La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su beneplácito por haberse cumplido 15 años del comienzo de la emisión del canal de cable "Volver", el 1° de agosto de 2009.

Señor presidente:

I. ¿De qué se trata?

El canal de cable "Volver" abrió sus emisiones el 1 de agosto de 1994 y fue concebido como un gran archivo de las producciones audiovisuales argentinas. Por eso cuenta con casi el 80 por ciento de las series de televisión locales, prácticamente la totalidad de las emisiones en vivo de Canal 13 y una buena cantidad de películas, todas nacionales.

II. ¿Volverá, siendo millones (de televidentes)?

Transcribimos lo que un periodista opina sobre el canal (1) :

Un viaje imaginario. De la mano de la televisión o del cine argentino, series, películas, telefilms; en blanco y negro o color, con realizaciones de calidad grande, mediana o nula, transportan al televidente a otros tiempos.

Para el infinito fastidio de mi mujer, lo que hago cada noche, después de apagar la luz, no es rezar, hacerme gárgaras ni comenzar a roncar desenfrenadamente. No, antes de entregarme a Morfeo necesito pegarme una vueltita por el canal Volver. Durante unos segundos, minutos o algo más si lo que encuentro me atrapa, viajo imaginariamente en el tiempo de la mano de la televisión o del cine argentino.

Volver cumple en estos días 15 años. En un país que hasta hace muy poco descreía de las bondades de resguardar el material de archivo, la función del canal creado por Artear ha sido extraordinaria. También cabe preguntarse cómo es que en un país cuyo cine es subsidiado por el Estado sea un canal privado el encargado de mantener, restaurar y poner en circulación un porcentaje enorme de la producción nacional. Más allá de esta cuestión, lo cierto es que basta con poner la señal para reencontrarse con imágenes de otra Argentina.

Y eso es lo que me fascina de Volver. No tanto ver a la Chiqui más joven y acompañada de su hermana -se repone en estos días la novela policial Carola y Carolina, con las hermanas Legrand- o algún otro revival televisivo -la belleza perfecta de Nancy Dupláa cuando niña o la barroca tragedia desencadenada en Piel naranja- sino recuperar las imágenes generadas por aquellas películas filmadas durante mi infancia, allá en la mítica década del 60.

Como escribí ya alguna vez, la visión de aquellas películas provoca inmediatamente que mi atención vire de lo que la película cuenta a lo que la película, sin querer, muestra. Me distrae, siempre, ese viaje al pasado que me muestra las calles de mi país, sus garitas de vigilantes, las avenidas de doble circulación, los colectivos de una sola puerta, los faroles, los vigilantes con mangas blancas, la forma de hablar, todo eso que ya no es pero que perdura de una forma difusa en mis recuerdos. Toda película argentina termina siendo un documental de nuestras vidas, y es probablemente ése el motivo por el cual nos genere deseos tan intensos de acercarnos a ellas como de alejarnos.

El otro punto de interés que me provoca Volver tiene que ver con lo morboso. El criterio de selección, como en una buena filmoteca, no tiene que ver con la calidad sino con la exhaustividad. Así, muchas trasnoches, cuando pego la última revisada, me encuentro con mis favoritos: algunos telefilms inexplicables, incomprensibles, pésimamente realizados y con actuaciones por debajo de cualquier estándar, que nunca fueron emitidos por un canal abierto ni, uno sospecha, hasta ese momento tampoco por uno de cable. Me quedo absorto, entrando insensatamente en la madrugada, contemplando a aspirantes a actores que, imagino, se sentían en las puertas de la gloria al interpretar esos papeles mal trazados y cuyo único público terminaría siendo un insomne obsesionado por el pasado.

III. Consideraciones finales

Nos enorgullece que, desde el ámbito privado, un canal televisivo conserve y difunda programas que pertenecen al histórico acervo cultural nacional. Por ello solicitamos la aprobación de este proyecto de resolución.