El Senado y Cámara de Diputados...

Articulo 1.- Modificase el articulo 1ro de la ley 24716 el que quedará redactado de la siguiente manera;

ARTÍCULO 1- El nacimiento de un hijo con Síndrome de Down, discapacidad o enfermedad que requiera tratamiento prolongado otorgara a la madre trabajadora en relación de dependencia el derecho a seis meses de licencia sin goce de sueldo desde la fecha del vencimiento del periodo de prohibición del trabajo por maternidad o desde la fecha de detección de la discapacidad o enfermedad del menor.( dentro del año de su nacimiento)

Artículo 2.- Modificase el artículo 2.- de la ley 24716 el que quedará redactado de la siguiente manera:

ARTICULO 2.- Para el ejercicio del derecho otorgado en el articulo anterior la trabajadora deberá comunicar fehacientemente el diagnostico del menor al empleador con certificado médico expedido por autoridad sanitaria oficial por lo menos con quince días de anticipación al vencimiento del periodo de prohibición de trabajo por maternidad o del comienzo del goce de la licencia.

Artículo 3: De forma

Señor presidente:

Las mujeres tienen un papel fundamental en el desarrollo de la salud de los niños, ya que en la mayor parte de los hogares todavía son ellas las que se encargan de su cuidado.

La hospitalización de un niño puede causar reacciones inmediatas en el mismo momento de la separación (gritos, llantos, negación a quedarse) o bien después de la experiencia en conductas tales como regresión, actitudes de rechazo a los padres, alteraciones del sueño o alimenticias, demostraciones de tristeza.

Hay pruebas de que cuando el hijo ha permanecido lejos de su madre en un lugar extraño y al cuidado de personas desconocidas, siempre sigue albergando temor de que lo alejen nuevamente del ambiente familiar. En un estudio reciente, se descubrió que los pequeños que habían estado internados en un hospital tendían a experimentar pánico ante la visión de cualquier persona con chaqueta blanca o delantal de enfermera y dieron claras muestras de temer un posible reingreso al hospital.

La ayuda de su madre en la enfermedad, los muestra activos y alegres, en brazos de una madre agradecida, tranquila y convencida de los beneficios que ella misma proporciona a su hijo, bajo la supervisión del personal de la salud asignado.

Mucho se ha insistido en que el mejor pediatra de un niño es su propia madre. Sin embargo, cuando un niño se hospitaliza, los padres y la familia son marginados de su atención y compañía, contribuyendo innecesariamente a aumentar el sufrimiento del menor, que se suma al que ya representa el motivo de su hospitalización.

La asistencia, participación e integración de la madre y la familia en la atención de salud de un niño hospitalizado o en su hogar, es un antiguo anhelo pediátrico que hoy no admite discusiones.

Entre los efectos beneficiosos en niños con enfermedad terminal o en riesgo de muerte, se observa primordialmente un fortalecimiento afectivo y de roles en la familia, conservación de la lactancia materna, disminución de los días de hospitalización y de infecciones intrahospitalarias, permitiendo una mejor preparación para el alta o desenlace final, tanto en sus aspectos médicos como sicológicos.

Todos estos beneficios se potencian cuando se trata de bebés o recién nacidos.

El nacimiento de un hijo discapacitado o que padezca alguna enfermedad que requiera tratamiento prolongado hace imprescindible la presencia de la madre, máxime cuando se trata de alguna enfermedad terminal.

Enfrentarse a la muerte de un hijo es una de las mayores tragedias de la vida. Es devastador, y es un gran motivo por el que tendemos a no hablar mucho de estos temas. Afecta al niño pero es sufrida por todo el ámbito familiar.

La principal limitante que encontramos en estos casos, para impedir la participación materna en la hospitalización, se da en la situación de la madre trabajadora, cuyo ingreso es fundamental para el sustento del núcleo familiar; situación ésta que no tiene en la actualidad una red de soporte social que permita suplir dicho ingreso, inhabilitando muchas veces su integración a esta modalidad de atención. Y es allí donde se enmarca la presente iniciativa que propicia para la madre el derecho a una licencia de seis meses, como así también una asignación familiar igual a la remuneración que ella habría percibido si hubiera prestado servicios.