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PROYECTO DE TP


Expediente 2947-D-2013
Sumario: PROTECCION DE NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES FRENTE AL USO DE INTERNET.
Fecha: 09/05/2013
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 45
Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...


DE LA PROTECCION DE NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES FRENTE AL USO DE INTERNET
Artículo 1°.- La presente Ley tiene como objeto la concientización pública sobre la problemática de la pornografía infantil en Internet.
Artículo 2°.- Entiéndase por pornografía infantil a toda representación de menores de edad de cualquier sexo en conductas sexualmente explícitas. Puede tratarse de representaciones visuales, descriptivas o incluso sonoras, aquellas representaciones fotográficas o fílmicas en formatos digital o analógico de menores de edad en conductas sexualmente explicitas ya sea solos o interactuando con otros menores de edad o con adultos.
Artículo 3°.- Facúltese al Poder Ejecutivo Nacional y por su intermedio a los organismos que tengan competencia, a llevar a cabo campañas de concientización pública sobre la problemática de la pornografía infantil en Internet, por medio de la concientización social a través de campañas masivas de difusión, en las escuelas y en los centros de salud de todo el país.
Artículo 4°.- Celebrar Acuerdos Bilaterales con diversos Organismos Internacionales y especialmente con los países miembros del MERCOSUR, con el objeto de armonizar legislación y fundamentalmente aunar esfuerzos en las campañas de concientización social.
Artículo 5°.- El Poder Ejecutivo Nacional creará un ámbito específico de discusión y seguimiento de esta problemática en el orden federal a fin de aunar esfuerzos con los estados provinciales y que se faciliten mecanismos de concientización social para la protección de los niños/as y adolescentes de delitos que atentan contra la integridad sexual de las personas.
Artículo 6°.- Se invita a las provincias a adherir a la presente Ley.
Artículo 7°.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Podemos definir a Internet como una "red de redes", es decir, una red que no sólo interconecta computadoras, sino que interconecta redes de computadoras entre sí.
La explosión de Internet en los últimos años ha dado paso al planteamiento de nuevas formas de comunicación. Internet se ha constituido en un medio de contacto tremendamente versátil y potente así como en un instrumento útil en favor del respeto y ejercicio efectivo de los derechos de la infancia, recogidos en la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1989 y ratificada actualmente por 191 Estados. Aunque, como en el resto de manifestaciones humanas, la contravención de los derechos de la infancia, está también desgraciadamente presente en la Red. Este aspecto no debe escaparse de cualquier consideración, ya que los niños, gracias a su innata curiosidad y gracias a su facilidad de adaptación a los nuevos medios, se han convertido en usuarios de Internet, y, en muchos casos, en usuarios avanzados.
Por un lado, Internet ofrece claras ventajas, sobre todo en el campo de la educación, por cuanto mejora las posibilidades de los consumidores, reduce los obstáculos para la creación y distribución de contenidos y ofrece un amplio acceso a fuentes de información digital cada vez más ricas. Por otro lado, los menores representan el grupo más vulnerable dentro de los usuarios de la Red: son víctimas potenciales de actividades ilícitas (tráfico de niños, pornografía y prostitución infantil, etc.) y tienen fácil acceso a contenidos desaconsejables (pornografía, violencia, racismo, xenofobia, discriminación por razón de género, etc.) que puedan afectar negativamente a su desarrollo físico, mental, espiritual y social.
Es el acceso a estos contenidos uno de los aspectos más preocupantes y difíciles de abordar en relación al uso de Internet. Si bien es cierto que la Convención sobre los Derechos del Niño reconoce el derecho de los niños y las niñas a buscar y difundir información e ideas de todo tipo, también establece su derecho a ser protegidos contra toda información y material perjudicial para su bienestar, así como contra cualquier injerencia arbitraria o ilegal en su vida privada, su familia, domicilio, correspondencia y cualquier ataque a su honra y reputación.
