La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Exhortar a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, a que realice una profunda investigación sobre efectos directos e indirectos o colaterales, en territorios sobre los cuales se opera y en territorios adyacentes, con respecto a la actividad desplegada por aeronaves que siembran sustancias químicas sobre nubes con el objeto de evitar la caída de granizo.

Solicitar que los resultados de dichos estudios sean informados a esta H. Cámara y a todos los gobiernos provinciales.

Señor presidente:

Uno de los fenómenos climatológicos que más afecta a la producción en general de nuestro país, es la caída de granizo. Principalmente en la zona oeste de nuestra geografía, donde las plantaciones se ven de continuo afectadas, con el consecuente perjuicio económico para los productores que ven evaporarse en un instante el esfuerzo de todo un año de siembra y cuidado de sus cultivos.

Frente al problema, se han diseñado diversas estrategias, inclusive con acciones asumidas por gobiernos provinciales, como el de la Provincia de Mendoza, que diseñó un Sistema Integral de Lucha Antigranizo, conformado por cuatro pilares: Defensa Activa (siembra de nubes por aviones y por generadores en superficie); Defensa Pasiva (incentivo a productores para la colocación de malla antigranizo); Gestión de Riesgo Agrícola (RUT y compensación por contingencias climáticas); Investigación y difusión de información a las partes interesadas.

En casos en que no se cuenta con ayuda oficial, las empresas agrícolas asumen en forma directa la lucha, poniendo en marcha principalmente los mecanismos denominados de defensa activa. En el caso de Mendoza, cuenta con cuatro aviones especialmente modificados para la siembra de nubes que operan desde las bases antigranizo de la capital provincial y de la ciudad de San Rafael. El propósito es que la sustancia química denominada yoduro de plata (Agl), al disolverse en la atmósfera, genere millones de núcleos de condensación en torno a los cuales se adhiera la humedad de la nube. Así se logra alterar el comportamiento natural de las nubes graniceras, que en lugar de producir unas pocas piedras de granizo del tamaño de huevos de gallina, producen millones de piedrecillas inofensivas para los cultivos, del tamaño de un grano de arroz.

Si bien se estiman loables tanto la tarea como los propósitos perseguidos, es de hacer notar que no hay estudios oficiales que hayan investigado en profundidad (o al menos no se han difundido informes) las consecuencias colaterales que pudiera tener este accionar sobre las nubes, en territorios adyacentes a aquellos adonde se ha formado la tormenta o donde se opera con los químicos aludidos. Esto resulta de particular importancia por cuanto se ha observado en los últimos años un marcado descenso en los regímenes pluviales de zonas como las del sur de la Provincia de La Rioja, que bien podría ser una consecuencia, no deseada por cierto, de aquél accionar.

La menor cantidad de lluvias es un dato cierto, al cual se le agrega otro dato, que especialmente incrementa la suspicacia de los habitantes de la zona: la posible conexión entre vuelos antigranizo y escasez de precipitaciones, por cuanto resulta llamativo la existencia de vuelos no identificados sobre la zona, que se producen precisamente cuando se avizoran tormentas, y cuando éstas finalmente no llegan a producirse. En el supuesto caso de que dichos vuelos sean los que se realizan con el propósito del sembrado de nubes con yoduro de plata (para procurar su identificación se ha presentado un proyecto de resolución para la intervención del Ministerio de Defensa), se estima altamente necesario una profunda investigación, por parte de los organismos técnicos y/o científicos competentes, que dilucide si, como consecuencia mediata o directa (en cuanto a tiempos o en cuanto a territorios afectados), pueden producirse faltas de lluvias en zonas aledañas a aquellas donde se realiza la lucha antigranizo.

Resulta imperioso tener una absoluta certeza sobre la influencia en el clima de ciertos comportamientos originados por el hombre que lógicamente pueden tener el efecto de alterarlo, en mayor o menor medida. Esto no significa objetar desde ya el esfuerzo que se realiza en otras latitudes de la geografía nacional para la protección de la producción, sino que tiende a un cuidado integral del medio ambiente, de modo que cada lugar pueda ser resguardado debidamente sin perjudicar el ecosistema y equilibrio natural.

Por todo lo expuesto, y siendo la materia de interés general de la Nación, considero oportuno que a través de esta H. Cámara se peticione a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, que realice una profunda investigación sobre efectos directos e indirectos o colaterales, en territorios sobre los cuales se opera y en territorios adyacentes, con respecto a la actividad desplegada por aeronaves que siembran sustancias químicas sobre nubes con el objeto de evitar la caída de granizo.

En razón de lo expuesto es que solicito de parte de ésta H. Cámara el acompañamiento a la iniciativa.