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PROYECTO DE TP


Expediente 4691-D-2008
Sumario: EXPRESAR PREOCUPACION POR LA SITUACION CRITICA DE LA PRODUCCION GANADERA DEL PAIS.
Fecha: 02/09/2008
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 112
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:


Su preocupación por el crítico estado de la producción ganadera argentina en todas sus etapas. La gravedad de la situación es tanta que nuestro país podría verse obligado a importar carne para el consumo interno en el mediano plazo, si no se implementar en forma inmediata acciones conducentes a revertir la situación . Manifiesta que vería con agrado que el Poder Ejecutivo tome en cuenta esta realidad y, en forma inmediata, convoque a los actores de la cadena ganadera para elaborar y poner en ejecución un plan que revierta este grave inconveniente.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


La crisis de la ganadería está llegando a un punto límite. En la actual situación, con los precios sugeridos para la hacienda en pie por parte de la Secretaría de Comercio Interior sumado a las dificultades para exportar-, con una población en tendencia creciente, en tres años podría faltar carne para abastecer el mercado interno, según estiman asesores y empresarios del sector, según relevamiento realizado por el diario La Nación. Un país que fue el principal abastecedor de carne del mundo y en cuya cultura la ganadería ocupa un papel central, está perdiendo su capacidad de cubrir su propia demanda, lo cual no sólo derivará en la necesidad de importar el producto sino en una pérdida de identidad, que no afecta sólo a la economía nacional. La carne significa para los argentinos mucho más que un alimento central en su dieta, razón por la cual observamos que, aunque ha aumentado el precio durante los últimos 2 años en varias oportunidades, el consumo no se ha resentido significativamente.
Son varios los factores que han dado lugar a la actual situación. Por un lado, las políticas públicas poco felices, conducidas por funcionarios que evidentemente ignoran la dinámica de este importante sector, sumado a otros factores como el desplazamiento de la ganadería por la agricultura a raíz del incremento de la rentabilidad de esta última (en los últimos 14 años la ganadería perdió 11 millones de ha, que se dedicaron al cultivo, principalmente, de soja), y la suba de los precios de los granos, que limitó el uso para suplementación de la dieta animal, desde 2005.
Una verdadera responsabilidad de peso y que ha sido el factor más determinante de la actual crisis ha sido la intervención de la Secretaría de Comercio su equivocada versión que el consumo interno compite con la exportación".
Lo más preocupante es la falta de señales para toda la cadena. Como consecuencia, se frenan las inversiones y se discontinúa el proceso de mejora que se dio entre 2001 y 2005. Ya en 2007 aparecieron indicios de disminución del stock y surgió un signo de interrogación sobre la oferta futura de carne. Puede que en tres años lleguemos a un punto en que aún sin exportar nada, no alcance la oferta para cubrir la demanda local, estimó una fuente de la industria. De seguir las cosas como están, puede predecirse que en no más de tres años la Argentina estará obligada a importar carne para el consumo interno. Una pesadilla difícil de entender, pero real.
Además, dada la actual coyuntura internacional, la Argentina está desaprovechando un inmejorable momento promoviendo el crecimiento de la producción, para abastecer la demanda externa en fuerte expansión, sin descuidar el mercado interno.
Evidentemente el comienzo de esta desafortunada situación, se remonta a mediados del 2006, donde comenzaron a cometerse errores como la intervención en los precios, el aumento del peso de faena en forma abrupta y el cierre de las exportaciones.
El consultor Víctor Tonelli considera que "se malinterpretan los problemas del sector y se aplican políticas restrictivas con la intención de desacoplar los precios internacionales de la carne y los del mercado interno. Restringen la exportación y tratan de subvencionar el uso de granos en los "feed lots". En su opinión, el Gobierno envía una señal que desalienta el aumento de la producción (tanto en número de cabezas como en peso de faena), porque la prioridad está puesta sólo en el consumo interno.
Indudablemente debemos salir de la tesis de que la exportación compite con el consumo interno.
Debemos fomentar la exportación, impulsar la producción y alcanzar así, como consecuencia natural, precios accesibles en el mercado interno.
La actividad se encuentra totalmente desincentivada. Hoy son pocos los productores que invierten en pasturas, y los que lo hacen, reducen totalmente sus costos, con calidad de semilla inferior y sin fertilización. La temática es "abaratar" lo mas posible.
Así las cosas, la oferta de forraje se encuentra absolutamente acotada, y sin temor a equivocarme , se puede hablar de una caída de cerca del 50 % en la renovación de las pasturas, dato que resulta mas que preocupante.
Entre los datos que reflejan la crisis de la actividad hay algunos fundamentales. Primero: va en aumento la brecha entre el precio que recibe el productor por venta directa al frigorífico ($6,30/6,40 el kilo de carne) y el que paga el consumidor (entre 16 y 18 pesos el kilo).
Segundo: la participación de las hembras en la faena llegó a 50,7% en mayo pasado; datos oficiales indican que en 2007 se faenaron 1,5 millón de hembras más que en 2006 y a su vez que ese año se faenaron 1 millón más que el promedio 2001-2005.
A comienzos de este año, he presentado un proyecto donde se señala la preocupante liquidación de hembras fuera de lo normal que se está operando.
Tercero: el peso promedio de faena bajó un 2,6% entre mayo de 2007 y de 2008, pasó de 216 a 210 kilos en gancho, según el último informe de Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la República Argentina (Ciccra), sobre datos de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca).
La incertidumbre atraviesa todos los eslabones de la cadena. Los precios sugeridos por la Secretaría de Comercio Interior para las distintas categorías de hacienda generan poca transparencia y distorsión en el mercado (léase: menor facturación y mayor participación de las ventas en negro).
La medida provoca lo contrario de lo que se pretende: favorece el aumento de los márgenes en el área comercial y así perjudica al productor y al consumidor, según evalúan representantes del sector de consignatarios. Ese techo para los precios genera desaliento entre los productores, lo que se refleja en la desmejora del estado de la hacienda (aunque en parte se debe también a la actual sequía), por menor inversión en praderas y verdeos.
Debido a la importancia de este tema y a las consecuencias que podrían derivarse, solicito, Sr. Presidente, la aprobación del presente proyecto.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
FERRO, FRANCISCO JOSE BUENOS AIRES COALICION CIVICA - ARI - GEN - UPT
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
AGRICULTURA Y GANADERIA (Primera Competencia)