La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Rendir homenaje a Moisés Lebenshon, con motivo de cumplirse un nuevo aniversario de su nacimiento, el día 12 de agosto de 2008.

Señor presidente:

Hijo de inmigrantes, Moisés Lebenshon nació en Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, el 12 de agosto de 1907, pero su carrera profesional como abogado y su labor periodística transcurrieron en la localidad bonaerense de Junín.

Desde temprana edad la vocación por la militancia activa era manifiesta. A partir del ejercicio del periodismo, durante la adolescencia, el joven idealista trasmitió su pensamiento escribiendo: "Nuestra voz se hará sentir con toda vehemencia cuando ella sea necesaria en salvaguarda de los derechos e intereses del pueblo". También, en su paso por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata, formó parte del reformismo universitario de la época.

Su vida política no se caracterizó por el desempeño múltiple de distintos cargos electivos (sólo ocupó una banca en el Consejo Deliberante de Junín en 1936 -luego de la cual publicará "Labor Municipal" (1) - y fue el Presidente del Bloque Radical en la Convención Constituyente en 1949). Su figura se asocia con mayor frecuencia a la dirigencia de las filas del partido radical y a su actividad militante juvenil. No en vano se atribuye a él la organización e institucionalización de la Juventud Radical de Buenos Aires.

Recupera los ideales yrigoyenistas, los cuales regirán su acción hacia la revolución radical; revolución para la cual se convoca a los jóvenes argentinos y cuyo fin es la renovación de las viejas estructuras partidarias, como también la tradicional dirigencia política argentina, fundamentalmente personalista y caudillista.

"Las jóvenes generaciones argentinas no se sienten ligadas a una clase dirigente que omitió su deber social y vivió absorbida en la conquista de situaciones personales, insensible a las angustias del pueblo y a los requerimiento de nuestra realidad"

Ligado a esta nueva generación preside en 1942 el V Congreso de la Juventud Radical en la ciudad de Chivilcoy, provincia de Buenos Aires. Unos años más tarde redacta el "Programa de la Juventud Radical", que se constituye como el antecedente inmediato de la "Declaración de Avellaneda" de 1945 propulsada por el MIR (Movimiento de Intransigencia y Renovación), y cuyos principios la Honorable Convención Nacional de radicalismo recoge en las "Bases de Acción Política y Profesión de Fe Doctrinaria" (1948).

El pensamiento lebenshoniano sostenía que sólo cuando las fuerzas populares tomen conciencia, sólo cuando se acaben las políticas al servicio personal y sólo cuando se destruyan los privilegios de las oligarquías económicas, se podrá consumar una verdadera revolución radical.

También es menester destacar la profunda labor periodística que lleva a cabo Lebenshon a partir de la fundación del diario Democracia en 1931, el cual dirigirá hasta su muerte. Desde aquí se enfrenta al régimen conservador y oligárquico instaurado en la denominada "Década Infame", dominada por las fraudulentas prácticas electorales y la corrupción política. Será un insistente defensor de la democracia nacional.

Lebenshon a través de su pensamiento supo darle al radicalismo un nuevo sustento ideológico de gran contenido social y popular, propugnó por mayor participación de sus afiliados en la vida interna del partido, un mayor compromiso político de los jóvenes y la revalorizando de una organización partidaria al servicio del "adoctrinamiento del pueblo en los ideales democráticos."

En 1949, en el marco de la reforma constitucional, como presidente del bloque radical en la Convención Constituyente, se opuso a las claras intenciones reeleccioncitas y fue la máxima expresión en la defensa de las instituciones democráticas, denunciando cada una de las prácticas totalitarias que se pretendían consolidar mediante el dictado de una nueva constitución.

Paradójicamente, Lebenshon tuvo que sufrir una doble persecución. La dureza con que criticó el accionar de la vieja dirigencia partidaria, provocó palabras condenatorias de los propios radicales; por su oposición al gobierno oficial sufrió la cárcel como un preso político.

Aun hoy, releyendo sus discursos y el legado de su pensamiento, el análisis que hacía sobre la problemática de la política argentina y en general de su época, sigue cobrando vigencia. Es por ello que sus palabras, a más de 50 años de su fallecimiento, continúan siendo motivaciones para las nuevas generaciones y renuevan las esperanzas para seguir luchando contra las injusticias sociales que oprimen a la argentina y construir una democracia verdadera.

Por las razones expuestas, solicito a mis pares que me acompañen en el presente proyecto de resolución.