Igualmente habrá que tener en cuenta la responsabilidad que la Convención atribuye a los padres, tutores, representantes legales y educadores a la hora de proporcionar a los niños directrices y orientaciones apropiadas para que ejerzan los derechos reconocidos en ella.
Una adecuada protección, respetuosa con los derechos de los niños y niñas, mencionados anteriormente, implica necesariamente un buen conocimiento del funcionamiento de la red y sus posibilidades, la formación necesaria para detectar contenidos potencialmente perjudiciales e información sobre los mecanismos de protección existentes, tanto técnicos como legales.
En definitiva el mejor método de prevención de manejo pernicioso de Internet, pasa por la Educación. Hacer que los niños, las niñas, los adolescentes, padres, y educadores conozcan lo más exactamente posible las posibilidades del uso de Internet y sus peligros. La comprensión, naturalmente, se deberá sustentar no solo en el marco referente a la utilización de un medio estrictamente técnico, sino fundamentalmente en conceptos propios de la Educación para el Desarrollo, tales como, interdependencia, imágenes y percepciones, justicia social, comprensión y solución de conflictos o cambio y futuro.
En este sentido se hace necesario el desarrollo de buenas campañas de sensibilización a todos los niveles, que informen a los niños/as, jóvenes y padres sobre los beneficios y perjuicios del uso de la red.
Internet ofrece una oportunidad sin precedentes en la historia de la humanidad. Para niños, niñas y adolescentes en particular, Internet se ha convertido en un espacio para comunicarse, buscar información, estudiar, jugar, descubrir y crear. Pero como sucede con otras tantas cuestiones, la utilización de la Red por parte de los mismos también presenta una cara menos favorable: Internet se ha convertido en el vehículo ideal para transmitir informaciones perjudiciales para los más pequeños y para la comisión de diversos abusos.
La civilización humana ha experimentado en los últimos veinte años un asombroso salto en su desarrollo científico. La tecnología digital y sus espectaculares avances generan un fenómeno que permea nuestras sociedades y se manifiesta indefectiblemente en todos los vericuetos e intersticios de la vida moderna. Este vertiginoso progreso científico ha reducido las distancias educativas, sociales, científicas y de cualquier índole; sin embargo, y paradójicamente, esta red de redes o autopista de la comunicación se ha convertido en un arma de doble filo, pues está siendo utilizada por individuos inescrupulosos para promover e intercambiar materiales de contenido sexual a través del ciberespacio.
La inquietud más grande se puede considerar en cuanto a la pornografía infantil en la red, la sociedad, y en especial padres y educadores, están preocupados por la posibilidad de que los niños, niñas y adolescentes accedan a informaciones inadecuadas en la Red. Sin embargo, aunque esas preocupaciones sean lícitas, no se debe culpar a la Red de los vicios de la Sociedad ni, menos aún, prohibir o tener una actitud excesivamente reticente hacia su uso por parte de los niños, niñas y adolescentes, sino, más bien, fomentar una utilización responsable de la misma.
Para impulsar un uso seguro de la Red, dos son las vías principales de actuación. Por una parte, la lucha frente a los contenidos ilícitos por medio de la Ley y, por otra, la protección de los niños, niñas y adolescentes frente a aquellos contenidos y comportamientos nocivos que, inevitablemente, van a encontrar en el ciberespacio. Es notorio darse cuenta de que ambos objetivos planteados no son tareas sencillas frente a las adversidades con las que nos encontramos en este "cyber- derecho", pero el objetivo de este proyecto es de prevención general en todos los ámbitos necesarios para su correcta difusión.
