La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo y por su intermedio a quién corresponda, en virtud de un informe que publica los dictámenes de unos trescientos pediatras y nutricionistas donde establecieron que la ingestión de soja no es aconsejable para niños y absolutamente desechable para menores de dos años, por la abundancia de estrógenos que en organismos muy jóvenes pueden alterar los sistemas endocrinos, sirva informar sobre lo siguiente:

- ¿Si se están llevando a cabo estudios por parte de los organismos nacionales competentes en la materia, a efectos confirmar lo informado por los pediatras antes referidos? De ser afirmativa la respuesta, indicar cuales son estos Organismos, y los resultados a los que se han arribado.

Señor presidente:

Sr. Presidente, las preguntas efectuadas precedentemente, se fundan en un trabajo publicado por Luis E. Sabini Fernández, Periodista, editor de Futuros, coordinador del seminario de Ecología y DD.HH. de la cátedra de DD.HH. de la Fac. de Filosofía y Letras de la UBA, donde manifiesta lo siguiente, la Sociedad Argentina de Pediatría albergó en septiembre del año 2003 a dos expertos en nutrición infantil, James Anderson y Ekhard Ziegler, estadounidenses que desmintieron -sin señalarlo expresamente- las conclusiones a que arribara el "Plan Nacional de Alimentación y Nutrición" convocado a mediados de 2002, cuándo la crisis de diciembre de 2001 estaba aún vigente, y una serie de organizaciones del complejo sojero habían inundado el país con el plan "Soja solidaria".

Los especialistas, a su vez, presentaron resultados de investigaciones que no sólo permiten, sino que aconsejan la presencia de soja en la alimentación infantil y particularmente en la de bebes, por las "excelentes propiedades nutricionales" de la soja.

Posteriormente dictámenes de unos trescientos pediatras y nutricionistas establecieron que no se debía designar leche al jugo extraído mediante cocción de la soja por carecer de calcio, que la ingestión de soja no era aconsejable para niños y absolutamente desechable para menores de dos años, por la abundancia de estrógenos que en organismos muy jóvenes pueden alterar los sistemas endocrinos y, más en general porque los déficit alimentarios ahora presentes en el país no se "arreglan" con soja sino con alimentos conocidos, "tradicionales".

Los representantes norteamericanos, antes mencionados, provenían de las universidades de Kentucky y Iowa respectivamente, los auspicia la Fundación Bioquímica Argentina, los alberga la S. A. de Pediatría pero el verdadero eje de esta aparición fue Monsanto.

En este caso, el anfitrión fue el International Life Sciences Institute, que con ese mismo nombre, sin traducirlo siquiera, tiene una oficina en Argentina. Y el Instituto de Ciencias de la Vida es un órgano de RR.PP. de Monsanto. con lo cual, el tratamiento de la soja ya no resulta hecho desde la investigación objetiva, sino desde una determinada finalidad

El hecho que Anderson y Ziegler tal vez no les permitió observar el marco en el cual presentaron sus consejos elaborados a lo largo de una actividad suponemos que seria en EE.UU.: insistieron una y otra vez que la soja es perfectamente compatible con otros alimentos; que es altamente recomendable junto a otros alimentos. Que "utilizada dentro de una dieta balanceada, lo más variada posible" es absolutamente recomendable con sus mejoras en colesterol, etcétera.

Pero para mejorar el colesterol hay que ingerirlo primero, en carne, por ejemplo.

El problema en Argentina es que la "soja solidaria" ha sido presentada como el sustituto de otros alimentos y no como su complemento.

Por todas estas consideraciones Sr. Presidente solicito a los Sres. Legisladores que me acompañen en la aprobación del presente proyecto.