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PROYECTO DE TP


Expediente 4161-D-2015
Sumario: EXPRESAR APOYO POR LA NOMINACION DEL SACERDOTE CATOLICO MISIONERO, PADRE PEDRO PABLO OPEKA, PARA EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ.
Fecha: 31/07/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 96
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Expresar apoyo a la nominación del sacerdote católico misionero en Madagascar, Padre Pedro Pablo Opeka para el Premio Nobel de la Paz

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


El padre Pedro Opeka es candidato al premio Nobel de la Paz por la gran obra que realizó en África, lugar donde llegó con solo 22 años y luego de impactarse por la enorme pobreza decidió hacer algo y termino creando una verdadera ciudad, con 17 barrios, 5 guarderías y 4 escuelas.
Pedro Pablo Opeka nació en San Martín, Provincia de Buenos Aires el 29 de junio de 1948. Cuando tenía 10 años ayudaba a su padre a levantar paredes en la construcción. A los 14 ya había leído la Biblia. A los 17 conoció lo que era la pobreza de los Mapuches del Sur y les construyó una casa para que se resguardasen del frío. A los veinte continuó su formación, estudiando Filosofía y Teología, en Liubliana, Eslovenia, y en Francia. Dos años después viajó a Madagascar donde trabajó como albañil en las parroquias lazaristas. Finalizó sus estudios en el Instituto Católico de París. Se reunió con la Comunidad Taizé y viajó por toda Europa.
En septiembre de 1975 fue ordenado sacerdote en la Basílica de Nuestra Señora de Luján, y luego nombrado para hacerse cargo de una iglesia en Vangaindrano, en el sudeste de Madagascar. En 1989 los superiores le nombraron director de un seminario en la capital, Antananarivo
En Madagascar, uno de los países más pobres de África, se instaló para siempre. Allí rescató a más de medio millón de personas que vivían de la basura, creó pueblos y colegios y hoy es considerado el "Albañil de Dios".
En una entrevista realizada por el diario Clarin.com , cuenta que le tomó tiempo ganar la confianza del pueblo y utilizó el fútbol para acercarse a la población y romper con el estigma de ser el único blanco. En 1990, puso la primera piedra en Akamasoa (que significa "Los buenos amigos" en el idioma malgache), un lugar para los pobres. Para quedarse a vivir allí solo es necesario trabajar, enviar los hijos al colegio y respetar las normas básicas de convivencia. Akamasoa se convirtió en una gran ciudad, con 17 barrios y 25 mil personas; el 60% menor de 15 años. Hay 5 guarderías, 4 escuelas, un liceo para mayores y 4 bibliotecas. En total, 10 mil los escolarizados.
Es actualmente sacerdote de la congregación de San Vicente de Paul. Cuenta que la primera vez que estuvo en la isla ubicada en el Océano Índico vio a cientos de chicos escarbando y viviendo descalzos en un inmenso basurero de veinte hectáreas en las afueras de Antananarivo, capital de Madagascar, África, y se dijo a sí mismo: Acá no hay que hablar porque sería una falta de respeto hacia ellos, sino que debemos ponernos a trabajar.
El ser un hombre blanco constituyó su primer obstáculo para poder ayudarlos. Pero encontró la manera de acercarse jugando al fútbol, una de sus pasiones. Así fue ganando su confianza.
Uno de los primeros proyectos de Opeka fue la remodelación de un hospital, en conjunto con la fundación "France Libertés" (ONG francesa dirigida por Danielle Mitterrand). Opeka conoció a la ex primera dama francesa a través del hijo de ésta, Gilbert, ya que jugaba al fútbol con él. El relato del Padre Pedro muestra las carencias sanitarias del país:
"Caí enfermo, tan enfermo que casi me muero. No podría haber sido de otra manera. El centro hospitalario de la ciudad está completamente desprovisto de todo material y es un desafío a las reglas de higiene. Me habría muerto si mi congregación no me hubiera repatriado a Francia. ¿Cómo puedo presentarme ante mis fieles y persuadirlos de que se hagan tratar en el hospital, cuando conozco lo que es?"
El hospital fue renovado por los habitantes de la zona, y el material médico aportado por la fundación.
Además, creó una pequeña casa para los niños, de cuatro por cuatro metros, junto al vertedero de basura, para darles leche o té. Jugaba con ellos, les cantaba y les enseñaba a escribir. Sobre el basurero vivían unas cinco mil personas. Convocó a algunos jóvenes que conocía del país que estaban desempleados para que lo ayudaran.
Afirma que el haber sido obrero de la construcción de joven le permitió tener buenas ideas para saber cómo crear fuentes de trabajo con pocas herramientas y materiales para los indigentes. Por ejemplo, los entusiasmó con la idea de convertir una montaña de granito en piedras y adoquines, para luego venderlos para la construcción. De esa manera nació la cantera en la que trabajaron hasta 2500 personas que hasta entonces vivían de la basura. Luego aprovechó el vertedero para crear una empresa de venta de abono natural.
Con lo producido y la ayuda de los jóvenes logró que se levantaran casillas precarias en los bordes del vertedero, que fueron reemplazando por casas de ladrillo de dos pisos, que él mismo iba levantando, al mismo tiempo que les enseñaba a ellos cómo hacerlo. Los grupos de casas fueron creando diecisiete pueblos pequeños que a su vez conformaron toda una ciudad levantada en el sitio donde estaba el basurero.
Cada uno de esos pueblos posee su comité y las resoluciones se toman entre los representantes de cada comité. Se crearon escuelas primarias, secundarias, un liceo y un jardín de infantes, dispensarios, un pequeño hospital y dos maternidades.1 Hay más de cuatrocientos colaboradores del padre, entre técnicos, docentes, médicos y enfermeros. El lugar posee agua potable y un comedor.
