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PROYECTO DE TP


Expediente 4653-D-2015
Sumario: OBSERVATORIO FEDERAL DE LA PATOLOGIZACION Y MEDICALIZACION DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES. CREACION
Fecha: 27/08/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 109
Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...


Creación del Observatorio Federal de la Patologización y Medicalización de Niños, Niñas y Adolescentes
ARTÍCULO 1º: PROPÓSITO.- Se crea en el ámbito del Poder Ejecutivo Nacional el Observatorio Federal de Medicalización y Patologización de Niños, Niñas y Adolescentes como órgano de evaluación y monitoreo de la Patologización y Medicalización de la Infancia
ARTÍCULO 2º: OBJETO.- El Observatorio Federal de Medicalización y Patologización de Niños, Niñas y Adolescentes tiene como objetivo principal promover la investigación y recopilación de información para la correcta implementación de programas y políticas públicas dirigidas a las Infancias.
ARTÍCULO 3º: DEFINICIONES.- A los fines de la presente ley entendemos por
a) Patologización de los niños, niñas y adolescentes al excesivo etiquetamiento de determinados comportamientos como enfermos, siguiendo de manera mecánica y reduccionista el modelo dicotómico salud-enfermedad.
b) Medicalización de niños, niñas y adolescentes a la tendencia excesiva a buscar recursos propios de la medicina para intentar resolver problemáticas complejas de orden psico-social.
ARTÍCULO 4º: ADMINISTRACIÓN.- El observatorio Federal de Medicalización y Patologización de la Infancia se integra por un director/a designado por el Poder Ejecutivo Nacional y por personal técnico y profesional interdisciplinario y especializado en la temática, seleccionado por concurso público de oposición de antecedentes, y por tres (3) miembros designados por el Ministerio de Educación de la Nación y tres (3) miembros designados del Ministerio de Salud de la Nación.
ARTÍCULO 5º: FUNCIONES.- El Observatorio Federal de Patologización y Medicalización de Niños, Niñas y Adolescentes tiene las siguientes funciones:
Recolectar y procesar, sistematizar e interpretar los datos e información que son materia de su competencia, de manera unificada y centralizada.
Monitorear la implementación de políticas públicas que tiendan a prevenir la problemática definida en el Artículo 3º, en base a los datos aportados por cada distrito y los propios que el observatorio recabe.
Monitorear el grado de cumplimiento de acciones en materia de Políticas Federales que prevengan la patologización y medicalización de los niños, niñas y adolescentes que son específicas de cada uno de los Ministerios Nacionales conforme a las disposiciones de la ley de Ministerios N° 26.338 y sus modificatorias.
Diseñar un sistema de evaluación permanente que se nutra de estudios descriptivos, indicadores de perspectivas, análisis de estructuras, procesos y resultados, entre otros aspectos.
Elaborar un informe semestral detallando los avances producidos en materia de atención y cuidado respecto a la Patologización y Medicalización de los niños, niñas y adolescentes, incluyendo las consecuencias e impacto en el ámbito educativo y en el ámbito de la salud. El informe semestral deberá elevarse al Poder Ejecutivo Nacional y publicada en la página web de los ministerios involucrados.
Actuar como órgano permanente en la recolección y análisis de la información, referida a la cantidad de psicofármacos prescriptos y vendidos para niños, niñas y adolescentes.
Analizar estadísticas y modalidades de intervención respecto a la patologización y medicalización de las Infancias en otros países.
Confeccionar y actualizar informes en colaboración con las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires elaborando un registro de dispositivos existentes para atender la problemática planteada en el Artículo 3 y los que sean creados bajo la órbita de la presente ley.
Sistematizar datos que proporcionen otros organismos como UNICEF o Universidades Nacionales.
Disponer el funcionamiento de un sitio web en el cual se publiquen todas las acciones del observatorio y los informes que se realicen, y en el cual se puedan realizar denuncias por incumplimiento de la presente ley y de las políticas que sean su consecuencia.
Generar capacitaciones acerca de la temática tanto para el ámbito de la salud como la educación.
ARTÍCULO 6º: FINANCIACIÓN.- Los gastos que demande para el Estado Nacional el cumplimiento de la presente ley serán atendidos con las partidas de asignación específica que al efecto destine en forma anual el Presupuesto Nacional de la Administración Pública.
