La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que, por intermedio de los organismos que corresponda, informe a esta Cámara sobre el uso de un avión Lear Jet 31A por el Secretario de Transporte de la nación, Ricardo Jaime:

1. ¿A quién pertenece la aeronave Lear Jet 31A con matrícula norteamericana (N786YA) en la que se traslada el Ricardo Jaime?

2. ¿A qué motivos obedece que el secretario de Transporte de la nación utilice un avión de matrícula norteamericana para sus viajes?

3. ¿Por qué el secretario de Transporte de la nación utiliza un avión perteneciente a una empresa de propiedad desconocida?

4. ¿Cuáles han sido los motivos de los viajes que el avión realizó, según el sistema aeroportuario nacional, a Córdoba, San Fernando, Florianópolis, Montevideo, Porto Alegre, Mar del Plata, Punta del Este, Santiago del Estero, Sunchales (Sta. Fe) y Aeropuerto Jorge Newbery, de Buenos Aires?

5. ¿Quién se hace cargo de los costos de operación, vuelo, mantenimiento y otros de la aeronave?

6. ¿El avión con matrícula estadounidense N786YA es propiedad de Ricardo Jaime? Si es así, ¿cuál fue el procedimiento para su compra?, ¿de dónde provinieron los fondos para comprar dicha aeronave?, ¿cómo justifica Jaime tener ingresos suficientes para gastar cuatro millones de dólares en un avión?, ¿cuál es el vínculo del secretario de Transporte con las empresas Elkrest Investments Limited, radicada en las islas Vírgenes, y Pegasus Equity Investments, de Costa Rica?

7. ¿El Lear Jet 31A es alquilado por el secretario de Transporte? De ser así, ¿cuál es el costo del alquiler?, ¿quién se hace cargo de afrontar tales gastos?

Señor presidente:

El día 22 de Mayo el diario La Nación publicó en su tapa una investigación periodística realizada por Francisco Olivera y Diego Cabot en la que se aseguraba que el secretario de Transporte de la Nación, Ricardo Jaime, utilizaba un avión Lear Jet 31A con matrícula norteamericana (N786YA) para sus viajes privados. A partir de su publicación, diferentes medios nacionales se hicieron eco de la noticia, profundizando la investigación. En dicho artículo, los periodistas certifican que desde su llegada a la Argentina, en diciembre de 2008, la aeronave, cuyo valor supera los 4 millones de dólares, fue utilizada para alcanzar diferentes destinos, como Córdoba, Florianópolis (cuatro veces), Montevideo, Porto Alegre (tres veces), Mar del Plata, Punta del Este, Santiago del Estero y Sunchales (provincia de Santa Fe). Según el sistema aeroportuario nacional, el avión aterrizó una vez en el Aeropuerto Jorge Newbery y siete en el de de San Fernando, donde los periodistas registraron el uso de la aeronave por parte del secretario de Transporte de la Nación.

El avión es de propiedad desconocida y fue financiado por dos empresas radicadas en países que no registran a los titulares de las acciones sino que son al portador (Elkrest, en las islas Vírgenes y Pegasus en Costa Rica) según consta en el artículo periodístico mencionado. Esta Honorable Cámara de Diputados debe saber, en primer término, quién es el dueño de la aeronave y, luego de ello, por qué el secretario de Transporte utiliza un avión cuyo costo supera los 4 millones de dólares como si fuera propio y quién se hace cargo de los costos de operación, mantenimiento y vuelo del mismo.

En febrero último, Jaime fue denunciado por el fiscal de Investigaciones Administrativas Manuel Garrido por el uso privado de un avión que alquilaban el empresario transportista Claudio Cirigliano y la empresa Aeropuertos Argentina 2000, ambos, teóricamente, sujetos al control de la secretaría de Transporte, causa que está a cargo del magistrado Claudio Bonadío. A ello se suma ahora la revelación periodística del diario La Nación a la que Jaime no ha dado respuestas públicas. Tampoco el gobierno nacional salió a contestar las acusaciones. En la última semana el juez federal Norberto Oyarbide, a instancias del fiscal Carlos Rívolo, avanzó en la investigación, tendiente a conocer quiénes son los propietarios del Lear Jet utilizado por Jaime.

Resulta inadmisible que el secretario de Transporte de la Nación, denunciado en más de una veintena de causas, siga manejándose con absoluta impunidad sin que las autoridades nacionales hagan algo. La calidad institucional del país depende también del comportamiento de los funcionarios que están a su cargo, por lo tanto, es imperioso que esta Cámara sea debidamente informada por el gobierno sobre el discrecional uso de un avión de costo millonario por parte uno de sus miembros dilectos.