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PROYECTO DE TP


Expediente 3270-D-2015
Sumario: ACTOS CONMEMORATIVOS DEL NATALICIO Y FALLECIMIENTO DEL GENERAL DON JOSE FRANCISCO DE SAN MARTIN, A REALIZARSE LOS DIAS 25 DE FEBRERO Y 17 DE AGOSTO DE CADA AÑO. SE DESIGNA COMO SEDE OFICIAL DE LOS MISMOS A LA LOCALIDAD DE YAPEYU, PROVINCIA DE CORRIENTES.
Fecha: 09/06/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 66
Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...


ARTICULO 1º: Se desígna a la Localidad de Yapeyú - Provincia de Corrientes como sede oficial de los actos del natalicio y fallecimiento del General Don José Francisco de San Martin, que se conmemoran el 25 de febrero y 17 de agosto respectivamente.-
ARTÍCULO 2º.- Dispóngase que los actos que realice el Poder Ejecutivo Nacional, en cada una de las fechas de conmemoración dispuestas en el artículo precedente, se realizarán en la Localidad de Yapeyú- Provincia de Corrientes.
ARTÍCULO 3º.- De Forma.-

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


El General San Martín es el ideal de argentino, el modelo de hombre, de ciudadano comprometido que dejó su huella de manera perdurable en la historia de nuestro Continente. Consagrándose con su accionar en el libertador de América donde llevó a cabo una gesta increíble, siendo reconocido popularmente como el Santo de la Espada.
Creó un ejército profesional de criollos y nativos, derrotó a sus antiguos camaradas de armas y antes de liberar medio continente cruzó la cordillera de los Andes con 5400 hombres en una campaña que duró una década. Durante mucho tiempo en los libros, de historia y estrategia militar, se estudió como un hombre con tan pocos soldados podría lograr semejante gesta. Se estudia en todas las academias militares del mundo y sin dudas su empresa en los Andes, supera la célebre hazaña del General Aníbal, aquel que con su ejército que incluía elefantes de guerra partió de Hispania y atravesando los Pirineos y los Alpes para derrotar a los romanos en grandes batallas campales.
Nació bajo las palmeras indias de Yapeyú, un 25 de febrero de 1778, en la Provincia de Corrientes. Partió a España pero jamás olvidó que había nacido en tierras americanas y por ello volvió para hacer la patria grande, imbuido en Cádiz de los idearios libertarios que consagraban la ruptura de dos sistemas diferentes: la Monarquía y la República.
Hijo de un oficial científico muy distinguido, pero pobre. Se había endurecido desde temprano en el combate de las pruebas difíciles y arduas. Por temperamento y por hábito había dedicado todas sus facultades a la ímproba labor de hacerse meritorio por la regularidad de su servicio y por la firmeza reflexiva de su valor personal.
Disimulaba admirablemente la reserva y la sagacidad de su carácter, empleando con naturalidad un tono franco pero sobrio. Recio y descuidado al parecer, pero sin que se deslizara jamás una imprudencia, una palabra o un concepto agraviante.
Con sus oficiales era incisivo y categórico en todo cuanto tocaba el servicio pero en los momentos de intimidad y de trato familiar les permitía y él se permitía con ellos, todas las franquezas de un buen camarada de cuartel.
Es sabido que a lo largo de nuestra historia las opiniones sobre nuestros próceres han sido siempre divididas. No es fácil formarlas objetivamente, sin dejarnos invadir por las ideas de quienes las escriben.
Pero el General San Martín fue hombre de ley, de fortaleza, de inmenso espíritu por la libertad. Hay en San Martín una gloria mayor que la de haberse medido con la montaña, el mar o las penurias, o la de haber vencido las armas españolas. Esa es la virtud excepcional de un guerrero, de haber sabido vencerse a sí mismo y haber renunciado a los ascensos, los honores y los premios del triunfo.
Fue él, quien salvo la revolución y la condujo triunfante por tres naciones cuya libertad aseguró, huyendo del teatro político, sin escuchar los llamamientos de la ambición y gozoso de haber completado la obra libertaria.
General de verdaderas convicciones: “De lo que mis granaderos son capaces, yo solo sé, quien los iguale habrá, quien los supere jamás” decía. Era no solo respetuoso de su ejército sino también de sus propias creencias.
Supo sobreponerse a la adversidad, cuando se eclipsó su estrella, coronando su vida en el más caritativo silencio de los más puros maestros. Para llegar a esto, necesitó perdonar injurias y supo hacerlo por amor a su América, nuestra tierra, en la que fue iluminado, por nuestro Dios Padre y conducido por su sangre correntina, india y bravía.
El libertador, también nos enseñó que no es posible encarar un proyecto común de país, sin unidad nacional; condición necesaria para superar cualquier desafío, para alcanzar los sueños más anhelados. Los pueblos siempre evocan su pasado de gloria en tiempos sin apremios.
Si hay un prócer que identifica a los argentinos, ése es José Francisco de San Martín, el libertador.
Cada uno de los argentinos y de los latinoamericanos, cada vez que se conmemora el natalicio o fallecimiento de Don José Francisco, deberíamos tan solo rememorar y reflexionar sobre sus hazañas o leer sus máximas para perfeccionar nuestros espíritus.
Aunque más no sea algunas, para tenerlas presente, aquellas que nos legara como preciado regalo de su esencia, y tenerlas como norte de nuestros comportamientos cotidianos. Estoy seguro que de haberlas seguido al pie de la letra, como nos enseñara, hubiéramos llegado al objetivo de construir una América libre, unida y soberana.
Debemos recordarlo para forjar nuestro espíritu teniendo siempre presente lo que en ellas nos legara; “Inspirar el amor a la verdad y el odio a la mentira”, “Inspirar gran confianza y amistad pero unido al respeto”, y sobre todo “inspirar amor por la patria y por la libertad”.
No importa, de qué lugar venimos, o en que hogar nacimos, estos pueden ser humildes y sencillos, pero lo que prima en un hombre, no son ni sus bienes, ni sus pertenencias, sino su elevado espíritu. Y en eso, San Martín fue un ejemplo.
Cada uno de nosotros, desde su propia posición, desde su lugar de trabajo, desde su propia impronta, debe seguir el legado que nos dejó San Martín, y nos tiene que servir para instaurar una sociedad más libre, más justa y solidaria. Cada niño, cada mujer o cada hombre, para edificar su vida y vivirla según la misión redentora de un ideal generoso, deben llevar siempre vigente el ideal sanmartiniano, para que trascienda la circunstancia de lo cotidiano.
Como correntino, me permito presentar este justo anhelo, fundado principalmente por el fervor del pueblo correntino en las fechas patrias, en el sacrificio brindado en cada una de las gestas nacionales, y en reconocimiento y respeto por el espíritu Federal y la concordia que debe imperar entre los que formamos parte de este país por el que tanto luchó el Libertador.
Por lo expuesto, solicito a mis pares acompañen en presente proyecto de Ley con su voto afirmativo.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
VALDES, GUSTAVO ADOLFO CORRIENTES UCR
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
CULTURA (Primera Competencia)
LEGISLACION GENERAL