Al intentar regular una problemática tan controvertida como el efecto nocivo en los niños, niñas y adolescentes por el uso de la red nos encontramos con que existe una asociación fuerte y en sentido positivo entre las oportunidades y los riesgos: aumentar las oportunidades, aumenta los riesgos y por tanto, limitar el uso de Internet, disminuye, no sólo los riesgos, sino también las oportunidades. Por ello, es necesario poner los riesgos del uso de Internet en perspectiva y ofrecer una valoración equilibrada de los diferentes enfoques que pueden ayudar a los padres y otros adultos a afrontar esta cuestión de forma constructiva, en lugar de tomar medidas de tipo restrictivo o limitativo.
Si bien nuestro país consagra como garantía fundamental la libertad de expresión y la libertad de información, estas libertades deben ceder cuando se someten a una colisión con los bienes jurídicos que protegen a los niños, niñas y adolescentes y su integridad sexual.
El Estado ofrece una tutela especial a los niños, niñas y adolescentes y así debe ser no solo por el reconocimiento internacional de los tratados oportunamente ratificados por la República Argentina; sino que además se consideran situaciones particulares como el mayor estado de indefensión en que se encuentran cuando son perjudicados por la pornografía infantil.
La infancia es un bien jurídico que debe ser preservado y cuya defensa y protección adquiere preeminencia ante otros bienes jurídicos también tutelados en nuestro ordenamiento jurídico. La explotación sexual de niños no solo se manifiesta, como sucedía antiguamente, en los países del tercer mundo. Los turistas pedófilos del planeta continúan acudiendo preferentemente a los llamados paraísos del sexo, ubicados en lugares como: Tailandia, Filipinas, Santo Domingo, Brasil, Rusia, etc.; sin embargo comienza a vislumbrarse una preocupante ampliación traslativa de los mercados sexuales, extendiéndose también a países desarrollados, situación favorecida por la proliferación en estas naciones de nuevas tecnologías de comunicación digital.
En la Argentina el Congreso de la Nación ratificó la CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO el 27 de septiembre de 1990 mediante la Ley 23.849 y la Asamblea Constituyente la incorporó al artículo 75 de la Constitución de la Nación Argentina en agosto de 1994. A partir de este compromiso el gobierno debe realizar los esfuerzos posibles para asegurar que "todo niño tenga acceso a todos los derechos que figuran en la Convención".
Este instrumento jurídico coloca a la niñez y adolescencia como sujetos plenos de derechos y promueve, junto con otros instrumentos de las Naciones Unidas, la "doctrina de la protección integral".
La Convención sobre los Derechos del Niño es el tratado más ampliamente ratificado en la historia. En él se establecen una amplia gama de disposiciones que abarcan derechos y libertades civiles, el entorno familiar, la salud básica y el bienestar, la educación, la recreación, las actividades culturales y las medidas especiales necesarias para su protección.
Pero mientras nuestro marco legal atestigua un interés concreto en defensa de los derechos de los menores, no podemos desconocer el avance de la pornografía infantil y la relación directa entre esta y la prostitución que ha puesto de manifiesto la existencia de amplias redes locales inclusive con conexiones en el extranjero. Ante esto, creemos que en Argentina conviven ciertos vacíos legales y una importante falta de conciencia del mundo adulto con relación a la sofisticación que la problemática fue adquiriendo vía la red, y la vulnerabilidad de nuestros niños y adolescentes ante la falta de información y protección adecuada.
Ya sea entre el lujo del poderoso Occidente o en medio de la pobreza extrema de los países del sur, los niños y niñas de cualquier parte del mundo se encuentran en serio peligro de ser victimizados por conductas pedófilas. Podemos afirmar, sin pecar de catastróficos que ya nadie en el planeta está a salvo de esta epidemia social, representada por el abuso sexual de niños. Desde otra óptica, también resulta válido establecer distancia en relación con la visión limitativa del fenómeno pedófilo a un grupo más o menos numeroso de desviados sexuales, razonando que esta parafilia típica, en su manifestación creciente se asocia a fenómenos de amplitud y alcance planetario, como la Internet; a través de la cual se generan peligrosas y activas agrupaciones pedófilas y se elabora y distribuye la ciberpornografía.
