La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que El Poder Ejecutivo, a través del Consejo Federal de Educación, acuerde pautas para la creación de normativas y unificación de las existentes orientadas a facilitar la participación de estudiantes de escuelas primarias y secundarias en competencias deportivas promocionales, nacionales e internacionales, sin que se vea afectada su condición de alumno regular ni sus derechos para rendir los exámenes correspondientes.

Señor presidente:

Durante las últimas décadas, el deporte argentino - a pesar de todo y trabajosamente- se ha desarrollado cuantitativa y cualitativamente. La extensión de sus competencias, para abarcar a los jóvenes, ha sido una de las características de esa expansión.

Se multiplicaron los certámenes federativos interprovinciales de las diversas especialidades al punto de que hoy casi todas las disciplinas llevan a cabo torneos regionales y nacionales para categorías infantiles y juveniles. Creció notablemente la participación de la mujer en esos niveles.

En el ámbito internacional también proliferaron los certámenes regionales, continentales y mundiales para jóvenes, y hasta el movimiento olímpico adhirió a esa corriente, creando los Juegos Olímpicos de la Juventud, con sus secuelas: los Juegos Panamericanos de la Juventud y los Sudamericanos de la Juventud.

Las competencias masivas promocionales, a la manera de los Juegos Nacionales Evita; los Juegos Buenos Aires La Provincia; losTorneos Interescolares masivos de la CABA o los Juegos Deportivos Cordobeses, Pampeanos o Santafesinos, entre otros, se han incrementado por todo el país. Lo propio ha ocurrido con los torneos de deportes adaptados en los que intervienen atletas con capacidades diferentes.

El crecimiento ha permitido también la consolidación de competiciones promocionales internacionales como los Juegos Patagónicos Binacionales y los de la Araucanía en conjunto con Chile o los JUDEJUT (Juegos deportivos de la Juventud Trasandina) con Chile, Perú y Bolivia.

La decisión del Gobierno Nacional y de los gobiernos de la mayoría de las provincias, en particular durante los últimos años, logró poner en condiciones o construir instalaciones deportivas y centros de alojamiento que han posibilitado la concreción de todos estos eventos; así como también la provisión de medios de transporte para facilitar la llegada de las delegaciones hasta las sedes.

El esfuerzo mancomunado de los propios atletas, de sus familias, y el aporte de algunas empresas privadas, del ENARD, de la Secretaría de Deporte y de otros organismos oficiales nacionales, provinciales y municipales, hizo posible una mayor intervención de los jóvenes en cada vez mayor número de certámenes tanto regionales como nacionales o internacionales.

En síntesis, ha crecido enormemente la cantidad de participantes que compiten en los mismos. No parece apropiado privilegiar a quienes lo hagan en determinados niveles de calidad deportiva, sino -más bien- resulta adecuado reconocer los valores que cada estamento tiene y auspiciarlos por igual en la medida de lo razonablemente posible.

Más allá de lo económico, una de las dificultades que deben enfrentar es la que se refiere a su situación escolar. En muchas ocasiones las inasistencias en las que deben incurrir para competir o para prepararse para hacerlo no son justificadas. Les son computadas y resulta afectada su condición de regularidad. Suelen perder fechas de exámenes y éstos no les son reprogramados.

No se trata aquí de sobredimensionar la actividad deportiva en detrimento de la instancia de formación académica, ni de subordinar las obligaciones que ésta implica a las derivadas de la competencia. Sólo se apunta a tratar de hallar caminos que permitan complementarlas y desarrollarlas en paralelo, a partir de valorizar debidamente a ambas en función de la educación del joven que es lo único que no debe perderse de vista

Un rápido relevamiento ha permitido constatar que mientras algunas provincias han legislado al respecto, otras no lo han hecho aún. Entre las primeras, las hay que se limitan a "justificar" las inasistencias derivadas de la actividad deportiva, sin precisar el alcance del término "justificar"; mientras que otras avanzan y proponen "no computar" esas ausencias. En algunos casos se determina una cantidad de inasistencias permitidas; en otros no existe tal limitación. Finalmente, en algunas se exigen acciones de recuperación de días o contenidos perdidos, mientras que en otras no rige tal obligación.

No existe argumento alguno que pueda sostener que en estos aspectos existan diferencias de derechos entre los jóvenes de las diferentes jurisdicciones del país

En este sentido se propone trabajar, en los ámbitos y con las características que corresponda, para analizar la posibilidad de ofrecer a todos ellos un beneficio de iguales alcances, como un modo de facilitar la participación masiva en estas manifestaciones a partir de reconocer . el enorme valor formativo eintegrador que poseen.

Por estas razones solicito el acompañamiento de los señores diputados a esta iniciativa:.