La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Expresar preocupación por la situación que padece el Hospital José T. Borda, que desde hace catorce días se encuentra sin suministro de gas y donde se viene desatendiendo el servicio destinado al tratamiento de pacientes con adicciones y portadores de VIH. Asimismo exhortamos al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a brindar una pronta y rápida solución al conflicto.-

Señor presidente:

El Hospital José Tiburcio Borda, que aloja alrededor de setecientos internos, viene sufriendo la desidia del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en lo que se manifiesta como una situación grave desde el punto de vista de la infraestructura y los insumos necesarios para llevar adelante sus funciones adecuadamente.

Hace más de una semana que el hospital neuropsiquiátrico se encuentra sin servicio de gas. Por estos últimos días la situación se tornó realmente preocupante, ya que esto se suma a los graves problemas de infraestructura que amenazan con el cierre de su pabellón central.

La institución se encuentra en condiciones de mantenimiento que son realmente insuficientes. Frente a esta situación la decisión del Ministerio de Salud porteño fue cerrar un servicio del Hospital destinado al tratamiento de pacientes con adicciones y portadores de HIV. Claramente esta decisión y la falta de inversión demuestran el desinterés del ministro de salud de la Ciudad, Jorge Lemus, ante el estado de abandono del hospital público y la salud mental de los pacientes.

Frente a esta situación, trabajadores del centro asistencial se movilizaron y los profesionales se encuentran es estado de alerta.

Según publicaron diferentes medios de comunicación, la jueza en lo Contencioso Administrativo y Tributario, Andrea Danas, resolvió que el gobierno de la Ciudad deberá "mantener el servicio 14-22" del Borda, como se conoce al lugar destinado a la atención de pacientes adictos y portadores de HIV. La causa se inició en el mes de octubre, cuando el asesor tutelar Gustavo Moreno reclamó mejoras edilicias en el pabellón donde funcionaba este servicio. En ese momento, el Ministerio de Salud de la Ciudad no apeló la medida, resolviendo que los pacientes serían trasladados a otro pabellón, que sería acondicionado especialmente, con un espacio cerrado con rejas. Pero cuando se realizó una inspección judicial, en marzo último, el asesor tutelar descubrió que el lugar no sólo no se había acondicionado en el plazo previsto, sino que los pacientes habían sido distribuidos en otros servicios.

En un escrito, las autoridades del hospital argumentan que el denominado 14-22 "no se trata literalmente de un servicio sino de un sector", cuyos responsables no tomaron "ninguna medida para afrontar las quejas de numerosas áreas del hospital sobre conductas inadecuadas de algunos de sus internos", entre las que menciona "sustracciones y agresiones sufridas por otros pacientes" y "amenazas padecidas por el personal", a lo que agrega que algunos internos "suelen deambular en grupo a cualquier hora" y reprocha que "tampoco se ha esmerado (esa área) en otorgar altas: en 2010 sólo hubo un alta médica" sobre un total de 15 pacientes.

Es decir que en vez de mejorar las condiciones del tratamiento de esos pacientes, la conducción del Borda, junto a la Dirección General de Salud Mental, resolvió "la redistribución de los pacientes, efectuada -según concluye la jueza- con el único criterio de su 'perfil delictivo' o su peligrosidad pero sin atender la especificidad de la problemática de las adicciones, sobre lo cual nada se dice".

Justamente uno de los pacientes internados por problemas de adicciones falleció el 7 de abril pasado como consecuencia de un incendio en una habitación del pabellón central del hospital, originado por causas que aún se desconocen.

A todos estos problemas aquí descriptos se suma entonces el corte del suministro de gas, originado en una pérdida que habría sido provocada por la rotura de una cámara ubicada sobre el acceso de la calle Brandsen. Tras la intervención de los bomberos, la empresa Metrogas cortó el servicio a todo el hospital. Obviamente el corte del servicio afectó el uso de la cocina, los calefactores y las calderas, donde se calienta el agua para la higiene de los pacientes.

El hospital se encuentra en un estado de abandono edilicio. Son alrededor de setecientos los pacientes que se encuentran en condiciones deplorables, sin higienización, calefacción y provisión de comida, es el estado el que debe garantizar la salud de los internos. Pero pareciera que al gobierno de Macri esto le importa poco y nada. Si esta situación continúa, el cierre que quisieron hacer por decreto y que fue frenado por la movilización de los trabajadores se va a producir por abandono y falta de inversión.

Considerando que los propios profesionales de la salud reconocen que no se da abasto para absorber la demanda que se incrementa mes a mes y que, en el mismo sentido, señalan la falta de especialistas y planes específicos para atender la problemática de las adicciones, resulta indignante que el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que preside el Sr. Mauricio Macri, se dé el lujo de desatender un espacio tan importante como el sector 14-22 del Borda, dada su complejidad y especificidad médica.

Creemos que es fundamental reestablecer el servicio de manera inmediata, y es primordial que el gobierno porteño tome las medidas correspondientes y realice las obras de infraestructura necesarias como así también provea de recursos humanos para el correcto funcionamiento del hospital.

Por lo expuesto anteriormente, es que solicito a las Sras. Diputadas y los Sres. Diputados acompañen en la sanción del presente Proyecto de Declaración.-