Proyectos »

PROYECTO DE TP


Expediente 3568-D-2009
Sumario: EXPRESAR BENEPLACITO POR EL 126 ANIVERSARIO DEL DIA DE LA EDUCACION AGROPECUARIA SUPERIOR, EL DIA DEL INGENIERO AGRONOMO, EL DIA DEL VETERINARIO Y LA CREACION DEL PRIMER INSTITUTO AGRONOMICO-VETERINARIO, A CONMEMORARSE EL 6 DE AGOSTO DE 2009.
Fecha: 31/07/2009
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 84
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Conmemorar el 6 de Agosto el día de la Educación Agropecuaria Superior, el Día del Ingeniero Agrónomo y el Día del Veterinario, al cumplirse 126 años de la creación del primer Instituto Agronómico-Veterinario del país.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Hace 126 años, el 6 de agosto de 1883, en una estancia de 700 hectáreas del Partido de Lomas de Zamora, se creaba el primer Instituto Agronómico-Veterinario del país. Fue el primer paso en el dificultoso camino de la difusión de la enseñanza agropecuaria superior, en un país que comenzaba a buscar de su tierra algo más que ganadería extensiva y carne vacuna.
Muchas historias y nombres están ligados a esta fecha. Con esta declaración queremos rendir homenaje a estas personas que vieron la necesidad de mecanizar el agro, tecnificar la producción ganadera y fundamentalmente, incorporar al país los conocimientos que en el mundo habían cambiado los paradigmas de la producción agrícola muchas décadas antes.
Tanto Inglaterra como Francia eran países avanzados en la difusión de los conocimientos agrícolas. Una de esas escuelas fue la de Grignon, concebida en 1826 por un ex general de Napoleón que impulsaba el estudio de la agricultura científica. Allí fue enviado Eduardo Olivera, hijo de un comerciante Ecuatoriano que poseía una chacra en lo que actualmente es el Barrio de Floresta. Convertido en el primer Ingeniero Agrónomo del país (que no obstante su formación técnica recitaba piezas de Moliére o Racine y admiraba a Jean Jacques Rousseau), Olivera estaba convencido de que sólo a través de la explotación inteligente de la tierra, ayudada por la maquinaria de vapor y los adelantos de la ciencia, se podía traer progreso al país. Diría al respecto del desarrollo rural europeo, al que tomaba como modelo: "Allí, la agricultura y los intereses rurales forman las bases de la prosperidad, así como la población de sus campos es el fundamento del orden. (...) Hagamos que el proletario europeo comprenda que entre nosotros le espera un porvenir de riqueza. Apresurémonos en darles tierra para que fecunden con su trabajo, dándonos ciudadanos útiles y pacíficos".
A su regreso de Europa, habiendo organizado cuatro exposiciones rurales a instancias de Sarmiento y participado en la fundación de la Sociedad Rural, Olivera -nombrado por el Gobierno a su muerte Patriarca de la Agricultura y la Ganadería, en 1910- se lanzó a otro de sus grandes objetivos: la educación de los jóvenes. Así, en 1868, siendo Diputado Provincial, logró que se funde la Escuela Práctica de Agricultura y Veterinaria. "El pastor es el esclavo más completo de la naturaleza. Es el hombre más apto para sufrir toda clase de tiranías y nunca podrá ser el ciudadano republicano que buscamos", reflexionaba. La matrícula de aquella primera escuela se había nutrido de niñas y niños provenientes de los hogares de huérfanos de Buenos Aires que por 1870 se trasladaban al interior de la Provincia escapando de una gran epidemia de cólera.
La Escuela se instaló en un extenso predio -la estancia de Santa Catalina, hoy Lavallol- que poseía un rico patrimonio forestal y edificios que habían sido construidos a comienzos del siglo XIX por un grupo de escoceses que se aventuraron en estas tierras atraídos por la Ley de Enfiteusis de Rivadavia. Entre ellos se encontraba Juan Tweedie, jardinero, explorador botánico y ex-director del Jardín Botánico de Edimburgo. Estudioso de las especies autóctonas, a sus conocimientos e influencia se debe la prolija y variada flora que desde esos tiempos se implantó y que todavía hoy se puede admirar en este lugar que hoy es la sede de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.
