PROYECTO DE TP


Expediente 3780-D-2009
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE DIVERSAS CUESTIONES RELACIONADAS CON EL TRABAJO INFANTIL.
Fecha: 11/08/2009
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 91
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Solicitar al Poder Ejecutivo y por su intermedio a quién corresponda, respecto al Trabajo infantil en la Argentina, se sirva informar sobre lo siguiente:
1)¿Cuáles son los motivos del crecimiento del trabajo infantil?
2)¿Cuáles son las estadísticas del INDEC sobre trabajo infantil? Informe cifras por provincia
3)¿Qué campañas de difusión realiza la Conaeti y el Ministerio de Trabajo para erradicar el Trabajo infantil?
4)¿Qué políticas publicas decididas y efectivas se implementan o se implementarán para erradicar el trabajo infantil?
5)¿Se ha realizado una estadística sobre que trabajo es mas común el trabajo infantil?
6)¿Existe un estudio sobre la interrelación entre las drogas, la explotación sexual y el trabajo infantil? En caso afirmativo, que medidas se tomaran al respecto
7)¿Cómo incide el trabajo infantil con la deserción escolar y los bajos resucesos? Que medidas se tomaran al respecto?

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Cabe poner de manifiesto que la Argentina es un país participante del IPEC desde 1996. El 1 de Julio de 1996 ratifico el Convenio de la Organización Internacional del Trabajo nº 138 sobre la erradicación del Trabajo Infantil (Ley 24650) y posteriormente en Julio de 2000, el nº 182 sobre las peores formas de Trabajo Infantil (Ley 2555)
El 7 de Mayo de 1997 se creo la Comisión Nacional para la erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI) para luego mediante el dec. Nº 719 formalizarse el 25-8-2000.
La misma se creo en el ámbito del Ministerio de trabajo con el objeto de coordinar, evaluar y dar seguimiento de los esfuerzos a favor de la detección y erradicación del trabajo Infantil
La cifra de la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (Conaeti), del Ministerio de Trabajo, refleja el cuadro de una situación que creció en un 600 por ciento desde 1998, cuando el número de niños y niñas trabajadores ascendía a 250.000, de acuerdo con un informe actualizado de la organización Save the Children. Son proyecciones que hasta hoy se miden fragmentadas por regiones como Gran Buenos Aires, Mendoza, Noroeste (Jujuy, Salta y Tucumán) y Nordeste (Formosa y Chaco), adonde llegó la última Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (Eanna) para registrar que entre el 5 y el 9 por ciento de quienes tienen de 5 a 13 años han trabajado alguna vez. Es decir que sobre un universo de 3 millones de chicos y chicas de esas edades, 200.000 manifestaron haber trabajado al menos una hora durante la semana en que se realizó la encuesta.
"Que los/as 'niños/as aprendan trabajando' no es una expresión casual. Forma parte del lenguaje cotidiano por el cual se refleja la constante y sistemática imposición de conceptos culturales que responden a un modelo social, político y económico instalado", sostiene Jorge Rodríguez, responsable del área de Trabajo Infantil Rural de Uatre y representante de la temática Trabajo Infantil de la Confederación General del Trabajo (CGT) ante organismos nacionales e internacionales. "Y hablar del trabajo infantil rural implica analizar un componente ilegal e inhumano del proceso socioeconómico y laboral de la Argentina", que es "negado por quienes lo aplican, ejercido como un recurso de supervivencia social para quienes lo cumplen y una necesidad laboral muchas veces consentida y hasta impulsada por el entorno familiar de quienes lo sufren", a través de pautas culturales establecidas que aumentan la invisibilidad de esos niños y niñas, sobre todo en el noroeste y nordeste argentinos, los territorios más golpeados por la pobreza.
