La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su honda satisfacción por la realización del Referéndum Revocatorio de Autoridades realizado en la República de Bolivia, el cual confirmó en sus cargos al Sr. Presidente Evo Morales Ayma y al Vicepresidente Álvaro García Linera, legitimando asimismo el proceso político de transformación social impulsado desde su gobierno.

Señor presidente:

El pasado domingo 10 de agosto el pueblo hermano de la República de Bolivia concurrió masivamente a las urnas para participar del Referéndum Revocatorio de Autoridades que debía decidir sobre la continuidad o no en sus cargos del Presidente de la Nación, el Vicepresidente y los ocho Prefectos departamentales.

Sin embargo, fue mucho más que un dispositivo institucional lo que se puso en juego: en esencia, lo que estuvo en consideración -y resultó mayoritariamente legitimado- fue el proyecto de República popular, democrática e igualitaria que ha impulsado el Presidente Evo Morales desde su llegada al poder en el 2005, que tiene por objetivo devolver la dignidad a una gran masa de ciudadanos que han sido sistemáticamente postergados a lo largo de la historia del país vecino, entre los cuales se pueden citar los pueblos originarios, trabajadores mineros, campesinos y obreros.

Esta marginación a la que fue sometida una gran parte del pueblo boliviano no sólo fue de cariz económico, sino también político y cultural. Como corolario, una pequeña minoría pudo detentar el control de los órganos de gobierno, concentrar las riquezas y avanzar en un proceso de des-culturalización orientado a desterrar las tradiciones de quienes fueron los primeros habitantes de esas tierras.

La llegada del Movimiento al Socialismo (MAS) al poder, bajo la conducción de Evo Morales, se inscribe de lleno en ese contexto y tuvo, desde un primer momento, el firme objetivo de desandar ese camino de exclusión y dominación, sentando las bases de un nuevo Estado, para devolver al pueblo sus organizaciones, sus riquezas y reivindicar sus expresiones culturales.

Muchas han sido las iniciativas adoptadas desde el gobierno en esa dirección, algunas de las cuales revisten una importancia decisiva. En primer lugar, cabe destacar la nacionalización de los hidrocarburos, principal fuente de riqueza del país. Éstos, que además son un recurso no renovable sumamente estratégico, estuvieron durante décadas bajo el control de empresas multinacionales que no hicieron más que expoliar al pueblo boliviano.

La nacionalización de los hidrocarburos representa paralelamente una medida fundamental para devolver al Estado un rol fundamental en la distribución de la riqueza y la promoción social. La recuperación del rol estatal -y la apropiación de la renta petrolera y gasífera- ha permitido impulsar amplias políticas sociales de alcance universal, tendientes a garantizar condiciones mínimas de vida para sectores muy vulnerables, como niños y ancianos.

Por otro lado, otro punto central de las acciones gubernamentales ha sido la reforma agraria que se ha impulsado desde los últimos años y permitió entregar tierras a los muchos campesinos bolivianos que habían sido privados de ellas por grandes terratenientes o por gobiernos contrarios a los intereses populares.

Finalmente, también es necesario resaltar que desde un primer momento Evo Morales manifestó su orgullo en reconocerse parte de la comunidad Aymara, una de las culturas originarias bolivianas. Pero las políticas del gobierno a favor de los pueblos originarios no se reducen sólo a cuestiones simbólicas, sino todo lo contrario. Entre otras, adquieren una importancia cardinal las medidas adoptadas para recuperar y respetar las formas de organización social propias de cada comunidad, como por ejemplo la existencia de tierras comunales. Aceptar la legitimidad de estas formas de organización no sólo supone el respeto a las tradiciones aborígenes sino que, especialmente, implica repudiar y superar el etnocentrismo de quienes pretenden imponer la cultura occidental como "superior".

Lo dicho hasta aquí permite entender, en gran medida, las posiciones de los grupos opositores al gobierno de Morales, los cuales están integrados por esas minorías neoliberales, concentradas geográficamente en la zona más rica del país, y que buscan detener el proceso de transformación impulsado por Morales.

Estas minorías, de orientación filo-fascista y xenófoba, están empecinadas en volver al antiguo modelo en el cual podían gobernar, apropiarse las riquezas del país y marginar a los pueblos originarios, como si luego de 500 años de historia nada hubiese cambiado.

De esta manera, el apoyo masivo que recibió el Presidente Evo Morales el domingo pasado, con más del 63% de los votos y superando en 10 puntos los votos obtenidos hace tres años, ha servido para re-legitimar el proyecto de país impulsado por el gobierno boliviano, así como para confirmar que éste no es más que la expresión de la voluntad popular. El carácter democrático del proceso fortalece el rumbo, al tiempo que deja sin argumentos a quienes trataron de impugnar al Presidente con acusaciones infundadas y maliciosas.

Para quienes propugnamos la construcción de un orden social justo e igualitario y creemos que la unidad de los pueblos latinoamericanos es un paso fundamental en ese camino, la victoria de Evo Morales nos llena de alegría y esperanzas.

Por todo ello, Señor Presidente, solicito a mis colegas la aprobación del presente Proyecto de Declaración.