La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

• Expresar su más enérgico repudio por las 100 (CIEN) suspensiones de personal de la contratista Tecna, vinculada al desarrollo nuclear de reactores CAREM en Lima, partido de Zárate.

• Expresar repudio por la interrupción de las operaciones vinculadas al desarrollo CAREM, así como el desmantelamiento del Plan Nuclear.

• Instar al Poder Ejecutivo a que se retomen las obras del Plan Nuclear, el proyecto CAREM y las centrales Atucha III y IV, y, asimismo, garantizar el pago de salarios de los 100 trabajadores suspendidos.

Señor presidente:

Ante la alarmante suspensión de los cien (100) trabajadores suspendidos dispuestas por la paralización de las obras del reactor CAREM (Central Argentina de Elementos Modulados) en Lima, Partido de Zárate, Provincia de Buenos Aires; frente al existente riesgo de que tales suspensiones se conviertan en despidos que incluirían además a unos treinta (30) empleados jerárquicos de dirección de obra, cuyos puestos de trabajo también se encuentran al borde de la finalización de los contratos.

Siendo que los trabajadores en riesgo responden a la empresa contratista Tecna, representante en la Argentina de la firma española Isolux Corsán, encargada de la construcción del Balance de Planta, las instalaciones y equipos necesarios para la generación de energía eléctrica; y que estas sociedades adoptan esta medida al solo efecto de renegociar los contratos adjudicados con precios anteriores a la devaluación y a la espiral inflacionaria, dejando a los trabajadores sin su salario. Sumado a que el conflicto tiene su origen en el desmantelamiento progresivo del Plan Nuclear de 2006, constituyente de un franco retroceso del interés nacional adjudicado a la actividad mediante la Ley 26.566 sancionada el 25 de noviembre de 2009, Promulgada de hecho el 17 de diciembre de 2009 y que declara el interés nacional de las actividades que permitan concretar la extensión de la vida de la Central Nuclear Embalse.

Asimismo y debido a la postergación de la construcción de las centrales Atucha III y IV, denominadas cuarta y quinta central nuclear y que paralelamente se tercerizaron y privatizaron algunas actividades realizadas por el sector público en materia de energía nuclear, y que puntualmente en el caso del proyecto CAREM, la adjudicación pasó de la empresa estatal Nucleoeléctrica SA (NASA) a once (11) contratistas privados incluidas entre ellas a la firma Caputo SA, empresa del confeso amigo del presidente Nicolás Caputo, sumado al desmantelamiento de NASA, INVAP, la CNEA, la ARN y la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) se patentiza un proceso privatista y de freno de la actividad nuclear en la Argentina, que trae como corolario esta dramática decisión de suspender a los trabajadores, que no solo afecta a los vecinos limeños, sino a todos los zarateños y los argentinos, tanto por la capacidad de generar divisas a partir del ahorro de importaciones de energía, como por el desarrollo de tecnología nacional y la creación de empleo calificado y especializado.

Es dable recordar que el proyecto de desarrollo nuclear nacional comenzó en durante la primera Presidencia del Teniente General Juan Domingo Perón, cuando en el año1950 se creó la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), sentando las bases para que el día 22 de abril de 1955, las autoridades de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) firmaran un convenio que daría nacimiento al hoy llamado Instituto Balseiro. Desde entonces el objetivo de la energía nuclear fue el de reforzar la soberanía energética, obtener una fuente de ahorro de divisas, explorar nuevas tecnologías de punta a nivel global y poder contribuir al desarrollo productivo federal e integrado.

Luego de 70 años, se puede corroborar que en el período en el cual se promovió el desarrollo productivo nacional con justicia social, los planes estratégicos nucleares mantuvieron el rumbo y tuvieron resultados certeros (principalmente, Atucha I, Atucha II y el proyecto CAREM). Por contrario durante la implementación de proyectos económicos de corte neoliberal, la política nuclear comenzó a ser desmantelada.

El desarrollo nuclear es un símbolo y un emblema para quienes defienden la justicia social, la soberanía política y la independencia económica. Es absolutamente esencial siguiendo estos lineamientos, repudiar las suspensiones y la política de destrucción de la energía nuclear, así como exigir al Poder Ejecutivo que retome la senda del desarrollo estratégico originalmente adoptado en la materia.

En aras de promover el desarrollo de la energía nuclear y la reincorporación al mundo del empleo a los cien (100) trabajadores suspendidos vinculados al proyecto CAREM, es que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.