La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su satisfacción por la liberación de la ciudadana colombiana Ingrid Betancourt, quien se encontraba en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde el 23 de febrero de 2002.

Señor presidente:

Luego de seis años de cautiverio en manos de las FARC, la ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt fue liberada el pasado 2 de julio, luego de un operativo comandado por el Ejercito de Colombia. El mismo se desarrolló en una zona selvática del departamento de Guaviare, y junto con la señora Betancourt fueron liberados otros 15 rehenes.

El sentimiento de alegría es generalizado entre todos aquellos que estuvimos en vilo durante meses, preocupados por el grave estado de salud de la rehén. En los últimos tiempos y tal como las imágenes televisivas mostraban, su estado físico y psicológico se había deteriorado notablemente. La noticia de su liberación, luego de tantos años de sufrimiento, significa una gran alivio tanto para sus familiares como para toda la comunidad internacional.

La terrible historia de Ingrid Betancourt debe servirnos a todos como ejemplo de fortaleza y fe ante la adversidad. No se trata únicamente de una historia individual, sino de alguien que se ha transformado en un símbolo de esperanza para quienes aún son víctimas del cautiverio. Una historia que recorre el mundo recordándonos el valor de la vida humana y nuestro deber incondicional de defenderla.

Luego de tantas esperanzas, tentativas y esfuerzos, la liberación de Ingrid Betancourt es un triunfo de la acción humanitaria. Sin embargo, este triunfo es solo un paso en la larga lucha por la liberación de quienes aún son víctimas de la violencia.

Cabe destacar el compromiso de la Presidenta de la Nación, Dra. Cristina Fernández de Kirchner, quien, desde su asunción como primera mandataria, desarrolló una gran labor diplomática junto a otros gobernantes de la región, con el fin de coordinar acciones y lograr una solución pacifica del conflicto.

Consideramos importante expresar nuestra alegría por la liberación de Ingrid Betancourt, y recordar que hoy más que nunca es necesario mantener los esfuerzos con nuestros países hermanos para lograr definitivamente la paz en la región.

Por estas razones es que solicito a mis pares, me acompañen en este proyecto.