Al cabo de pocos años la Escuela Práctica de Agricultura quedó sin matriculados, pero casi inmediatamente -en 1881-, durante el gobierno provincial del doctor Dardo Rocha, se promulgó la Ley 1424 que dio origen al Instituto Agronómico Veterinario de Santa Catalina. Por primera vez se agregaban a los conocimientos agrícolas los de la especialidad veterinaria, de tal manera que el fundado era el primer instituto de Sudamérica dedicado a la enseñanza de esa ciencia. Su predio vio desfilar las primeras camadas de desafiantes jóvenes dispuestos a enfrentar los prejuicios de la época, que descreían de la base científica de la enseñanza veterinaria. Por allí pasaron Juan Murtagh, quien hubo de aplicar, antes de finalizar el siglo XIX, más de cien mil dosis de vacuna anticarbunculosa exitosamente; Joaquín Zabala, oriundo de Paraná, quien salvó infinidad de vidas generalizando los controles sanitarios de zoonosis en los mataderos y Federico Sívori, pionero de los estudios microbiológicos en el país.
Para ocuparse de la organización y dirección del mencionado instituto superior, se designó una comisión presidida por el doctor Mariano Demaría. Este prestigioso abogado, que había sido Ministro de Hacienda de la Provincia de Buenos Aires, sería con posterioridad fundador de la primer Escuela de Veterinaria del País. También protagonizaría la fundación de la Unión Cívica, promoviendo la Revolución del Parque de 1890. Seguidor y amigo personal de Leandro N. Alem, fue uno de los fundadores de la Unión Cívica Radical en 1891 y en 1915 del Partido Demócrata Progresista junto a Lisandro de la Torre. Fue Director General de Escuelas y presidente de los bancos estatales Nación e Hipotecario y de la Caja de Conversión. Entre 1902 y 1905 fue ministro plenipotenciario en Uruguay.
La primera acción de Demaría fue buscar para la enseñanza profesionales reconocidos en Europa. En agosto de 1882 el delegado ya había contratado a cinco profesores belgas -el ingeniero civil Camilo Gillet, el ingeniero agrónomo Gustavo André (quien sería luego Rector del Instituto) y los veterinarios Carlos Lambert, Carlos Tombeur y Desiderio Bernier- y uno francés -el ingeniero agrónomo Julio Frommel-, que serían los fundadores del Instituto.
El 6 de Agosto de 1883, organizados los planes de enseñanza, y con un número de 16 alumnos inscriptos, fue el día de inauguración del Instituto. El interés demostrado por los alumnos fue muy importante, un éxito para esos tiempos: Al año siguiente la matrícula subió de 16 a 51 alumnos. Era evidente que la enseñanza ocupaba un espacio muy importante en lo que requería la explotación agropecuaria en esos días.
Gustavo André, su rector durante los primeros años, había nacido en la ciudad de Namur en 1850, y cursó sus estudios superiores en la Universidad de Lovaina, también de Bélgica, donde se graduó como ingeniero agrónomo en 1875 con medalla de honor. Además de su aporte a la formación de los primeros ingenieros agrónomos del país, tuvo un rol fundamental como colonizador de Entre Ríos, en donde fundó la colonia de Campos Floridos en Gualeguaychú; en Santa Fe, generando el establecimiento modelo La Barrancosa de Venado Tuerto; en San Luis y, fundamentalmente, en Mendoza, donde contribuyó a la enseñanza de la hidráulica demostrando las grandes posibilidades del regadío artificial con la captación de aguas subterráneas.
