La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social impulse el proyecto de los trabajadores de la Papelera Quilmes (ex Massuh) denominado "Un Libro por año por Argentino",a fin de garantizar la continuidad laboral de los 470 trabajadores.

Señor presidente:

Los trabajadores del Sindicato de Obreros Mensuales del Papel de la Papelera Quilmes (ex- Massuh), vienen evaluando por medio de asambleas distintas estrategias para lograr el sostenimiento de los puestos de trabajo y la continuidad laboral comprometidos por el gobierno, así como lograr que los trabajadores sean protagonistas en las decisiones y los proyectos para volver a poner en marcha la planta.

La Papelera Quilmes es la tercera planta en importancia en el país, en cuanto a producción de papel, y fue intervenida en mayo de 2009 luego de cinco meses de estar parada, cuando la gestión privada se retiró dejando un tendal de deudas y 14 pedidos de quiebra.

Inicialmente se creó un fideicomiso del Banco Nación y se anunciaron fuertes inversiones que nunca llegaron. La situación se agravó cuando, al fin del fideicomiso, se le sumó una propuesta de cooperativización que incluía el despido o pase a retiro de 100 trabajadores, y luego se les cortó el suministro de electricidad.

La propuesta del Sindicato de Papeleros Mensuales, es la creación de una empresa con un fuerte sesgo social, donde se fabriquen libros y cuadernos para los niños y jóvenes. Que sirva de insumo para el desarrollo educativo, social y cultural, para lo que se reclama la intervención del Ministerio de Educación Nacional y de la Dirección de Escuelas y Cultura provincial, entre otros. Esta propuesta busca transmitir que se puede ser eficiente en lo económico y estimuladores de nuevas conductas sociales que aporten al progreso de la industria como así al desarrollo del capital social que permita aunar fuerzas y esfuerzos con otros sectores productivos, comerciales, financieros y sociales para juntos marcar otros rumbos en materia de empleo y producción. Ser un caso testigo donde se vea reflejada la posibilidad de no pensar exclusivamente en términos de beneficios y ganancias sino que se pueda hablar de inclusión, equidad, estabilidad y justicia social asociando estos últimos conceptos a sustentabilidad, rentabilidad y eficiencia.

Desde lo político y social Papelera Quilmes muestra la potencia del Estado para defender el empleo nacional. Actores que demuestran la posibilidad de articular que tiene el Estado a fin de proteger a los trabajadores y devolverles la dignidad del trabajo. Desde lo económico la Papelera Quilmes ha tenido la virtud de romper actitudes oligopólicas en el mercado del papel, ejerciendo un mecanismo de contralor de precios en beneficio tanto de los consumidores como del propio Estado. Su presencia permite regular en base a mecanismo de mercado, precios que de otra manera se fijarían por decisiones ajenas a las del mercado.

La lucha de los trabajadores que hoy forman el proyecto de Papelera Quilmes por mantener la fuente de trabajo (ante el endeudamiento fraudulento y autovaciamiento del ex grupo Massuh), comenzó en su última etapa el 8 de enero hasta el 12 de mayo del 2009, con paros y movilizaciones permanentes, ante la irresponsabilidad empresarial, donde además agotaron todas las instancias judiciales y gubernamentales a los efectos de lograr la intervención estatal que les permitió recuperar la dignidad como trabajadores. Entendiendo que esta participación estatal es la única que garantiza no volver a ser rehenes de aventureros u oportunistas.

Estas irresponsabilidades empresariales, conllevaron al padecimiento de un sinnúmero de vicisitudes a los trabajadores, haberes adeudados, evasión impositiva en perjuicio de los trabajadores y el Estado, restricciones económicas de todo tipo, entre otros. Desde el 12 de mayo del 2009 se puso en marcha la planta de Quilmes, después de 7 meses de estar parada, con intermitencias en su funcionamiento durante el 2008. La falta de inversiones de varios años y el deterioro es general y la voluntad y conocimiento de los trabajadores mantiene la marcha del emprendimiento.

Por esto, se recuperó la fuente de trabajo, los haberes al día, obra social, aportes y compromiso de pago de la deuda generada por Massuh, como también trabajar en la solución de los problemas de medio ambiente reclamados por los vecinos. Todo se ha realizado con recursos genuinos del nuevo emprendimiento y no se le ha sacado un solo peso al estado.

Las dificultades en cuanto a producción, calidad y ventas, producto de la falta de mantenimiento, desinversión y ausencia de mercado generan situaciones de apremio económico financiero que van resolviéndose día a día, para lo cual hace falta una decisión política en los ámbitos que dirigen este emprendimiento a fin de ejecutar medidas que vayan superando los escollos mencionados.

Hoy los trabajadores conocen y rechazan las tratativas que se viene llevando adelante con empresas privadas para una salida negociada del fideicomiso de Papelera Quilmes, porque saben por experiencia, de los perjuicios de las salidas rápidas y a cualquier postor. Además consideran que su futuro, el de sus familias y la Papelera Quilmes exigen soluciones comprometidas, responsables y creativas, siendo el Estado el único, en el actual contexto, que aporta dichas condiciones.