Internet propicia la comunicación de estos individuos sexualmente depravados con sus víctimas menores de edad, facilitándose en algunos casos, que su acción captadora se traslade de la realidad virtual a la realidad objetiva, con enorme peligro para los niños, niñas y adolescentes que han entrado en contacto ciberespacial con ellos. Esto unido a que Internet constituye un medio de comunicación asequible, por la factibilidad de su explotación y lo económica que resulta; propicia la extensión de esos productos perniciosos a una enorme cantidad de público en el planeta, logrando una internacionalización instantánea de los mismos. Las novedosas tecnologías de la comunicación proporcionan las facilidades ideales para las acciones pedófilas; basta poseer un ordenador (equipo relativamente barato) y sin abandonar sus domicilios y preservando el anonimato, estos individuos "navegan" por el ciberespacio en la búsqueda de documentación sexual que involucre a infantes. De esa forma, Internet se convierte infelizmente en el vehículo comunicativo ideal para concretizar la producción y consumo de la pornografía infantil, como modalidad de la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes. Los pedófilos, preferiblemente en su variante clínica, se complacen en coleccionar compulsivamente fotografías y grabaciones de audio o video, donde se reflejan abusos sexuales con niños en los que participan ellos mismos u otros adultos; materiales que al circular por la autopista de la información han generado la aparición del fenómeno de la ciberpornografía infantil.
La incidencia negativa que ha significado el uso de Internet en la promoción de las prácticas pedófilas constituye un suceso que contiene múltiples aristas, entre las que se incluyen la existencia de las redes de confraternización e intercambio pedófilo, la ciberpornografía como nueva categoría asociativa de la tradicional pornografía y de la digitalización y los intercambios en línea con niños, niñas y adolescentes, desplegados con propósitos de captación sexual. La disminución de las expresiones asociadas al Abuso Sexual infantil requiere de acciones multidimensionales que abarcan desde la dimensión política, la dimensión jurídica, la dimensión socio-preventiva, la dimensión represiva, etc. En cada uno de estos niveles deben trabajarse diferentes líneas de gestión que confluyan al logro del resultado estratégico de reducir al mínimo las manifestaciones abusivas pedófilas.
Reiteramos que la extensión que ha adquirido a nivel mundial la Pedofilia, producto de la ampliación comunicativa derivada de Internet, exige la elaboración impostergable de una Estrategia Mundial de lucha contra este fenómeno, cuya primera y más inmediata acción debe centrarse en la elaboración de un Instrumento Jurídico Internacional que establezca la tutela de la joven generación ante el auge del fenómeno pedófilo.
Es imposible impedir que cualquier material ofensivo o peligroso sea expuesto. Se puede castigar después a los responsables, pero no se puede evitar que cometan el delito. Cualquiera puede introducir el contenido que quiera en Internet. A esto hay que añadir que Internet es internacional y que cada país tiene su legislación sobre lo que es la pornografía, lo que son drogas legales o ilegales, etc. Es decir, se puede incluso distribuir por internet algo que aquí es delictivo pero que, tal vez, en el país de origen no lo es.
Por lo tanto, el niño, niña o adolescente puede encontrar en Internet material muy inapropiado para su desarrollo personal, intelectual y emocional, en tanto que desde la órbita sancionadora es muy poco lo que se puede hacer ante la ambigüedad de la red.
La pornografía infantil repercute de dos formas distintas que finalmente terminan solapándose. En primer lugar, es responsable de la explotación sexual de miles de niños y niñas distribuidos por todo el mundo, a los que se utiliza para confeccionar todo tipo de fotografías y vídeos que van desde la exhibición de sus cuerpos hasta la violación y la tortura. Por otro lado repercute además sobre el conjunto de todos los niños y niñas al incitar e invitar constantemente a sus consumidores para que lleven al terreno de la realidad sus "fantasías". Los pedófilos y pederastas terminan produciendo después su propio material pornográfico con niños, niñas y/o adolescentes.
