La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional, mediante el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto o a través de su representación en la reunión de Ministros de Cultura del Mercosur, proponga a la señora Mercedes Sosa para ser reconocida como Ciudadana Ilustre del MERCOSUR año 2009.

Señor presidente:

El 3 de julio de 2008 el escritor uruguayo Eduardo Galeano fue declarado "Ciudadano Ilustre del Mercosur", en virtud de una resolución tomada por los cancilleres del bloque regional Jorge Taiana, de Argentina; Celso Amorim, de Brasil; Rubén Ramírez Lescano, de Paraguay; Gonzalo Fernández, de Uruguay y Nicolás Maduro, de Venezuela. En un comunicado conjunto fundamentaron la distinción otorgada "en virtud de los importantes aportes que (Galeano) ha realizado a la cultura, a la identidad latinoamericana y a la integración regional".

El establecimiento de dicho galardón es en sí mismo una valiosa acción de cooperación cultural de los Estados Partes del acuerdo regional, que en nuestra opinión, se adecua perfectamente a los objetivos previstos en el Protocolo de Integración Cultural (decisión CMC 11/96) que en su art. 1.2, establece que "los Estados Partes promoverán programas y proyectos conjuntos en el Mercosur, en los diferentes sectores de la Cultura, que definan acciones concretas". En ese sentido, la creación de una figura que involucra el reconocimiento conjunto a personalidades señeras para la región, posibilitar profundizar los actos de cooperación cultural y en consecuencia fortalecer la existencia del acuerdo regional.

Al mismo tiempo, la designación de personalidades candidatas a recibir dicho reconocimiento debería canalizarse a través de la Reunión de Ministros de Cultura del Mercosur. Para ello es que proponemos que esta Cámara solicite al Ejecutivo transmitir las consideraciones precedentes y los antecedentes incluidos en estos fundamentos, a la Secretaría de Cultura de la Nación, así como al Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.

La trayectoria de una cantora

Descendiente de diaguitas y franceses, Haydeé Mercedes Sosa nació en San Miguel de Tucumán el 9 de julio de 1935, en un hogar humilde. A los 15 años se animó a participar en un certamen radial organizado por LV12 de Tucumán. Oculta tras el seudónimo de Gladys Osorio, su incipiente calidad como cantante la hizo triunfar en un concurso cuyo premio era un contrato por dos meses de actuación en la emisora.

Una década después, el nombre de Mercedes Sosa ya era parte de una corriente renovadora del folklore, surgida en la provincia de Mendoza, que ponía el acento en la vida popular, con sus alegrías y tristezas, y entre cuyos promotores estaban Armando Tejada Gómez, Manuel Oscar Matus y Tito Francia.

Recién en 1965 comenzó a ser reconocido su inmenso talento: en el Festival Nacional de Folklore de Cosquín y por intermedio de Jorge Cafrune, el país pudo conocer a esta gran artista popular. Allí comenzó en realidad el camino que la convirtió en la gran figura que el mundo aplaudió en los escenarios más grandes y prestigiosos, como el Lincoln Center, el Carnegie Hall, en los Estados Unidos, o el Mogador de París.

Ese año intervino en la grabación de "Romance de la muerte de Juan Lavalle", de Ernesto Sábato y Eduardo Falú. Luego de algunos primeros discos, Mercedes Sosa comenzó a subyugar al público también en el exterior. La censura sufrida en diferentes regímenes dictatoriales no impidieron que creciera su prestigio y al mismo tiempo, su popularidad.

Los nombres con que tituló cada uno de sus discos son un registro de sus opciones artísticas y sociales, y resumen como ninguna otra cosa una trayectoria mayúscula en la que ha recibido los máximos elogios de aquellos a quienes ella misma considera los más grandes: "La voz de la zafra", "Canciones con fundamento", "Yo no canto por cantar", "Hermano", "Para cantarle a mi gente", "Mujeres Argentinas", "Zamba para no morir", "Con sabor a Mercedes Sosa", "El grito de la tierra" "Homenaje a Violeta Parra", "Hasta la victoria", "Cantata Sudamericana", "Traigo un pueblo en mi voz", "Niño de mañana", "A que florezca mi pueblo", "En dirección del viento", "Mercedes Sosa interpreta a Atahualpa Yupanqui", "Serenata para la tierra de uno", "Como un pájaro libre", "Gente humilde", "¿Será posible el sur?", "Corazón americano", "Vengo a ofrecer mi corazón", "Corazón libre"...

