El Senado y Cámara de Diputados...

Artículo 1º.- Se establece una alícuota fija de derechos de exportación para el trigo y el maíz del quince por ciento (15%).

Artículo 2º.- Dicha alícuota será disminuida progresivamente hasta llegar a un cinco por ciento (5%) en 2011. Esta disminución se efectuará conforme el siguiente esquema:

a. 15% en el año 2008

b. 10% en el año 2009

c. 7.5% en el año 2010

d. 5% en el año 2011

Artículo 3º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

En el contexto en que vivimos resulta fundamental otorgar compensaciones al trigo y al maíz puesto que si estos beneficios son reducidos a la producción de soja, se está claramente fortaleciendo su expansión y tendiendo al monocultivo. Debemos trabajar en una política de estado para el sector agropecuario y bajo este proyecto intentamos reducir los niveles de incertidumbre en los que nos hallamos.

El análisis profundo que debemos realizar debería apuntar a la implementación y utilización del instrumento "retenciones" que en sí mismo tiene un efecto recaudatorio nocivo al punto de colocar a nuestro país muy por detrás de economías latinoamericanas como la uruguaya y la brasilera. De por sí, en vez de apuntar a la rentabilidad, castiga al producto y al precio. Pensar en compensaciones como forma de reparación de un daño es trazar políticas de un cortoplacismo contundente que ciega un escenario con perspectivas a mediano y largo plazo. ¿Por qué no gravar directamente la ganancia? ¿Para qué crear mecanismos burocráticos y dilatorios de devoluciones cuando se podrían aplicar alícuotas menores?

Así, si tomamos en cuenta los rendimientos en Tucumán, obtenidos en la Estación Obispo Colombres, observamos que la hectárea de soja deja un margen bruto de 416 dólares, contra 163 del maíz. ¿Qué va a elegir un productor? ¿Plantar algo que le da 400 dólares o que le da 100? Estos números no consideran aún las compensaciones con lo cual, veríamos aumentada la rentabilidad de la soja porque al pequeño productor le mejora el rendimiento.

Según las mediciones del INTA, el rendimiento promedio de 28 quintales por hectárea arroja, en el caso de la soja, un margen bruto real estimado de 335 dólares para la cosecha 2008/2009, contra 179 dólares del maíz. Evidentemente esto no detiene la sojización sino que la profundiza.

No se comprende que con los niveles de precios internacionales de commodities, nuestro país esté desaprovechando esta oportunidad histórica de crecer a partir de la exportación. Mientras Argentina cerró las puertas al mundo y transita por un ostracismo económico, Uruguay "piensa" un país para 2015. En este sentido, en pos de reposicionar a la industria en un plazo de siete años cierra alianzas entre sector público y privado. De acuerdo a la Unión de Exportadores del Uruguay el secreto es diagramar un mapa estratégico con metas claras hacia el futuro. Brasil en tanto se autodenomina "el granero del mundo" para un futuro no muy lejano.

En este contexto, ¿dónde está nuestro país? ¿Por qué se desaprovechan las circunstancias históricas para el campo? ¿Por qué se castiga al que más crece y no se incentiva a los más rezagados?

Resulta imperioso trabajar en la construcción de un modelo de país con políticas de Estado que sean aplicables independientemente de que varíen los mandatarios de turno. En este sentido es fundamental remarcar que todos los productos deberían tener el mismo gravamen porcentual, para no castigar puntualmente a algunos productos. Si se aplicara un porcentaje de 5 puntos a todos los productos la recaudación en 2007 hubiese sido

Teniendo en cuenta que a futuro se esboza una crisis profunda alimentaria, Argentina debería prepararse para el contexto internacional sacando ventajas de lo que son sus recursos naturales.

Por ello, si queremos plantar un pie de igualdad ante las distintas cosechas y, en forma paralela premiar al trigo y maíz, es preciso plantar niveles de retenciones menores para dichos cultivos.

En este orden, incorporar al maíz y trigo es deshacer el escenario contradictorio que plantea como meta última "desojizar" el campo y, a la vez, establece compensaciones a dicho rubro elevando consiguientemente la rentabilidad de los sojeros en desmedro de los demás.

Por todo lo expuesto solicito la aprobación del presente proyecto de ley que tiende a colocar en pie de igualdad conforme al Art. 16 de nuestra Carta Magna a todos los productores.