La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Adherir a la Conmemoración del Día Inter- nacional del Trabajador el 1º de Mayo, rindiendo homenaje y revalorizando el sentido histórico de la lucha de aquellos hombres y mujeres por la igualdad y contra la exclu- sión.

Señor presidente:

El Primero de Mayo es una fecha de vital importancia para todos los trabajadores y trabajadoras del mundo.

Por resolución del Congreso de la Asocia- ción Internacional de los Trabajadores (conocida como la Internacional Socialista), se aprueba el 14 de julio de 1889, en el salón de Folies Parisiennes, en el Boulevard Ro- chechouart (París) una resolución que determina que desde entonces, cada año "se organizara una gran manifestación internacional con fecha fija de manera que, en to- dos los países y ciudades a la vez, el mismo día convenido, los trabajadores intimen a los poderes públicos a reducir legalmente a ocho horas la jornada de trabajo".

A partir de 1890, los partidos obreros y los sindicatos integrados en la Internacional alentaron y realizaron manifestaciones en diversos países del mundo, en petición de la jornada de ocho horas y como muestra de fraternidad de los trabajadores y trabajadoras de todo el mundo.

La celebración de este día, contrariamente a ser considerado una jornada de descanso, merece ser un día de reflexión y de lucha por la construcción de una sociedad distinta, en la que primen la igualdad de oportuni- dades y la equidad; lucha que los trabajadores y trabajadoras supieron hacer suya.

La profundización de la reflexión implica comprender que en la Argentina actual, donde la normativa establece el Primero de Mayo como feriado nacional por la Ley 21329 de Feriados Nacionales y Días no Labo- rables, los progresos laborales impulsados a través de leyes protectoras han sido y siguen siendo amenazados, relativizados y hasta volatilizados, como consecuencia de años de neoliberalismo que han generado un impacto en la sociedad que aún no ha sido derribado.

La inestabilidad, la informalidad y la preca- riedad siguen siendo la regla que aún parece regir el mercado de trabajo. La creación de empleo genuino y digno sigue siendo una deuda pendiente con nuestra la socie- dad.

No es ocioso adherir a la celebración del Primero de Mayo con la misma convicción de siempre, porque nadie podrá conmemo- rar con felicidad el Día del Trabajador en la Argentina mientras miles de hermanos sigan hundidos en la indigencia. Si en todo el mundo la escasez de alimentos en la mesa es un flagelo, en la Argentina el hambre es sencillamente inmoral.

Más de un siglo después, los ideales de una sociedad igualitaria y fraterna, donde los seres humanos compartieran solidaria- mente el fruto de sus esfuerzos, sigue alentando la labor y la lucha de millones de tra- bajadores y trabajadoras, y se expresa en la renovada convicción y persistencia que albergan propuestas tales como la universalización de las asignaciones por hijo, la implementación de un ingreso mínimo a la niñez y la adolescencia, u otras formas de transferencias monetarias que generen una base de supervivencia o línea de dignidad para todos y todas. Del mismo modo, a lo largo y a lo ancho del orbe, hombres y muje- res, a través de la activa participación en sus organizaciones sindicales, siguen lu- chando con fervor por ese horizonte de igualdad.

La conmemoración del Día del Trabajador no puede dejar de recordar y tener presente a todos los luchadores del interior de nuestro país, tales como los hombres y mujeres de El Despertar del Obrero, que a comienzos del siglo XX en la costa entrerriana del río Uruguay, desarrollaron una enorme labor de organización obrera que hasta el día de hoy no ha tenido todo el re- conocimiento que merece.

También el recuerdo para Alejo Peyret, único representante del pueblo argentino presente en el Congreso de la Internacional Socialista en París, en 1889, en que se resolvió que el Primero de Mayo fuera el Día de Lucha de los Trabajadores de todo el planeta.

Y, por último, nuestro reconocimiento a todas las mujeres, trabajadoras que, desde tiempos inmemoriales, con su trabajo no remunerado, han sido el sostén del trabajo de todo el resto de la sociedad, y a las cua- les el movimiento internacional que lucha por la libertad, la igualdad y la solidaridad recién ha comprendido hace relativamente poco tiempo.

Por ellas, por todos los que realizan trabajo no remunerado y por todos los luchadores, solicitamos la aprobación del presente pro- yecto de declaración.