Participó en filmes de Leopoldo Torre Nilsson como "El Santo de la Espada" y "Güemes" (La tierra en armas), en el que en un breve, pero significativo papel, encarnó a la heroína altoperuana Juana Azurduy.

Su compromiso político y social, su apuesta a la construcción de un mundo más equitativo y solidario, se expresaron de manera constante en su labor artística, rescatando en sus trabajos a los poetas argentinos y latinoamericanos (como los chilenos Víctor Jara y Pablo Neruda, la peruana Alicia Maguiña y el cubano Ignacio Villa, "Bola de Nieve", y por supuesto a uno de los grandes compositores y cantores populares argentinos como Yupanqui).

Tras el golpe de 1976, y aún en medio de la violencia que sacudía al país, Mercedes seguía cantándole a la vida. Pero en 1979 fue detenida en la ciudad de La Plata junto con todo el público que había ido a verla cantar, por lo cual decidió dejar el país. En 1980 se afincó en Madrid. Para la dictadura cívico-militar, la canción era peligrosa. Recién en 1982 pudo regresar a un escenario argentino: el régimen militar comenzaba a agonizar y allí Mercedes se reencontró con su público de siempre, pero además la vieron por primera vez miles de jóvenes.

En la euforia del regreso a la democracia, luego de la dictadura y la guerra, Mercedes Sosa comenzó a convertirse en algo más que una artista popular: comenzó a adquirir la estatura de una artista mayúscula, comenzó a ser la "voz de Latinoamérica" en el mundo, en una dimensión de reconocimientos que cuando se enumeran muestra el alcance que ha cobrado.

Pero entre tanto reconocimiento, "La Negra" no olvida su compromiso social. En marzo de 1997 participó del cónclave internacional denominado "Río + 5", en el que intervino en su carácter de vicepresidente del Consejo de la Tierra en representación de Latinoamérica, con la finalidad de intervenir en la redacción de la "Carta de la Tierra", un documento equivalente a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, para definir un sistema operacional de valores que guíen nuestro comportamiento, nuestras relaciones y esfuerzos para el desarrollo.

Entre los reconocimientos que ha recibido sobresalen el Gran Premio CAMU-UNESCO 1995, otorgado por el Consejo Argentino de la Música y por la Secretaría Regional para América Latina y el Caribe, del Consejo Internacional de la Música de la UNESCO; el Premio de la UNIFEM, organismo de las Naciones Unidas por su labor en defensa de los derechos de la mujer; el Konex de Platino 1995 a la Mejor Cantante Femenina de Folklore y Konex de Brillante a la Mejor Artista Popular de la Década. Fue condecorada con honores en el año 2005 por el "Honorable Senado de la Nación Argentina" con el premio "Sarmiento" en reconocimiento a su trayectoria artística, su compromiso social y su constante lucha en materia de Derechos Humanos. También ganó varias estatuillas en los Grammy Latinos y los Premios Gardel. Es Embajadora de buena voluntad de la UNESCO para Latinoamérica y el Caribe. Además, es Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, Ciudadana ilustre de Tucumán, Orden del Mérito de la República Federal de Alemania y Medalla al Mérito Cultural del Ecuador.

Mercedes es además, una suerte de madre protectora de los artistas argentinos y latinoamericanos, que literalmente la adoran. Su voz y su presencia en trabajos discográficos y proyectos es constante, y representantes de los géneros más diversos la consideran una leyenda viva de la música popular latinoamericana.

El periodista especializado Claudio Kleiman afirma que Mercedes Sosa "es la cantante de música popular argentina más importante del siglo XX, y probablemente, junto con Carlos Gardel, los artistas de esta nacionalidad con mayor trascendencia internacional".

En efecto, así la han reconocido las Naciones Unidas, al incluirla en la colección discográfica denominada "Global Divas", junto con algunas de las voces femeninas más grandes de la canción del siglo XX, muchas de las cuales ya no están entre nosotros: Edith Piaf, Sarah Vaughan, Marlene Dietrich, Maysa Matarazzo, Elis Regina, Nana Moskouri, Amalia Rodrigues, Miriam Makeba, Gal Costa, Aretha Franklin, artistas que trascienden su género y origen para convertirse en embajadoras universales de la canción.

Liliana Herrero sintetiza quién es esta verdadera ciudadana ilustre del MERCOSUR cuyo reconocimiento proponemos: "Una mujer extraordinariamente frágil y al mismo tiempo fundamental, una mujer que ha querido morir y ama la vida. La cantante más importante de la historia de este país castigado, humillado, apenado pero anhelante de una vida digna y justa."

Por todo lo anterior, es que solicitamos a nuestros pares la aprobación de la presente iniciativa.