"En el Gran Buenos Aires, 107.671 chicos y chicas de 5 a 13 años trabajan; el 53,7 por ciento lo hace con su familia y un 28,4 por ciento en la calle"
En el municipio de San Vicente, por ejemplo, en Misiones, unos 18.000 obreros se desempeñan en las tabacaleras locales junto con sus familias. Así, 25.000 niños, niñas y adolescentes terminan realizando alguna actividad laboral en conjunto. La mayoría acompaña a sus padres a las unidades productivas porque el trabajo a edad temprana forma parte de su educación: en el ámbito rural, el juego suele estar ligado al trabajo que se realiza, por lo que el límite entre jugar y trabajar no resulta claro para esos adultos, expone un relevamiento del proyecto Sembrando un Futuro de Oportunidades, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT/IPEC).
En su artículo 32, la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CIDN) establece que todos los niños y niñas deben "estar protegidos contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social". La Argentina ratificó estos derechos en una batería jurídica que incluye legislación laboral, como la ley 20.744, de Contrato de Trabajo, estableciendo en los 14 años la edad mínima de admisión al empleo en cualquier actividad, persiga o no fines de lucro.
"Pero la agudización de las desigualdades sociales que ha sufrido el país en los últimos años, sin duda, resulta un grave problema para el ejercicio de los derechos de niñas y niños, que requiere de políticas públicas decididas y efectivas", remarca la socióloga Eleonor Faur, coordinadora del área de Derechos de las Mujeres de las oficinas de Unicef en la Argentina.
De la Patagonia a la Mesopotamia, las chicas trabajan con sus familias desde los 5 años, manipulan herramientas peligrosas, fumigan con agroquímicos, recogen cosechas que gotean plaguicida y sufren alteraciones en el proceso de maduración que dejan secuelas irreversibles. En Tucumán, los niños cosechan nueces a garrote desde los 7 años y las niñas se dedican al cultivo y la cosecha del tabaco. En Mendoza se los/as utiliza en vitivinicultura, cosecha de frutales, siembra de ajo, cosecha de cebolla y olivo. En el cinturón verde de Córdoba, Villa Dolores, Cruz del Eje y Paso Viejo, chicas y chicos de 14 años cosechan algodón, vid, papa, olivo y trabajan en los tambos. La Pampa emplea familias enteras para ganadería y horticultura. En Entre Ríos, como en otras provincias, los niños comienzan a trabajar entre los 9 y 10 años, y las niñas realizan el trabajo doméstico y familiar, al igual que las pequeñas cartoneras del Gran Buenos Aires, que reparten sus horas entre la recuperación de residuos y las tareas del hogar. En el norte y sur del Gran Rosario prevalecen el trabajo familiar y doméstico, pero también la explotación sexual por comida o monedas. "Derivados de los focos de pobreza, muchos casos se potencian cuando se advierte al trabajo infantil como método de subsistencia familiar", precisa Darío Lacuadra, que integra el equipo técnico asesor de Uatre sobre Trabajo Infantil.
En la ciudad de Buenos Aires trabajan unas 8762 personas en la recuperación de materiales reciclables; de esta cifra, 4223 corresponden a niños, niñas y adolescentes
En el pueblo de Nemecio Palma, sobre el límite con Corrientes, niños y niñas se destacan por la precocidad con que abandonan la escuela. El guardapolvo se cuelga a los 6 o 7 para iniciarse en los trabajos domésticos y más tarde trabajar en las plantaciones. En esa transición, "muchas chicas de 12 y 13 años quedan embarazadas por violación de sus padres u otros adultos", pariendo a sus hijos en las peores condiciones. En cualquier caso, la cadena familiar de trabajo no se detiene. Y esos niños sumarán una nueva boca que alimentar.
Las adolescentes rurales de Posadas no saben de estrategias, atadas como están a la plantación de la yerba mate, el tabaco y la limpieza del té, y delegando en sus hermanas menores el trabajo doméstico y el cuidado de los más pequeños. En su mayoría, chicas de entre 6 y 17 años victimizadas por trabajos opresivos que impiden su acceso a la educación, por enfermedades que provocan los agrotóxicos, por el abuso sexual de patrones o de otros adultos durante el hacinamiento en épocas de cosecha, o por la explotación sexual comercial.
