La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional, a través de la Jefatura de Gabinete de Ministros, reasigne las partidas presupuestarias pertinentes para proceder a la adquisición, y conservación de seis (6) Equipos Aéreos conformados por: dos (2) Aeronaves aplicadoras del tipo AT-802, un (1) Avión rastreador y de observación, un (1) Helicóptero del tipo Bell 412EP y los equipos terrestres (fijos y móviles) complementarios a éste, con el objetivo de ser provistos e instalados en cada una de las "Sedes Regionales" del Plan Nacional de Manejo del Fuego.

Señor presidente:

El Plan Nacional de Manejo del Fuego es un plan de prevención y lucha contra incendios forestales implementado desde la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, y funciona en forma articulada con la Administración de Parques Nacionales.

Este plan tiene como objetivo promover acciones integrales de coordinación y desarrollo en el ámbito de un SISTEMA FEDERAL DE MANEJO DEL FUEGO, con competencia en la operación de siniestros a escala nacional.

La organización del plan tiene una estructura descentralizada de seis (6) sedes regionales, y una brigada nacional que interactúan a las órdenes de los organismos específicos provinciales y de la Administración de Parques Nacionales. Este modelo de regionalización divide al territorio nacional de la siguiente manera:

Región NOA: Jujuy, Salta, Catamarca y Tucumán.

Sede Regional I: San Salvador de Jujuy.

Región NORTE: Santiago del Estero, Chaco, Formosa y Santa Fe.

Sede Regional II: Resistencia, Chaco.

Región NEA: Misiones, Corrientes, Entre Ríos.

Sede Regional III: Apóstoles, Misiones.

Región Central: San Juan, San Luis, Córdoba y La Rioja.

Sede Regional IV: Córdoba.

Región Pampeana: La Pampa, Mendoza y Buenos Aires.

Sede Regional V: Santa Rosa, La Pampa.

Región Patagónica: Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Sede Regional VI: Bariloche, Neuquén.

En la práctica, la atención, control y monitoreo de las zonas en caso de siniestros podría tener mejores resultados, pero se exceden las posibilidades de coordinación del plan debido a la falta de material operativo.

Nos referimos específicamente a los aviones hidrantes, que aportan un sustancial y estratégico apoyo a los combatientes en tierra, en todas las fases de la lucha contra incendios, pudiendo llevarse a cabo misiones tanto de vigilancia como de extinción a través del lanzamiento de agua y también transporte de personal. Estos se complementan con helicópteros del tipo Bell 412EP, que por su sistema de biturbinas están habilitados para volar extensas áreas, aún en la noche y en condiciones meteorológicas adversas, en virtud del avanzado instrumental con el que vienen equipados. Resulta estratégica su participación en: la aproximación del personal a zonas de difícil accesibilidad; el transporte de agua para arrojar sobre las líneas de fuego mediante el uso de tanques ventrales; la distribución de alimentos y materiales necesarios para combatir el fuego, además posibilitan la evacuación de personas en zonas de siniestros o catástrofes.

En la actualidad el acceso a los aviones hidrantes es a través de un procedimiento licitatorio mediante el cual se contrata el alquiler de las aeronaves a empresas privadas.

Por Resolución de la JGM de fecha 27 de julio de 2007, se autorizó y convocó el procedimiento para la Licitación Pública Nº 03/07, de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (SADS), que tiene por objeto la contratación de un servicio de aeronaves de ala fija para ser utilizadas en la lucha contra incendios forestales, rurales y de interfase (aviones hidrantes) en el marco del Plan Nacional del Manejo del Fuego.

En octubre de 2007, por Resolución de la Jefatura de Gabinete se aprobó la licitación para el alquiler de aviones hidrantes. Con un costo de siete millones de pesos ($ 7.000.000,00) se contrataron aeronaves de observación y combate directo contra el fuego, con un cronograma que en su momento de mayor utilización, en enero y febrero 2008 contó con 12 aviones.