ARTICULO 7º.- Se comunica al Poder Ejecutivo Nacional.-

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Motiva la presentación del presente proyecto nuestra preocupación por el auge de la excesiva patologización de chicos desatentos e inquietos. La "patologización y medicalización de la infancia", un fenómeno en franco incremento en los últimos años, constituye un problema grave que nos convoca a preguntarnos si el mismo no debiera ser considerado como una de las tantas formas de ejercicio de una suerte de "violencia simbólica" que sociedades como la nuestra ejercen sobre los niños, niñas y adolescentes.
Sin embargo, resulta conveniente, antes de avanzar sobre esta hipótesis, comenzar por recordar a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de "patologización" y "medicalización". En su devenir histórico la "medicalización" no ha variado conceptualmente, pero sí lo ha hecho su expansión, de la mano de su incidencia y los alcances del fenómeno, promovidos por determinados intereses y sectores que la impulsan y que, de acuerdo a lo que puede observarse, se van modificando en función de la época y los modelos sociales en que esta se va desarrollando (DUEÑAS:2013).
Para esto, resulta oportuno empezar por aclarar que con estos términos de ninguna manera se está cuestionando a la medicina, ni al avance de los conocimientos y la tecnología médica y farmacológica que en los últimos años vienen posibilitando la detección temprana y el tratamiento exitoso de una gama cada vez más amplia de enfermedades. Tampoco se pretende con el uso de esta terminología, y desde una perspectiva ligada al campo de la salud mental, cuestionar de manera generalizada a la psiquiatría, ni la administración de psicofármacos cuando éstos se precisan, dado que -sin dudas- los mismos han contribuido a mejorar la calidad de vida de muchas personas que atraviesan situaciones de gran sufrimiento psíquico.
Advertimos que esto se torna aún más grave cuando nos detenemos a pensar que este tipo de políticas medicalizadoras impulsadas por los intereses de ciertos sectores del mercado, principalmente los de la industria farmacéutica, parecen estar en los últimos tiempos focalizando su atención en un sector de la población particularmente vulnerable, al tomar como "objeto" de las mismas nada menos que a los niños, niñas y adolescentes, cuyo psiquismo, como dijimos, está en pleno proceso de construcción, y de cuyos vaivenes, "con" y "en" relación con los "otros", dependerán, justamente, el desarrollo de sus funciones cognitivas y la definición de su identidad. En este sentido, una de las cuestiones que resulta particularmente preocupante deriva de considerar que, con este tipo de intervenciones, se imprimen marcas en sus trayectorias de vida social, familiar y escolar, cuyos efectos los compromete, incluso, "a futuro".
La discusión no gira en torno a si es necesario realizar diagnósticos o no, sino en cómo, cuándo y quien "diagnostica", considerando siempre los efectos "estigmatizantes" que puede tener en un infante, teniendo en cuenta que es un sujeto en pleno proceso de constitución. La gran relevancia de esta investigación es la posibilidad que otorga para indagar acerca del impacto producido por esta problemática dentro de la población educativa en el marco de un fenómeno de alcance aún mayor, conocido como el de la "Medicalización de la Vida y las Sociedades" (así lo enuncia la ley de Salud Mental de Argentina) y que estaría vulnerando de manera particular los Derechos de las Infancias (detallados en la Convención Internacional de los Derechos de los Niños y la Ley de Protección Integral de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes) constituyéndose a la vez en novedosos dispositivos de reproducción de la desigualdad educativa.
Entenderemos a la infancia como un proceso de construcción subjetiva que se halla inmerso en un universo organizado simbólicamente y construido fundamentalmente por la relación del niño con el adulto que lo construye, consideramos necesario tener especial atención en cada particular y única forma de vinculación, historia y las condiciones institucionales donde la construcción subjetiva se despliega (BLEICHMAR:2005).
"Medicalizar" es un término acuñado por Ivan Illich que refiere a la tendencia a abusar de recursos propios de la medicina para intentar resolver problemáticas complejas de otro orden: ligadas por ejemplo a variables psico-sociales, pedagógicas, etc. Este fenómeno está impulsado desde sus orígenes por el mercado de la industria farmacéutica, pero contribuyen a su expansión y consolidación diversos actores sociales: desde médicos hasta profesionales del campo "psi", docentes, los medios de comunicación e incluso políticas de estado (DUEÑAS:2012).