"En la ciudad de Posadas se ven padres y madres con sus hijas de entre 8 y 9 años en las avenidas, que las entregan a hombres que les pagan. Se sabe de casos en que los padres dan a sus hijas a los camioneros a cambio de alimentos y/o dinero; en todas las zonas limítrofes sucede lo mismo", deploró uno de los participantes de las jornadas que organizó en Misiones el Programa Nacional para la Prevención y Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil Rural, un convenio de cooperación entre el Ministerio de Trabajo, la Federación Agraria Argentina (FAA), Conaeti y Uatre.
La OIT estima que en la zona de la Triple Frontera, al menos 3500 chicos y chicas menores de 18 años se encuentran en situación de explotación sexual De esos encuentros surgió un mapa de la explotación sexual que recorre Tucumán, Salta (donde también se utiliza niñas para el tráfico de drogas), Santa Fe, Necochea, alrededor del puerto, y se planta en Corrientes y Misiones, donde a la ciudad de Posadas se agregan San Vicente y San Pedro, con circuitos de explotación sexual "más organizados". La OIT estima que en la zona de la Triple Frontera, al menos 3500 chicos y chicas menores de 18 años se encuentran en situación de explotación sexual obligados por sus padres o utilizados como mercancía por mafias.
"Los informes de organismos nacionales e internacionales advierten del crecimiento de esta práctica en nuestro país -confirma Sartori-, con especial incidencia en Iguazú, utilizando la infraestructura turística de la zona de cataratas, y en la zona de la Triple Frontera, pero también expandida en otras provincias y Capital Federal."
La Argentina ratificó mediante Ley 25.255 el Convenio 182 de la OIT sobre Peores Formas de Trabajo Infantil, que implican la utilización de niños y niñas en actividades pornográficas, de explotación sexual comercial, su venta y tráfico, servidumbre por deudas y producción y venta de estupefacientes, entre otras. Pero "la resistencia de la mayoría de la sociedad a reconocer la importancia, la magnitud y la gravedad de la problemática es muy grande: el imaginario social tiende a ver estas situaciones como casos aislados y propios de culturas de la marginalidad", resalta un documento reciente de ese organismo acerca de la acción pública para prevenir y combatir el trabajo infantil.
Las estadísticas oficiales muestran que en la Argentina trabajan 1.500.000 niños y niñas, la mayoría en condiciones críticas En el Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia observan la situación como "un fenómeno multidimensional. Entre sus causas surge un entramado de factores de carácter económico, social y cultural, así como de salud, de organización y dinámica familiar". Por lo que "cualquier intervención propuesta deberá tener una estrategia global y multisectorial e interdisciplinaria" que instrumente respuestas contra el abuso y la explotación comercial en territorios rurales y urbanos, donde la actividad cartonera constituye una tarea predominante y el trabajo más visible. "La situación de calle en esta ciudad se está trabajando de manera focalizada, cuando lo que se necesita es articular una política de atención metropolitana que frene la exclusión social de estos chicos y chicas
En la ciudad de Buenos Aires trabajan unas 8762 personas en la recuperación de materiales reciclables; de esta cifra, 4223 corresponden a niños, niñas y adolescentes, precisa un informe sobre trabajo infantil en la recuperación y reciclaje de residuos elaborado por la Organización Internacional de las Migraciones y Unicef.
Otro estudio de la OIT destaca que en el Gran Buenos Aires, 107.671 chicos y chicas de 5 a 13 años trabajan; el 53,7 por ciento lo hace con su familia y un 28,4 por ciento en la calle. "Esta situación requiere además, en el caso de las niñas, niños y adolescentes, de un fuerte énfasis en la protección de sus derechos sexuales y reproductivos", prevenir embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual y vih. Los niños y las niñas que trabajan o se encuentran en situación de calle padecen una vulneración de derechos en cadena".