Lamentablemente este alcance no resulta suficiente para cubrir todos los aspectos que involucran un manejo de mecanismos de prevención y ejecución en el extenso territorio nacional.

Sería imposible enumerar las situaciones de alerta que se han ido repitiendo a lo largo de estos años y que no han contado con una respuesta estatal adecuada a las circunstancias.

Sólo a modo de ejemplo enunciamos lo sucedido en el Delta del Paraná en abril de 2008, caso emblemático de la carencia operativa con que se gestiona. La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable había establecido el plan de despliegue anual de aeronaves hidrantes. El problema fue que el único avión hidratante disponible se encontraba en un foco de incendio en Misiones.

Podríamos detallar una extensa lista de los casos de emergencia en el país, entre ellos, en la provincia de Catamarca, en la cual en los últimos años se han producido incendios de gran magnitud, como el de agosto de 2007 cuando una quema de pastizales terminó arrasando con 4.000 hectáreas de campo y viviendas precarias, motivo por el cual 300 pobladores fueron evacuados en las zonas de El Bolsón, Los Varela y Singuil. También en diciembre de ese mismo año, se produjeron dos incendios de significativas proporciones y graves consecuencias ambientales, el primero en la zona de Huayco Hondo, departamento de Ancasti y el segundo en la zona de Concepción de Capayán.

En el corriente año, incendios de gran escala se produjeron durante agosto y principios de septiembre, en los cordones montañosos de Ancasti y Ambato consumiéndose unas 25.000 hectáreas.

La Secretaría del Ambiente de la provincia de Catamarca considera preocupante la situación, al señalar que la temporada de mayor peligrosidad de incendios en la provincia se extenderá hasta octubre/noviembre y en lo que va del año ya se detectaron 43 siniestros.

La provincia de Córdoba, en el marco del Plan Provincial del Manejo del Fuego, ha creado en el año 2004 el Fondo para la Prevención y Lucha contra los Incendios Forestales, invirtiendo sostenidamente en equipamiento de última tecnología, y preparando un plan anual contra los incendios de su provincia, con el sostén económico de un aporte adicional direccionado sobre el impuesto al consumo de energía que le permitió dotarse de 4 aviones hidrantes.

Cómo consecuencia de esta política se han reducido significativamente las hectáreas quemadas, llegando a una superficie de 13.500 hectáreas, que representan el 9% del promedio anual de la última década que fue de 150.000 ha/año afectadas. Esto demuestra el alto grado de efectividad del sistema de prevención y de detección temprana implementados, según lo publicado en la página Web de la Secretaría de Ambiente de la provincia de Córdoba.

Ese organismo provincial, a través de la Ley 8.751, entre sus funciones, refiere al apoyo de la Agencia Córdoba Ambiente, en la supresión de incendios en otras provincias a través de la constitución y coordinación de brigadas de intervención de diferentes cuerpos de bomberos voluntarios y personal propio.

A pesar de los avances alcanzados en la lucha contra el fuego, en la última semana de agosto de 2009, en la Provincia de Córdoba, en los Valles de Calamuchita y Punilla, se produjo un voraz incendio, que al día 4 de septiembre había devastado casi 40.000 hectáreas, poniéndose una vez mas en evidencia, la imperiosa necesidad de contar con un mayor soporte operacional.

En el mismo mes de agosto en San Luis, se produjo el que se estima es el peor incendio forestal en la historia de esa provincia, con el trágico resultado de tres víctimas fatales y más de 30.000 hectáreas arrasadas.

Por todo ello, concluimos en la urgencia de adquirir los aviones y helicópteros necesarios para mejorar las condiciones operacionales de infraestructura y equipos disponibles para la lucha contra desastres como los antes mencionados.

Este proyecto de declaración propende a la optimización de los recursos técnicos y operativos, asistiendo al Plan Nacional de Manejo del Fuego, de manera de contribuir a la conservación del medio ambiente.

Por los motivos expuestos, Señor Presidente, y dadas las razones precedentes que justifican lo aquí propuesto, solicito la consideración y aprobación del presente Proyecto de Declaración.