Por otro lado, el término "patologizar" hace referencia directa al paso previo que requiere la medicalización. Y como indica su nombre, remite a la tendencia a concebir como "patologías" (u enfermedades) a una amplia gama de expresiones o conductas que pueden tratarse desde síntomas de alguna patología, hasta conductas reactivas a condiciones de vida inadecuadas (por ejemplo las ligadas a la violencia familiar) o incluso respuestas sanas de la persona ante determinadas circunstancias (por ejemplo, cuando se trata como "depresión" un "trabajo de duelo"). Para esto, se apela a prácticas tecnocráticas, simplistas, de fuerte sesgo biologicista, que de manera descontextualizada, y deshistorizada, sólo a partir de lo "observable", clasifican y etiquetan las mismas de "trastornos" o "deficits" a los que luego acompañan de certificados de discapacidad. El auge de la patologización de chicos inquietos y desatentos en la escuela ha llegado a tal punto que ya se está medicando hasta niños de jardín de infantes.
En el análisis de este fenómeno, necesitamos tener en cuenta que la escuela actual, cuestionada por muchos y muchas veces cuestionándose a ella misma por el incremento de la diversidad de demandas que se realizan ante las novedosas problemáticas con las que se hacen presentes las nuevas infancias, parece haberse transformado en uno de los ámbitos en donde más se le reclama a la medicina soluciones rápidas y remedios eficaces para abordarlas (TERZAGHI:2011). Parecería que de esta lógica y de este tipo de práctica subyace una lógica que parece justificable, simple y lineal por lo dado en un momento: "una lógica de trastornos" que no afecta ni es afectada por la historia o por el contexto en que se inscribe la dificultad, que solo tiene en cuenta "el síntoma" elevándolo a la categoría de "lo que hay que arreglar", así como lo propone el DSM IV. (1)
En estas circunstancias "muy frecuentemente se espera que el médico haga una categorización diagnóstica del infante con problemas para que este ingrese, circule o permanezca en la escuela en la medida que el discurso médico continua ofreciéndose como dispositivo normalizador-normatizador de la conducta" (TERZAGHI:2011:124).
Parecería que los discursos que llamamos "patologizadores" o "medicalizadores" (de acuerdo a lo que venimos relatando) sobre los llamados "escolares en problemas" han llegado para instalarse, y que esto es un elemento clave para el análisis e indagación en nuestra investigación de campo en los establecimientos educativos. Los discursos docentes que muestran estas tendencias a las que hacemos referencia tienen efectos estigmatizantes sobre los escolares.
Reflexionar sobre el tema permite, visualizar desde una perspectiva compleja la necesidad de debatir y cuestionar los fundamentos, alcances e implicancias que conllevan ciertas prácticas profesionales que -sin demasiada conciencia- estarían contribuyendo a reproducir y consolidar un fenómeno conocido como la patologización y medicalización de la niñez y adolescencia, y que en los últimos años, a raíz de un giro en sus estrategias, preferimos denominar "la biomedicalización de los malestares infantiles actuales".
El proyecto surge porque se advierte con preocupación el avance de ciertos discursos de fuerte sesgo biologicista e innatista que -a contramano de los nuevos paradigmas en salud mental en los que se apoya la nueva legislación nacional vigente- tienden a tornarse hegemónicos, al generalizarse y extenderse desde el campo de la salud hacia el escolar, vulnerando a través de cierto tipo de prácticas que se promueven desde "cierta ciencia" nada menos que los "Derechos de los Niños, las Niñas y los Adolescentes". Las mismas refieren a la tendencia a establecer "diagnósticos" que -con mucha facilidad- se endosan a infantes y adolescentes, sin tener en cuenta el entorno y la historia y tampoco la complejidad del funcionamiento psíquico en la infancia y en la adolescencia.
El problema con el que solemos encontrarnos es que los mismos parecen haberse reducido a simples procedimientos de "evaluación cuantitativa" de aquellas funciones cognitivas previamente identificadas fundamentalmente por las escuelas como desadaptadas que -al ser consideradas además, de forma "aislada" y "descontextualizada", como si el comportamiento fuera algo "estático y atemporal"- determina como consecuencia abordajes "medicalizadores" a partir del establecimiento de "trastornos" atribuidos a "supuestas deficiencias de origen biológico" portadas por los mismos infantes o adolescentes, sin que se tenga en cuenta lo que les puede estar sucediendo, en muchos casos "padeciendo", ni se los ayude a desarrollar sus posibilidades.