Niños que vivían de la basura encontraron como vivir de manera digna junto al sacerdote. De esta manera, además de evitar que miles de chicos continuaran revolviendo en la basura, les posibilitó una vida digna a más de trescientas mil personas al crear la organización no gubernamental denominada Akamasoa, a doce kilómetros de Antananarivo, en dirección a Tamatave. Esta organización ayuda, desde 1990, a la gente pobre con complejos habitacionales, educativos y laborales donde viven cerca de veinte mil personas, y de ellos nueve mil son niños que van al colegio.
Además el Padre Pedro los invita a rezar a la misa del domingo, oficiada con una liturgia que tiene en cuenta la cultura del lugar y a la que asisten miles de personas, entre ellos turistas que luego difunden su obra en el resto del mundo. Akamasoa se convirtió así en una gran ciudad, que hacia 2015 contaba con 17 barrios y 25 mil personas; el 60% menores de 15 años. Hay 5 guarderías, 4 escuelas, un liceo para mayores y 4 bibliotecas. En total, 10 mil los escolarizados.
Los puestos de trabajo de la organización se crean a partir de la explotación de la cantera de piedra y grava, a la actividad artesanal y talleres de bordado, al centro de compost implementado junto al vertedero, a la separación y clasificación de la basura, a tareas agrícolas y a tareas de la construcción (como albañiles, carpinteros, ebanistas, operadores y obreros que adoquinan las calles).
Para financiarse cuenta además con redes de amigos que juntan donaciones, tres ONGs en Francia y una en Mónaco y la ayuda de Manos Unidas, de la Comunidad Europea.
Dijo Danielle Mitterrand sobre el trabajo realizado por el Padre Opeka: "Todo está tan bien organizado que pienso en el milagro que puede ocurrir cuando se encuentran un hombre animado por una feroz voluntad y una situación por más deplorable que parezca",
El padre Pedro suele insistir que la mejor manera de ayudar al pobre no es con asistencialismo sino cambiándole la conciencia para que sea autor de su propia prosperidad: "Yo siempre les dije a ellos, los amo demasiado como para asistirlos, si tuviera que asistirlos yo me voy hoy de Madagascar, porque el amor no es asistir de manera perenne a un pobre, es darle trabajo, es darle herramientas, es cambiarle lentamente la conciencia que tiene para que sea autor y promotor de su propia promoción. Este trabajo no es fácil porque uno se acostumbra a eso. A veces uno se tiene que hacer de violencia. Yo hablé con mucha fuerza para decir hay que cambiar de mentalidad. Cambiar esa costumbre que teníamos de pedir y de ser asistidos ... por eso siempre le pido a la gente que vive allí tres cosas: que acepten el trabajo, que acepten educar y escolarizar los niños, y que acepten una disciplina en la comunidad".
Los gobiernos que fomentan el asistencialismo están fomentando la delincuencia y la exclusión y están profundizando el problema. Y si no se atacan en serio las causas de la pobreza es para seguir aprovechándose de ellos, utilizándolos...Junto con la pobreza económica se viene abajo la autoestima y la moral. La familia explota y ya no hay un núcleo donde formar a la persona. Cada uno tiene que rebuscársela, salir a robar porque cada noche tienen que traer algo como sea, o no volver.
En cuanto a la verdadera solidaridad, el sacerdote ha opinado que: La concepción de ayuda que tiene mucha gente es errónea, porque muchos quieren ayudar para sentirse feliz. Quieren sentir la alegría de dar, quieren sentir la alegría de que alguien le está agradeciendo. Quieren sentir la satisfacción de sentirse alguien. Que dando soy alguien. Entonces el otro depende de mí. Hay mucha gente que está contenta de que los otros dependan de ellos y quieren mantener esa gente dependiendo de ellos. Esa no es la verdadera ayuda, ni la ayuda evangélica cuando Cristo dice que tu mano derecha no sepa lo que dio tu mano izquierda. Y cuando das lo das porque lo tuviste que dar. Luchar contra la pobreza es también compartir.
En Argentina muy pocos lo conocen, pero en el mundo circulan más de 10 libros sobre su obra y su trabajo quedó registrado en 7 documentales, incluido uno de Jacques Cousteau. También lo llaman "La Madre Teresa con pantalones", "Soldado de Dios", "El Santo de Madagascar" o "El apóstol de la basura".
Por sus servicios a los pobres obtuvo la Legión de Honor, en 2008, fue nombrado Caballero de la Orden Nacional de Madagascar, Premio Paloma de Oro de Eslovenia, la Orden dorada por los Servicios entregada por el presidente de Eslovenia Danilo Tuerk, Premio Mundo Negro a la Fraternidad, premio "Cardenal Van Thuan al Desarrollo y Solidaridad" otorgado por la fundación italiana San Mateo, que recibió en el Vaticano de manos del Papa Benedicto XVI y fue distinguido como personalidad destacada por su labor solidaria por la Secretaría de Culto de la Nación en el año 2009 mediante Resolución N° 54/09.
Ha sido propuesto al Premio Nobel de la Paz por Francia, Eslovenia y Mónaco. De su labor, resume: "Junto con el amor, el respeto y la oración, mi propuesta tiene tres pilares que son la educación, el trabajo y la disciplina".
Por todo lo expuesto, invito a mis pares a apoyar con su voto esta iniciativa que propone respaldar la postulación del padre Opeka a una de las más importantes distinciones que se entregan anualmente.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
ASSEFF, ALBERTO BUENOS AIRES UNIR
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
RELACIONES EXTERIORES Y CULTO (Primera Competencia)