La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional, por intermedio de la Administración Nacional de Medicamentos - ANMAT- que informe sobre la cantidad de medicamentos falsificados que se ha comprobado en el corriente año 2012 y qué sanciones ha impuesto por tales hechos criminales. Asimismo, se informe cuántas denuncias penales se han formulado en el año 2012 y también cuántas sentencias judiciales firmes existen desde 2007 a la fecha en materia de falsificación de medicamentos.

Señor presidente:

Todo lo falso es execrable. Empero, si la falsificación es de medicamentos la cuestión cobra singular gravedad y alto grado de criminalidad pues se pone en la picota nada menos que a la salud y a la vida de las personas.

La Auditoría General de la Nación - AGN - reveló recientemente fallas en los controles de la ANMAT- Administración Nacional de Medicamentos -, criticando la falta de inspectores y debidos controles que impidan la proliferación de medicamentos falsificados y otros fraudes.

El informe de la AGN abarca los años 2010 y 2011.

Son conocidos los hechos criminales producidos por laboratorios que proveían costosísimos remedios oncológicos a obras sociales sindicales que eran apócrifos. Consiguientemente, no sólo se defraudaba a los afiliados, sino que se ponía en peligro cierto su salud y su vida. Para colmo, esos medicamentos falsos generaban reintegros del Ministerio de Salud. Es decir, cuantiosas sumas a cambio de meros troqueles falsos, cuando no de meros placebos.

En el Programa de Pesquisa de Medicamentos de la ANMAT hay sólo dos inspectores para toda la inmensa provincia de Buenos Aires, tan grande como Italia.

Se detectaron actas de infracción, labradas por esos escasísimos inspectores, que no dieron lugar ni acciones administrativas ni mucho menos judiciales.

En algunos laboratorios se comprobó que no existía un director médico. Esto, de por sí, habla elocuentemente de improvisación y de crudo negocio, sin mediar la más elemental responsabilidad social empresario. Algo que es inherente a todas las empresas, pero que es esencial para un laboratorio medicinal.

El caso de Droguería Urbana es llamativo. En 2010 no fue inspeccionada por el programa de Pesquisa, a pesar de que los antecedentes oportunamente denunciados la ponían especialmente en la mira. Para colmo, en diciembre de 2007 se intentó una inspección pero se impidió el ingreso de la autoridad. En marzo de 2009 se pudo, recién, inspeccionar a Droguería Urbana, pero se comprobó que había cerrado. Sin embargo, pudo establecerse que funcionaba clandestinamente en otro domicilio y que realizaba compra de medicinas a establecimientos no registrados. No existe control o actuación de la ANMAT en este paradigmático caso.

Asimismo, las inspecciones no se extienden a los depósitos del Ministerio de Salud, pese a que en varios casos se detectaron medicamentos ilegítimos con envases adulterados, borrándose la leyenda que identifica a estos remedios como pertenecientes a un programa de distribución gratuita.

Nos hallamos, pues, frente a irregularidades muy graves que la Cámara de Diputados debe atender y tratar de no sólo controlar, sino de aventar definitivamente. La consigna debe ser "con la salud de nuestra población no se juega" y, muchísimo menos, "no se defrauda ni estafa".

Por lo expuesto, solicito el respaldo del cuerpo para este pedido de Informes.