Cuando un individuo decide pasar al terreno de la realidad, su primera opción es intentar seducir al niño o niña -acoso-, para después mantener una relación sexual con él -abuso-. El acoso a los niños o niñas se puede producir en cualquier sitio, pero especialmente en los salones de juegos recreativos, colas de cines, hamburgueserías y salidas de los colegios. Casi siempre son llevados a cabo por hombres maduros y tanto sobre niñas, niños y adolescentes.
Existe una estrecha relación a nivel mundial entre la corrupción de niños, niñas y adolescentes, y la pornografía, pues muchos de los individuos detenidos por este motivo tenían en su poder fotografías y vídeos de niños y niñas, con frecuencia realizadas por el propio detenido, y empleadas tanto para el uso personal como el comercial.
Las cifras siempre son frías e impersonales, pero nos permiten hacernos una idea global sobre aquello a lo que nos estamos enfrentando. Sólo en la India entre 270.000 y 400.000 niños y niñas están siendo prostituidos en estos momentos, y cada año 3.000 niñas indias son obligadas a prostituirse por primera vez. En Tailandia la situación afecta a 80.000 menores, de las cuales 60.000 no alcanzan los 13 años de edad. En Indonesia el 20% de las mujeres explotadas sexualmente son menores de edad.
La realidad es que la mayoría de los niños y niñas explotados termina muriendo de SIDA, tuberculosis u otras enfermedades como consecuencia de las relaciones que sonobligadas a mantener.
En los grandes centros mundiales como Estados Unidos y Canadá se prostituye en la actualidad a cerca de 100.000 menores (20.000 en la ciudad de Nueva York). Al menos otros 50.000 son explotados en la "industria" de la pornografía infantil en Internet. El motor principal de la prostitución infantil en muchas zonas es el turismo sexual. Sus practicantes son también los mayores consumidores de pornografía infantil en Internet, y proceden fundamentalmente de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Australia y Japón. Según la Organización Mundial del Turismo cada año se producen más de 600 millones de viajes turísticos internacionales. Un 20% de los viajeros consultados reconoce buscar sexo en sus desplazamientos, de los cuales un 3% confiesa tendencias pedófilas. Esto supone más de 3 millones de personas.
Sin embargo el medio más utilizado por los pedófilos es el de los chats, o conversaciones entre varias personas, que pueden intercambiarse textos y todo tipo de fotografías. Existen numerosas páginas Web en las que se anuncia este tipo de material pornográfico y se vende. Las imágenes menos fuertes llegan a adquirirse por una pequeña cuota mensual, pero si se busca algo "más fuerte", algunas Web incluyen direcciones de correo electrónico a la que uno puede dirigirse para solicitar más material difícil de anunciar.
Si atendemos a la definición de la palabra "Pornografía" que aparece en los diccionarios, descubrimos que su finalidad básica puede resumirse en dos funciones principales: "producir excitación erótico-sexual y, actuar como forma de liberación ante sociedades represivas de la sexualidad".
Sería un grave error pensar que la pornografía infantil en Internet ofrece simplemente una excitación complementaria a aquellas personas con una libido especialmente activa. La pornografía infantil en Internet seduce primero, envuelve después y finalmente puede llegar a convertirse en una adicción, llevando la práctica sexual al terreno de la obsesión. Pero al margen de los problemas que pueda crear en sus adictos "normales", hemos de tener en cuenta que, por su amplia distribución y falta de control sobre la misma, cae también en manos de personas sobre las cuales puede ejercer una influencia peligrosa. Nos referimos, por supuesto, al amplio abanico de ciudadanos que padecen distintos tipos de patologías y que no reaccionan como una conciencia normal al leer relatos en los que se incita a buscar placer en la violación, o a mantener relaciones con niños.