A fines de 1887, 10 estudiantes de agronomía y 3 de veterinaria rindieron sus exámenes generales finales y el 23 de julio de 1888 se presentaron a rendir una tesis. Pero el tiempo no alcanzó y se decidió que quienes aún no habían concluido lo hicieran precisamente el 6 de agosto. Así egresaron los primeros diez Ingenieros Agrónomos
La obtención de los primeros frutos sirvió de acicate a las autoridades provinciales para prestar mayor atención al nivel de los estudios que se prestaban en Santa Catalina. Ya no se trataba de una simple institución de enseñanza media sino que quienes egresaban estaban en condiciones de equipararse con profesionales de grado universitario de Europa. Por ello el 4 de junio de 1889 entró a consideración del Poder Legislativo provincial un proyecto del Ejecutivo para crear una Facultad de Agronomía y Veterinaria sobre la base del Instituto Agronómico y Veterinario que entonces funcionaba. Tiempo después la provincia de Buenos Aires cede a la Nación la Facultad de Agronomía y Veterinaria, el establecimiento de Santa Catalina y el Observatorio Astronómico.
A partir de esa fecha la educación agropecuaria superior fue creciendo más y más. A medida que crecía el Siglo XX, aumentaba la cantidad de Facultades de Agronomía y Veterinaria en las diferentes regiones del interior del país. Mucho más lentamente quizás que lo que el país requería, pero poniéndose a la altura de las demandas de tecnología, especialmente después de la segunda guerra, en la que la llamada "revolución verde" necesitó de más y mejores profesionales en el país para aplicar la enorme cantidad de conocimientos que se desprendían del descubrimiento de los químicos y los fertilizantes y su consecuente transformación en paquetes tecnológicos junto con el mejoramiento genético de semillas. También hizo falta que las casas de estudio tomaran protagonismo en el estudio de los efectos nocivos que los paquetes tecnológicos podrían tener al aplicarse sin adaptación a nuestra geografía y nuestros sujetos agrarios.
Debido a que los sistemas de producción agropecuaria modernos exigen manejar información ambiental, técnica, económico- financiera, comercial, legal y fiscal cada vez más diversa, la función del ingeniero agrónomo ha adquirido en los últimos años particular jerarquía. Esta profesión con más de 100 años de existencia en el país, ha generado miles de profesionales, quienes en muchos casos han sido los artífices del desarrollo agropecuario de nuestra amplia geografía territorial argentina.
El desarrollo nacional de la enseñanza superior agropecuaria nos dio Ingenieros Agrónomos y Veterinarios anónimos que permitieron que avance la calidad y la cantidad de la producción agraria, y también algunos ejemplos que vale la pena nombrar. En estos días nos ha dejado uno de ellos, el Ing. Horacio Giberti. Un ejemplo paradigmático del profesional con conocimientos prácticos, una sólida formación teórica y una correcta ubicación en el contexto social y político del país, que ha sido una referencia a la hora de analizar el complejo escenario agropecuario de los últimos años.
A aquellos pioneros que en 1883 dieron lo mejor de sus conocimientos para formar las primeras generaciones de profesionales en la argentina queremos dejar nuestro homenaje. Es por ello que solicito a mis colegas me acompañen en la aprobación del presente Proyecto de Declaración.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
VIALE, LISANDRO ALFREDO ENTRE RIOS PARTIDO SOCIALISTA
AUGSBURGER, SILVIA SANTA FE PARTIDO SOCIALISTA
CANTERO GUTIERREZ, ALBERTO CORDOBA FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
BARRIOS, MIGUEL ANGEL SANTA FE PARTIDO SOCIALISTA
SESMA, LAURA JUDITH CORDOBA PARTIDO SOCIALISTA
GRIBAUDO, CHRISTIAN ALEJANDRO BUENOS AIRES PRO
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
EDUCACION (Primera Competencia)
Trámite
Cámara Movimiento Fecha Resultado
Diputados SOLICITUD DE SER COFIRMANTE DE LA DIPUTADA SESMA (A SUS ANTECEDENTES)
Diputados SOLICITUD DE SER COFIRMANTE DEL DIPUTADO GRIBAUDO (A SUS ANTECEDENTES) 28/10/2009
Diputados MOCION SOBRE TABLAS (PLAN DE LABOR) (AFIRMATIVA) 05/08/2009
Diputados CONSIDERACION Y APROBACION 05/08/2009 APROBADO