La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar beneplácito por el acuerdo al que arribó el gobierno argentino con el Club de París, lo que permitirá una normalización de sus relaciones con la comunidad y con las instituciones finan- cieras internacionales, luego de la crisis de 2001.

Señor presidente:

El gobierno argentino llegó finalmente a un acuerdo de liquidación de deuda con los acreedores del Club de París, durante un periodo de cinco años. Los representantes de la Argen- tina, encabezados por el ministro de Economía, Axel Kicillof, lograron que no interviniera el Fondo Monetario Internacional (FMI). En el comunicado oficial del organismo se expresa: "Los acreedores del Club de París felicitan los avances realizados por la República Argentina a favor de una normalización de sus rela- ciones con sus acreedores, la comunidad y con las instituciones financieras inter- nacionales, luego de la crisis de 2001".

Esta institución, que se conformó en 1956 por una deuda argentina, ha pactado 59 reestructuraciones de deudas de países en default incorporando en cada uno de esos acuerdos al Fondo Monetario Internacional. Ese grupo informal de países acreedores tiene la función de coordinar formas de pago y renegociar deudas externas soberanas. Casi sesenta años después, el caso argentino también alteró el esquema del Club: pese a la presión externa e interna, el FMI no participó con un programa financie- ro para el deudor.

Este detalle no es una cuestión menor, ya que en el mundo actual las finanzas globales dictan las nor- mas a los gobiernos en materia económica. Significa defender la soberanía políti- ca económica si resignarnos a una integración pasiva a la economía mundial, que implicaría resignar el desarrollo industrial en favor de convertirnos en proveedo- res mundial de materias primas, receptores de bienes industriales, sometidos al casino financiero global.

La estrategia oficial con la deuda se viene implementando sin subordinarse a las pautas tradicionales del mundo fi- nanciero. Así fue con el canje de bonos en default, la defensa presentada en los tribunales parciales conformados en el Ciadi a favor de las multinacionales, la resistencia inicial a pagar los cinco juicios perdidos en ese ámbito como la poste- rior cancelación con una quita de capital del 25 por ciento y con bonos con ven- cimiento en el 2015 y 2017, la persistente defensa en tribunales de Nueva York ante la pretensión de fondos buitre de cobrar más que el 93 por ciento restante de los acreedores que aceptaron en dos rondas el canje de deuda en default. A prin- cipios de 2006, canceló el total de la deuda con el FMI, desplazando a ese orga- nismo multilateral de sus clásicas intervenciones en la definición de la política doméstica.

A lo largo de la historia los acuerdos del Club de París han significado para los países deudores la renuncia a su soberanía de la política económica por el papel del Fondo. La mi- sión del FMI siempre ha sido la misma: garantizar mediante planes de ajuste el repago de pasivos sin importar el crecimiento del país deudor. Finalmente, con las potencias en crisis y la firmeza de la posición argentina, se abrieron las puer- tas para renegociar ese pasivo sin su intervención. Es una instancia notable en ese mundo de las finanzas globales que muestra que no es necesario subordinarse para alcanzar el objetivo.

Por la relevancia de este acuerdo y las características de su realización, solicito a mis pares que me acompañen en este proyecto de resolución.