La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar beneplácito y felicitar a los deportistas argentinos por las medallas de oro obtenidas en las disciplinas de fútbol y ciclismo y medallas de bronce obtenidas en básquet, judo, jockey y tornado de vela en las Olimpiadas de Beijing, llevadas a cabo en la Rep. Popular China del 8 al 24 de agosto del 2008.

Señor presidente:

La competencia olímpica es conocida desde la antigüedad, los primeros reportes datan del año 776 antes de Cristo, en la ciudad de Olímpica en Grecia. Los juegos olímpicos modernos se iniciaron en Atenas, en 1896, por sugerencia y con la coordinación del Barón de Coubertin. Desde ese entonces se realizan cada 4 años, con contadas excepciones (I y II Guerra Mundial).

Desde entonces, estos juegos tienen una significación deportiva, política y simbólica cada vez más trascendentes, toda vez que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han maximizado la sensación de proximidad e instantaneidad que permiten a personas de todo el mundo vivenciar los desafíos de cada una de las disciplinas en una dimensión antes desconocida.

Pero además, estos juegos representan el esfuerzo personal y colectivo, la perseverancia de los que día a día, con metas de largo plazo, trabajan por sobrepujar sus propios límites. Cada cuatro años se dan cita rivalidades políticas, nacionales; junto con historias y desafíos personales. Es oportunidad para la explicitación de tradiciones, cultura y proyecciones, de lo que somos y queremos ser. Pero también es una vidriera donde muchas veces los seres humanos concretos no son fines en sí mismos sino medios, herramientas para objetivos que los superan.

Por eso es importante que, aún antes de realizar un balance de aciertos y errores, de lecciones para saber en qué insistir y en qué cambiar, asumamos que es absolutamente necesario reconocer en nuestros atletas -no sólo en los que trajeron preseas,- la ejemplaridad, la dignidad de haber hecho todo lo posible, un buen trabajo. No se trata de institucionalizar un exitismo momentáneo, sino de actuar como verdaderos representantes del pueblo, sintetizando el agradecimiento, la alegría y la esperanza que nos transmiten estas argentinas, estos argentinos, que nos dicen que es posible, también en otros órdenes, que podamos llegar más lejos, más alto y más rápido a ese horizonte de crecimiento y desarrollo, en paz, en libertad.

Sin lugar a dudas debemos explicitar nuestro beneplácito para con quienes no sólo trajeron medallas, sino que constituyen la prueba efectiva de que la humildad, el trabajo cotidiano y sostenido, la concentración, la sinceridad en los propósitos y la capacidad para asumir objetivos en el tiempo, sorteando toda clase de dificultades, no sólo son posibles, sino imprescindibles en el deporte, tanto como en la vida toda.

Por lo expuesto solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.