En su lugar, respaldados por la legislación vigente, sostenemos desde la privilegiada perspectiva que ofrece un dialogo interdisciplinario, que -para trabajar con ellos y poderlos acompañar de la mejor manera posible en sus procesos de aprendizaje y socialización- no podemos dejar de tener en cuenta que todo niño, niña u adolescente es un "sujeto en devenir", de modo que resulta central no perder nunca de vista que los mismos están transitando momentos de la vida que se definen justamente por sus "posibilidades de transformación".
En este sentido, y partiendo de la idea que "no hay naturaleza humana dada" sino prácticas que la producen, consideramos fundamental poner a consideración las principales novedades socio culturales con las que la época atraviesa los procesos de subjetivación de las infancias actuales, considerando para esto y de manera particular su impacto en las principales instituciones que clásicamente se vienen ocupando de su crianza y educación: es decir, las familias y las escuelas, y -como consecuencia de estas transformaciones- las relaciones que entre ambas sostienen
Para terminar quiero hacerlo con "Decálogos de la Niñez" de Daniel Calmels, conocido psicomotricista y experto en la temática que aborda el proyecto, ya que creo que sus palabras reflejan el sentido mismo del proyecto. Creo que debemos acompañar a los niños en su sufrimiento y en estos malestares que día a día atraviesan propios de la cultura y no medicarlos para dejarlos anulados ejerciendo de esta manera "violencia simbólica" sobre ellos:
Cuando un niño se tira, no quiere decir que se caiga
Cuando un niño choca no quiere decir que empuja
Cuando un niño golpea, no quiere decir que lastime
Si un niño se mueve, no quiere decir que sea activo
Cuando un niño se muestra activo, no quiere decir que sea interactivo
Cuando un niño hace silencio, no quiere decir que se calle
Cuando un niño sueña, no está distraído
Cuando un niño se inmoviliza no quiere decir que está quieto.
Cuando un niño está solo, no quiere decir que está aislado
Cuando un niño se esconde pide una mirada suave
Cuando un niño conciente no quiere decir que acuerde
Cuando un niño ríe, no quiere decir que este contento
Cuando un niño se asombra no quiere decir que este asustado
Cuando un niño pregunta, no quiere decir que no sepa
Cuando un niño transgrede, no quiere decir que se equivoca
Cuando un niño se equivoca no es un acto de ignorancia
Cuando el tiempo concluye, no quiere decir que el niño termine
Cuando un niño dice que no quiere decir No. Por todo lo expuesto, solicito a mis pares me acompañen en el siguiente proyecto de ley.
BENASAYAG, León. y otros;(2007) ADDH. Niños con déficit de Atención e hiperactividad ¿Una patología de mercado? Una mirada alternativa con enfoque multidisciplinario, Buenos Aires-México. NOVEDUC, Colección Conjunciones.
BLEICHMAR, Silvia, (2005) Violencia Social Escolar .Buenos Aires. NOVEDUC
DSM IV, Manual de enfermedades Psiquiatritas de la A.P.A. Asociación Psiquiatrita Americana.
DUEÑAS Gabriela, (2008) Alumnos Medicados con Tendencias preocupantes en las Aulas. NOVEDUC, Buenos Aires.
(2013) "Las Nuevas Infancias interpelan el cotidiano escolar. Intervenciones posibles" en Dueñas. G. E Kahansansky y R. Silver (comps). La patologización de la infancia. Intervenciones inclusivas y subjetivantes en las aulas. Buenos Aires. Noveduc.
(2013) "El papel de las Escuelas en los Procesos de patologización y medicalización de las infancias actuales: ¿Nuevos dispositivos de control? En Paradojas que habitan las instuciones educativas en tiempos de fluidez. G. Dueñas; A. Taborda; y G. León (comp.), San Luis, Universidad Nacional de San Luis.
(2014) Niños en Peligro la escuela no es un hospital.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
MARCOPULOS, JUAN FERNANDO CORRIENTES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
ACCION SOCIAL Y SALUD PUBLICA (Primera Competencia)
FAMILIA, MUJER, NIÑEZ Y ADOLESCENCIA
PRESUPUESTO Y HACIENDA
Trámite en comisión (Cámara de Diputados)
Fecha Movimiento Resultado
06/10/2015 INICIACIÓN DE ESTUDIO Aprobado sin modificaciones con dictamen de mayoría y dictamen de minoría