El adicto al sexo virtual, al igual que el adicto a los video-juegos o a la televisión, no nace sino que se va haciendo tras una práctica cada vez más regular. En estas patologías es bastante frecuente observar como el adicto niega sistemáticamente su problema, e intenta actuar sin ser visto. Los estudios más serios reflejan que entre un 8% y un 10% de los varones puede padecer este trastorno, así como un porcentaje de mujeres considerablemente menor. Los ciber- café, las revistas, los video-clubs, los sex-shops y los teléfonos eróticos alimentan constantemente al obsesionado por el sexo, ofreciéndole regularmente nuevos productos y mayores sensaciones.
Los adictos al sexo sufren la exigencia de una dedicación cada vez mayor. Al igual que con el alcohol y las demás drogas, el adicto va aumentando su consumo en busca de mayores sensaciones. Cuando ya no se excita como al principio con un tipo se fantasía, texto e imágenes, busca algo nuevo en publicaciones más "fuertes" y ya sobre temas específicos. Y suele ser entonces, cuando la pornografía de temática infantil, las violaciones, o las relaciones con los animales, se sitúan en el punto de mira de aquellos que padecen esta patología.
Nuestra propuesta trata de plasmar los medios necesarios para tutelar los intereses de los niños ante situaciones indeseables para su desarrollo. Pretendemos prevenir en los ámbitos donde nuestros niños deben interactuar y ofrecer alternativas válidas de investigación ante el delito, de manera tal que cada individuo sea responsable de sus actos si estos refieren a un perjuicio contra la niñez y/o la adolescencia.
En cuanto a la prevención, nuestra intención es introducir la problemática dentro de la Capacitación Docente y en las aulas, promoviendo en los niños, niñas y adolescentes los valores de persona humana y previniéndolos de cualquier forma de explotación y manejo por parte de cualquier adulto y de los peligros del chat o de las conversaciones entre grupos.
Por otro lado, nuestra idea es promover, en los centros de salud, la inclusión de esta temática dentro de los centros asistenciales en todo el país como parte del derecho a la información con que deben contar todos los pacientes y a fin de que la toma de conciencia social sobre esta problemática incentive a los recursos humanos del sistema de salud a pensar alternativas de atención tanto para el que sufre la patología como el que puede ser abusado por ella.
Como sociedad debemos hacer realidad nuevamente algo que fue característico en la Argentina de otros tiempos: la defensa ineludible de los derechos del niño y que estos sean un ejercicio concreto. Como legisladores, no podemos no legislar sabiendo que la problemática está presente entre nosotros y que las víctimas son niños, el sector más indefenso de la sociedad, lo que convierte las acciones en su contra en cuestiones de Estado donde debe prevalecer el interés de estos por sobre el de otros individuos. No se trata de hacer prevalecer un derecho sobre otro si no de medir la justa dimensión de los perjuicios que se causan por no proteger debidamente los derechos de la infancia. Se trata de construir una diferenciación como país, no solo en las palabras sino también en los hechos.
Negar la existencia de redes de pedofilia a nivel internacional que se benefician con los usos de internet, resulta a esta altura casi pueril. El marco de extensión de la red y su carácter integracionista es lo que la hace única y privilegiada y es justamente lo que se trata de seguir defendiendo y alentando a nivel internacional. No pretendemos crear marcos de censura, no pretendemos marcos de prohibición. Pretendemos crear marcos de responsabilidad, mediante los cuales la sociedad y el Estado aúnen esfuerzos en pro de proteger el bien jurídico infancia, conscientes de que lo que ellos vivan y reciban será el marco en el que se desenvolverá nuestra vida futura.
Por todos estos motivos, y convencidos de la importancia de los mismos, es que solicito a mis pares que me acompañen en la sanción del presente proyecto de Ley.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
GONZALEZ, JUAN DANTE MENDOZA FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
COMUNICACIONES E INFORMATICA (Primera Competencia)
FAMILIA, MUJER, NIÑEZ Y ADOLESCENCIA
RELACIONES EXTERIORES Y CULTO