La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

EXPRESAR SU HOMENAJE E INTERES PARLAMENTARIO A 40 AÑOS DE LA DESAPARICIÓN TRÁGICA DEL PADRE MUGICA EL 11 DE MAYO DE 1974

Señor presidente:

El Padre Carlos Múgica, nacío en Buenos Aires el día 3 de Octubre de 1930, su verdadero nombre era Carlos Francisco Sergio Mugica Echagüe.

Cursó sus estudios en el Colegio Nacional Buenos Aires del cual egresó en el año 1940 para comenzar los estudios de Derecho, los que al poco tiempo abandonó para ingresar en el Seminario Metropolitano de Buenos Aires del cual al terminar sus estudios cumplió, entre otras, funciones en el secretaría de Monseñor Caggiano, siendo también profesor de teología en la Universidad del Salvador.

El Padre pertenecía al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, vinculado con las luchas populares del país y de toda América latina en las décadas de 1960 y 1970. Perteneciendo a una acaudalada familia de la ciudad de Buenos Aires, adhirió a la "opción por los pobres" surgida de la proclama del obispo brasileño Helder Cámara (1967) y la Conferencia Episcopal de Medellín (1968) y fundó en la villa 31 de Retiro la parroquia del Cristo Obrero.

El sábado 11 de mayo de 1974, a las 20.15 y cuando Mugica se disponía a subir a su automóvil Renault 4-L, estacionado junto a la iglesia de San Francisco Solano, en la calle Zelada, 4771, donde había celebrado misa, fue ametrallado por un individuo que se bajó de un coche estacionado en las adyacencias. De acuerdo a la descripción de testigos oculares, el asesino del cura habría sido el policía federal (fallecido en prisión) Rodolfo Eduardo Almirón, que fungía como jefe de la organización parapolicial terrorista Triple A.

Señor Presidente, no quiero entrar en un análisis político respecto de la vida del padre Mugica, por lo que ruego a mis pares interpretar el alma de este proyecto que si desea rendir un justo homenaje a este sacerdote argentino que supo interpretar a los más necesitados, que intentó durante su corta vida que la sociedad no discriminara a "sus villeros" y trabajó en pos de una vida más digna para ellos.

Hoy si este cuerpo y sus diferentes bancadas me lo permiten, desearía traer a la memoria de todos nosotros esta frase del Padre Mugíca:

"Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia, luchando junto a los pobres por su liberación. Si el Señor me concede el privilegio, que no merezco, de perder la vida en esta empresa, estoy a su disposición. "

Por todo lo expuesto solicito a mis pares el acompañamiento al presente.