La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo nacional, a través de la autoridad competente, arbitre las medidas necesarias para desarrollar el mercado de miel fraccionada a través del fomento del asociativismo de los productores apícolas.

Señor presidente:

La República Argentina es actualmente el tercer productor de miel a nivel mundial, después de China y los EE.UU., manteniendo el primer puesto como primer exportador mundial de miel con 35.000 toneladas vendidas por un valor de US$ 34 millones, durante el primer cuatrimestre de este año.

Los principales países a los que se exporta son Alemania, Reino Unido, Italia, España, EEUU y Japón, incorporándose en los últimos tres años destinos no tradicionales como Arabia, Irlanda, Noruega, Portugal, Sudáfrica y algunos mercados latinoamericanos.

Sin embargo, las cifras no revelan una tendencia en los productores y exportadores hacia una búsqueda incesante de nuevos mercados y la aplicación de valor agregado. Efectivamente, alrededor de un 93% de la miel producida en el país se exporta, en la mayoría de los casos a granel (98%) y sin valor agregado. Sólo un 1% del total exportado corresponde a ventas de miel fraccionada, que se vende en frascos de medio o un cuarto kilo en países como Brasil, Líbano y Arabia. Al venderse a granel, el producto es considerado un commoditie que al ser procesado aumenta su valor en los países de destino.

No obstante ello, las características del país permiten la obtención de productos diferenciados tales como mieles orgánicas, monofloras y con denominación de origen, sumándose a la diferenciación por calidad, mediante la aplicación de protocolos.

Se debe destacar que la tendencia de los mercados internacionales se orienta hacia el consumo de mieles con características definidas y diferenciadas, que cuenten con la mayor información posible vinculada a su origen geográfico, modos de producción y seguridad alimentaria. Por lo tanto resulta necesario lograr una mayor inserción de este sector tan importante de nuestras economías regionales

Auspiciosamente, aunque los productores se encuentren frecuentemente atomizados en distintas regiones del país, existe una marcada inclinación hacia el asociativismo para aumentar la escala y mejorar el poder de negociación. Así, los más pequeños venden su producto localmente directamente al público o a los acopiadores, que se encuentran concentrados en las principales zonas productoras.

Aunque los productores asociados o los de mayor cantidad de colmenas vendan frecuentemente en forma directa a los exportadores, existen los que realizan el fraccionamiento de la miel producida, cuyas ventas se orientan principalmente al mercado interno.

La actividad apícola es una importante fuente de trabajo y generadora de numerosos emprendimientos. Se estima que a nivel país genera alrededor de 60.000 empleos. La mano de obra es generalmente familiar y los contratos que se realizan son en su mayoría de tiempo parcial en época de cosecha o traslado de colmenas.

Históricamente, en los mercados internacionales el prestigio de la miel argentina radicó en su alta calidad certificada. En el terreno específico del mercado apícola, uno de los factores que está llevando a los productores- empresarios a adicionar valor a sus productos es la caída de los precios. Esta baja, provocada por una sobreoferta del producto, tiene además una arista coyuntural: en 1996, debido a una baja importante de la producción china y norteamericana, se produjo una disminución en el stock internacional y una disparada del precio. En ese momento, se llegó a pagar a los productores locales de miel a granel 2 pesos el kilo. Durante el año 2004, el mercado de miel fraccionada aumentó un 260%, significando un ingreso a un valor superior a los US$ 811.000. En la actualidad, el precio del producto a granel va de $ 0,90 a $ 1 el kilo, en tanto que el producto fraccionado se paga entre $ 2,30 y $ 2,80 el kilo.

La adopción de una metodología de optimización en la calidad sin ningún tipo de agregados, con una política de incentivos a los productores seleccionados, un packaging innovador que refuerce el valor del producto, conforman algunos de los instrumentos de diferenciación utilizados voluntariamente por parte de los productores de miel. Resulta conveniente en el marco de una política de promoción de la producción de miel fraccionada, fomentar el asociativismo o figuras afines que redundarán en beneficios de las economías regionales y locales.

Por las razones expuestas, señor Presidente, solicito la aprobación del presente proyecto.