La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar repudio por la violenta represión policial ejercida en La Quiaca a un grupo de manifestantes conducidos por el Padre Jesús Olmedo, entre los cuales se encontraban mujeres y niños.

Señor presidente:

El día Viernes 6 de junio en la ciudad de La Quiaca la policía de Jujuy reprimió violentamente a un grupo de manifestantes encabezados por el sacerdote Jesús Olmedo, quienes reclamaban por asistencia económica y alimentaria. El nutrido grupo de manifestantes había ocupado durante los días anteriores el Puente Internacional en señal de protesta; lugar donde llegaron a escenificar una crucifixión de la cual fue objeto el propio sacerdote Jesús Olmedo para simbolizar así, la situación de miseria y pobreza que atraviesan los habitantes de la zona. Sin embargo, al ser desoídos sus reclamos durante los tres días que se extendió la protesta, decidieron marchar hasta el centro de La Quiaca donde unas trescientas personas ocuparon el edificio municipal.

A la mañana siguiente de ocupada la municipalidad, se desplegó un operativo policial por orden del juez Jorge Álvarez Prado con el objetivo de desalojar el edificio. Fueron aproximadamente unos 50 efectivos los que avanzaron hacia la municipalidad para efectuar el desalojo. En el edificio municipal se encontraban muchas mujeres y niños, quienes fueron igualmente reprimidos con gases y balas de goma, tal cual lo reflejaron los medios televisivos. Poco después, las escenas de violencia se trasladaron a las calles provocándose, según el Padre Olmedo, una auténtica pueblada en el momento en que centenares de quiaqueños se agruparon alrededor de la pelea en señal de protesta por la represión policial.

El saldo de la represión fue de 34 personas heridas de las cuales 15 debieron ser hospitalizadas. "Yo tengo infinitas marchas encima, pero jamás ví una represión tan violenta, tan dura como la de hoy" (...) "los chicos lloraban porque no entendían qué estaba pasando. Durante las dos horas que duró el enfrentamiento los chicos gritaron sin parar", expresó a un medio gráfico el cura Jesús Olmedo.

El Padre Olmedo planteó también, que la movilización surgió por la pobreza extrema que padecen los habitantes de la Puna donde aseguró que: "la desnutrición infantil llega al 50 % y las mejoras nunca llegan". También puntualizó como uno de los detonantes de la protesta, la insuficiente remisión de fondos provinciales para los 89 comedores infantiles de la región. En estos comedores se reciben diariamente 2000 chicos, para los cuales la gobernación destina solo 50 centavos por cada chico en concepto de alimentos.

Estos hechos resultan francamente repudiable al producirse una situación de "doble violencia", donde una población de por sí vulnerada y violentada por no poder cubrir sus necesidades más elementales, obtiene como respuesta la variante más brutal y represiva, aquella proveniente del núcleo duro del aparato estatal. Resulta imprescindible, por tanto, reorientar la respuesta del Estado, ya sea provincial o nacional, en términos de inmediata asistencia económica y social a sectores tan postergados como es el caso de los habitantes de la Puna. Creemos que es la única vía para desterrar la "doble violencia" y generar así una democracia inclusiva y eficaz, que previo a la "construcción de ciudadanía" apunte a la "construcción de sentido" de cada uno de los habitantes de nuestro territorio.

Por todo lo expuesto solicito a mis pares acompañen este proyecto con su voto afirmativo.