un embrión por clonación.
A principio de la década pasada, hubo científicos de la India, que tenían un plan para clonar chitas asiáticas. Sin embargo, el objetivo no pudo alcanzarse. Ahora, el clon -al menos en el estadio de embrión- fue conseguido por el grupo del veterinario Daniel Salamone con la licenciada en biotecnología Lucía Moro. Lo hicieron en el marco de un proyecto sobre la reproducción de especies amenazadas, y utiliza a la clonación para aumentar sus poblaciones.
Los investigadores argentinos realizaron muchos intentos y probaron diferentes caminos para llegar a conseguir el embrión clon, que se desarrolló hasta el estadio de blastocisto por 7 días. El trabajo empezó a partir de muestras de células de la piel de un ejemplar de chita que se encuentra en el Zoológico de Buenos Aires. Las células fueron colectadas por Adrián Sestelo y luego conservadas en frío.
Luego, el operativo de la clonación de chita (que también se conoce como guepardo) siguió en el laboratorio que dirige el doctor Salamone en la Facultad de Agronomía de la UBA. Allí, fusionaron las células de la piel de chita con los óvulos de gatas domésticas, cuyos núcleos habían sido removidos y no tenían zona pelúcida. Hicieron varios intentos de fusión, y obtuvieron embriones clones. Luego, tomaron dos embriones clones y los sometieron a un proceso que llaman "agregación". De esta manera, se desarrolló un embrión en el estadio de blastocisto, hasta los 7 días, según Moro. Publicaron los resultados
en la revista especializada Reproduction. En la investigación, también participaron María Inés Hiriart, Javier Jarazo y Carla Buemo, y científicos de Chile.
Los científicos frenaron el desarrollo del embrión, que no llegó a nacer. "Habíamos firmado un acuerdo con el Zoológico, que sigue los estándares del código de ética de la Asociación Latinoamericana de Parques Zoológicos y Acuarios, y sólo estábamos autorizados para trabajar con embriones", explicó Salamone. ¿Para qué sirve la clonación de chita? "Lo trascendente es que se chequeó la viabilidad del banco de células del Zoológico porteño: podrían llegar a conseguirse descendientes de chitas en el futuro. También existe la posibilidad de que la clonación pueda ser útil para curar enfermedades de chitas por la derivación de células madres", respondió Salamone.
Al ser consultada por Clarín, Patricia Saragüeta, investigadora en reproducción del Instituto de Biología y Medicina Experimental del Conicet, afirmó "El punto positivo del trabajo publicado en Reproduction es que los investigadores desarrollaron un modelo que permitirá conocer el desarrollo embrionario temprano de la chita. Consiguieron hacer una reprogramación inicial de las células somáticas de ese felino para dar lugar a un embrión".
Desde hace más de 15 años, en otros países se intentó también clonar animales en peligro. En los Estados Unidos, se clonó en 2001 un gaur, un bovino salvaje de la India y Nepal, y en 2009 se intentó "resucitar" al bucardo, un tipo de cabra montés que se extinguió en España. Hace un año, se logró clonar al muflón salvaje, una especie pariente de la oveja. La copia se obtuvo en Irán (Fuente: Valeria Román, diario Clarín; International Union for Conservation of Nature -IUCN- ).
Actualmente existen miles de especies animales que están en peligro de extinción, algunas más críticas que otras pero que, si no se interviene, finalmente se terminarán perdiendo. La clonación de especies vivas, puede significar una luz de esperanza para animales que, de otra manera desaparecerían.
El hecho de que estos animales obtenidos mediante clonación puedan seguir reproduciéndose en un ambiente natural, ayudaría a reconstruir ecosistemas, saliendo del laboratorio para volver a sus hábitats.
Recordemos que el fundador de la genética era un sacerdote católico. El padre Gregor Mendel descubrió los genes y su investigación en el campo de la genética aún continúa siendo válida desde ya hace 150 años. No se presentó ningún conflicto inherente en ese entonces entre la ética, la religión y la ciencia genética.
La lección de Gregor Mendel consiste en que la religión y la genética no son incompatibles. En vez de reacciones sospechosas, prejuiciosas o instintivas desde una perspectiva negativa, ¿no podrían los científicos genéticos y los bioeticistas comenzar a desarrollar estándares éticos con los que la gente común se sintiera cómoda?
Desde que en 1962 el británico John B. Gurdon demostró que era posible -lo que le ha valido el Premio Nobel de Medicina de este año-, la técnica de la clonación ha tenido un desarrollo lento, pero imparable.
Hasta 1996 no se logró el primer mamífero clonado a partir de células adultas. Fue la archifamosa oveja Dolly, obtenida en el Instituto Roslin de Edimburgo. A partir de este éxito, la clonación se ha convertido en una técnica de uso creciente cuya única limitación es, por ahora, económica. Utilizar la clonación para reproducir animales destinados al consumo de carne no resulta por ahora competitivo: la simple reproducción natural la garantiza a un precio mucho más asequible.
En cambio, la clonación puede resultar decisiva para evitar la extinción total de especies hoy amenazadas. En este caso, sin embargo, hay que plantearse algo más. De poco servirá clonar esos animales si no se modifican al mismo tiempo las causas que les han llevado al borde de la desaparición, ya sea la caza masiva de ejemplares o las agresiones al hábitat en el que sobreviven.
Pido por consiguiente el acompañamiento de mis pares a fin de expresar el beneplácito de esta H. Cámara con los investigadores de nuestra Facultad de Agronomía de la UBA por el notable avance científico conseguido.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
ASSEFF, ALBERTO BUENOS AIRES UNIR
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
CIENCIA, TECNOLOGIA E INNOVACION PRODUCTIVA (Primera Competencia)