La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que, a través de los organismos que correspondan, promueva y difunda, mediante los programas de Educación y los medios masivos de comunicación:

a) La importancia de limitar a dos horas diarias el tiempo en que los niños permanecen frente al televisor, debido a los enormes perjuicios que ello provoca en su salud física y mental.

b) La importancia de la compañía de los adultos mientras los niños miran televisión, a fin de promover que también esta situación se convierta en un hecho educativo.

c) La importancia de que los niños menores de ocho años adviertan que la ficción televisiva no se corresponde con la vida real de los adultos.

Señor presidente:

Recientes estudios académicos de nivel internacional demuestran que cuando los niños poseen, a instancias de su familia, un televisor en su propio cuarto, pasan más horas frente a la pantalla, por lo que leen menos, hacen menos deporte y son más propensos a tener sobrepeso.

Así lo demuestra, entre otros estudios, las conclusiones a las que se arribaron en el XI Simposio Internacional de Actualización Pediátrica Dr. Carlos Gianantonio, organizado por el Departamento de Pediatría del Hospital Italiano de Buenos Aires; y en particular el pediatra Víctor Strasburger, jefe de la División de Medicina Adolescente del Hospital de la Universidad de Nuevo México, en Albuquerque, Estados Unidos. Debe destacarse que Strasburger es autor de más de 120 investigaciones y ocho libros sobre los efectos de los medios en el desarrollo infantil y adolescente.

Entre otras cosas, el problema surge principalmente por la falta de control que los padres, los tutores o los encargados tienen sobre el material que reciben los niños y la cantidad de tiempo que éstos permanecen frente al televisor. En este sentido, los especialistas sostienen que los niños no deben superar las dos horas diarias frente a la pantalla.

Por otra parte, también surge como recomendación la importancia de la compañía de los padres mientras los niños miran televisión o se abocan a los videojuegos, especialmente para fomentar el diálogo familiar y promover que esa situación también sea educativa. Otra de las conclusiones es que, durante la niñez, el cerebro crece rápidamente y como respuesta a lo que lo rodea. Por lo cual este crecimiento será diferente si el niño es estimulado por un cuento leído por sus padres o si solo permanece frente al aparato de televisión.

Además, algunas investigaciones acerca de la percepción infantil demuestran que los niños tienden a pensar que lo que la televisión les presenta es fiel al comportamiento de los adultos en la vida real, por lo cual las ficciones y las fantasías televisivas, como por ejemplo la violencia, les resultarán familiares.

Por todo lo antes expuesto, solicito a mis pares me acompañen con el presente Proyecto de Resolución.