En Tucumán, los niños cosechan nueces a garrote desde los 7 años y las niñas se dedican al cultivo y la cosecha del tabaco
El Gobierno argentino se comprometió a erradicar el trabajo infantil para 2015, en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, firmados en 2000 por 189 países, con la intención de alcanzar mejoras en las áreas de salud, educación y pobreza, frente a los niveles de 1990.
Según Ponce, Argentina debería mirar experiencias exitosas en la lucha contra el trabajo infantil, como las registradas "en Brasil y México", aunque consideró que "Ecuador y Paraguay también tienen programas interesantes" en esta temática, mientras que Chile logró alcanzar "una tasa mucho menor" a la local.
En Argentina, el 6,5 por ciento de los menores de 5 a 13 años trabaja, lo que equivale a unos 200.000 niños, mientras que entre los jóvenes de 14 a 17 años, el 20,1 por ciento cumple tareas laborales, lo que representa más de 263.000 jóvenes, según una encuesta oficial elaborada en 2006, la última realizada sobre este asunto.
De todas formas, varios analistas cuestionan la falta de estadísticas completas y actualizadas ya que este sondeo no comprende la totalidad del país, por lo que el número de chicos en situación de trabajo "puede ser mucho mayor", según estiman.
Alberto Morlachetti, del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, consideró que no se puede "hablar de cifras porque la producción de estadísticas en Argentina tiene que ver con la ficción, no con la constatación científica".
Los sondeos oficiales son cuestionados en Argentina a raíz de la polémica situación que atraviesa el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) por la presunta manipulación de los índices nacionales, según denuncian economistas, dirigentes de la oposición y empleados del organismo.
Por su parte, Ponce señaló que "falta un sistema de medición continua" en el país, donde se comenzaron a crear observatorios provinciales "para mejorar los sistemas de información" sobre trabajo infantil, prohibido por ley, detalló.
Concepción cultural
Otro de los desafíos a los que se enfrenta Argentina gira en torno a la "concepción cultural" del trabajo, principalmente en el sector rural, donde "buena parte de la población cree que es mejor que los chicos trabajen para ayudar a la familia", dijo a Efe Susana Singer, de la Fundación Conciencia, una de las entidades que participan en una red nacional sobre el tema impulsada por el Gobierno.
En las áreas rurales del país, el 35,5 por ciento de los jóvenes de entre 14 y 17 años trabaja, un 15 por ciento más que en las zonas urbanas, según las cifras oficiales.
Este fenómeno también es visible en la industria, minería, construcción, trabajo doméstico, comercio, servicios, explotación sexual y tráfico de drogas, entre otros.
Precisamente, los especialistas aseguran que el trabajo infantil está ligado tanto a los bajos recursos como a la deserción escolar.
Las estadísticas oficiales sostienen que el 2,8 por ciento de los niños de entre 5 y 13 años que trabajan en Argentina no asiste al colegio, cifra que se eleva al 10 por ciento en el campo.
La pobreza bajó al 20,6 por ciento sobre finales de marzo último, según el cuestionado Indec, aunque un reciente informe de la consultora SEL señaló que el 31,6 por ciento de la población es pobre, lo que equivale a unos 11,3 millones de personas.
Pese a que en estos últimos años se redujeron los índices de pobreza y desempleo, la Argentina no hizo ningún avance en la reducción del trabajo infantil.
Por todas estas consideraciones Sr. Presidente solicito a los Sres. Legisladores que me acompañen en la aprobación del presente proyecto.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
BIANCHI, IVANA MARIA SAN LUIS FRENTE JUSTICIA UNION Y LIBERTAD - FREJULI
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
LEGISLACION DEL TRABAJO (Primera Competencia)