Por esto la propuesta de los trabajadores contempla una participación del Estado en forma activa, que garantice la fuente de trabajo y estabilidad laboral de los puestos de trabajo, planteando, que se canalice a través de una empresa social, con participación del Estado, los trabajadores y, eventualmente el capital privado, si no fuera una participación total de Estado.

La empresa social, entendida, como aquella que tiene por objetivo una misión social y a la vez genera utilidades económicas en su operación, sin fines de lucro. Entidades integrales que formulan e implementan nuevas formas de producción social eficientes, acompañadas de procesos de distribución de beneficios con justicia, equidad y reciprocidad entre toda la comunidad participante, cuyo objeto fundamental sea generar bienes y servicios que satisfagan las necesidades básicas y esenciales de la comunidad y su entorno, manteniendo precios de ventas solidarios en sus productos, garantizando la igualdad de oportunidades, evitando cualquier tipo de discriminación, donde sus miembros estén directamente involucrados, dado que no son accionistas, sino que participan activa y democráticamente en la empresa, promoviendo la innovación económica y social.

Los trabajadores creen necesario promover una política de producción acordada con el estado para las distintas dependencias estatales, a fin de garantizar la provisión de papel a precios justos para la implementación de los distintos programas y planes que aquellas áreas efectúan hacia los diferentes sectores de la comunidad, es decir, educación, desarrollo social, salud, seguridad, niñez y adolescencia, políticas de género, economías regionales y tantas otras áreas donde la necesidad de información se vincula con la provisión de material de lectura y folletería.

En este ámbito es donde Papelera Quilmes se inserta en un proyecto global no solo de producción sino de cambio social. Además, aseguran sus trabajadores, la papelera es capaz de competir en el mercado abierto, y ponen como ejemplo, que a pesar de las difíciles circunstancias actuales han comenzado la exportación de cartulinas a países de Sudamérica.

La propuesta de los trabajadores, que ha sido tomada por la Municipalidad de Quilmes, contempla entre otras cosas que:

1. El Mercado monopólico de Ledesma es la principal causa de la crisis de la Papelera Quilmes.

2. El retraso tecnológico es reversible con una inversión de 5 millones de U$S.

3. El mercado de edición de libros a costos populares ampliará el mercado total de libros en Argentina, porque:

- permitirá mejorar el precio promedio de venta de $4 a $ 6 por venta directa para la edición del Plan de Libros Populares (15 millones libros año).

- Esto la pondría en un volumen de venta de 4.500 toneladas por mes, el equivalente a 22 millones por mes y una utilidad del 15%.

- La venta se distribuiría en: 2.500 toneladas por mes a $4 (mercado), es decir 10 millones de $, 2.000 toneladas por mes a $ 6 (libros públicos) ósea 12 millones de $, llegando a un total de 4.500 toneladas por mes por el equivalente de 22 millones de $.

- Las 2.000 toneladas son 4 millones de libros por mes, alrededor de 40 millones al año. UN LIBRO POR AÑO POR ARGENTINO.

- El costo de estos libros, teniendo en cuenta el valor del papel, impresión, distribución directa al lector (vía escuelas, Organizaciones Sociales), sumarían $ 6 por libro y con una utilidad nacional de $4, se llevaría al lector a un precio nacional de $ 10.

- Esa utilidad nacional constituiría 160 millones de $ por año (los 40 millones de libros por $ 4 de utilidad x libro). Con una acumulación de 10 años estaría en 1.600 millones de $ es decir 400 millones de U$$

- Con 2 libros por argentino, se multiplica la capacidad de este Fondo y se podría tener un Fondo de Cultura Nacional de 800 millones de U$S en 10 años.

- Aclara que no existe otra forma de generar un fondo nacional que equilibre la actual concentración editorial en manos extranjeras. y alertan que hoy la desnacionalización llega al 100% de la industria editorial. Que dicha concentración en manos extranjeras constituye un poder de edición sobre los contenidos educativos y culturales de la población. La disputa de esos contenidos solo se logra dotando de un fondo financiero al poder de edición nacional.

Aproximadamente hace un mes se firmaron en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social un Convenio General, la Federación del Papel, el Sindicato de Obreros Mensuales del Papel de la Papelera Quilmes (ex- Massuh) y el Fideicomiso, por el cual este se retiraba, y abonaba una indemnización de 12 salarios a cada uno de los trabajadores, además de garantizar la continuidad de todos ellos. También los trabajadores hicieron entrega de su propuesta, llamada "Un libro por año por argentino" que garantizaría su continuidad laboral y al día de hoy no han recibido respuesta de ningún tipo.

Esta situación de despojo de la industria nacional y de incertidumbre ante la eventual perdida de las fuentes de trabajo, que aquejan a los trabajadores de la Papelera Quilmes no puede pasar desarpecibida por este Cámara, por ende debemos solicitar al Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social que impulse en forma integral el proyecto realizado por los trabajadores.

Por todo ello expresado anteriormente, estimo que esta Honorable Cámara debe expresarse en tal sentido y solicito a tal fin el apoyo de mis pares.