La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Declarar de Interés de la Honorable Cámara la Fiesta Nacional de la Feria de Simoca a realizarse durante todos los sábados de Julio en la ciudad de Simoca, provincia de Tucumán.

Señor presidente:

Todos los sábados de julio, la ciudad de Simoca se viste de fiesta para agasajar a los visitantes, con espectáculos folklóricos, carreras en sulky, desfiles de agrupaciones gauchas, muestras fotográficas y más de cincuenta ranchos y puestos de venta de comidas típicas, artesanías y otros productos regionales.

A la sombra de aleros de paja sostenidos por horcones, los lugareños y turistas comparten las comidas regionales preparadas a la vista; entre las más tradicionales están: locro, tamales, empanadas, chorizos, lechones asados a las brasas, tabletas de miel de caña, alfeñiques, empanadillas, el clásico pastel de novios, arrope de chañar y de tuna, patay, todo acompañado por espectáculos de música y danzas folklóricas.

Esta es la Feria más antigua del territorio nacional. Desde hace más de 300 años convoca cada sábado a cientos de pequeños productores, artesanos, agricultores, cocineras y potenciales compradores, quienes se reúnen para cumplir con el rito tradicional del intercambio.

Otro de los atractivos de esta Feria es el emblemático transporte simoqueño, el sulky, que se incorporó para el traslado de los productos que se comercializan, por su adaptación a los caminos rurales y pantanosos de la zona. Los sábados es posible observar cientos de dichos vehículos estacionados alrededor de la Feria cuando recién comienza el día.

Hacia el año 1700, Simoca ya era una villa pujante. La reestructuración de los caminos -debido al traslado de San Miguel de Tucumán a su actual emplazamiento- dio origen a una ruta que la atravesaba. Para los viajeros que pasaban por el Norte del país, Simoca era una parada obligatoria, lo que la convirtió en una posta nacional.

Esto dio lugar, ya en el siglo XIX, a las reuniones sabatinas, donde la Feria se consolidó como una cita impostergable. Todos los sábados llegaban a esta ciudad cientos de sulkys, con las producciones de la zona, que se intercambiaban con las de otras regiones.

Hasta nuestros días, la Feria de Simoca es uno de los acontecimientos más pintorescos de Tucumán. Pero no sólo ello, sino que refleja la cultura y el sentir de todo un pueblo, que trabaja, lucha y se sacrifica, que muestra con orgullo al visitante, nacional y extranjero, los frutos de esta pródiga tierra, y el resultado del esfuerzo de sus manos, de su iniciativa, de su creatividad.

Todo ello, y como recompensa a este loable esfuerzo, considero justificada la Resolución de esta Honorable Cámara, por lo que pido a mis pares me acompañen en la aprobación del presente proyecto.