La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su extrema preocupación ante la falta de control en el uso del cinturón en micros escolares y solicitar al Poder Ejecutivo que tome las medidas pertinentes al respecto

Señor presidente:

La nueva normativa que regula los micros escolares, aumenta las exigencias para este tipo de transporte. Entre otras cosas, la colocación de cinturones de seguridad en todos los asientos.

Ahora bien, con esta nueva implementación ¿estamos teniendo un transporte más seguro? La investigación realizada por CESVI ARGENTINA arrojó un resultado negativo y verificamos que aún queda mucho camino por recorrer en materia de seguridad vial.

Se ha comprobado que 926 micros escolares debieron pasar por SACTA (Sociedad Argentina de Control Técnico del Automotor, órgano que controla las unidades en la Ciudad de Buenos Aires) para ser habilitados y poder brindar servicio dentro del ámbito de la Capital Federal. Todos ellos están obligados a incorporar cinturones de seguridad de dos puntos fijos en cada uno de los asientos disponibles y de tres puntos inerciales en las plazas delanteras.

Los empresarios de este tipo de transporte demostraron buena voluntad para adecuar sus vehículos a esta nueva exigencia, pero un relevamiento realizado por CESVI en 10 colegios de Capital Federal demostró que el 95% de los niños transportados en ómnibus escolares no están haciendo uso de este dispositivo de seguridad, el elemento más importante para prevenir lesiones en caso de accidente.

La pregunta es por qué no lo usan. Entrevistamos a algunos de los protagonistas involucrados con el transporte de escolares como a dueños de micros, a choferes, a directivos de colegios, a algunos padres y a niños. Y las respuestas coincidieron en que es de difícil aplicación por una negación por sobre todo de los niños mas grandes a usarlo.

Al hablar de la importancia de que los pasajeros de un ómnibus escolar estén atados no hace falta ser un especialista, alcanza ver la seguidilla de accidentes que se han generado en los últimos días en la Ciudad de Buenos Aires.

Además, en el conurbano bonaerense se está muy lejos de tener riesgo "cero" en esta materia. Lamentablemente, los micros escolares no son la excepción y han participado en muchísimos accidentes graves.

Si bien cada ómnibus escolar debe contar con un acompañante que se encargue de vigilar y cuidar a los transportados durante el traslado, así como ayudar en la operatoria de ascenso y descenso, su rol no está del todo definido en lo referente a exigir la utilización del cinturón de seguridad. Creemos importante para esto que dentro de la capacitación obligatoria a este personal se incluya, además de las nociones básicas en primeros auxilios, temas referidos a seguridad vial de forma tal que sepa cómo persuadir a los niños sobre la necesidad de utilizarlos.

Un hecho aún más grave es que en el relevamiento ninguno de los conductores ni sus acompañantes tenían colocados sus cinturones de seguridad, lo que refleja una fuerte contradicción en este tema.

Básicamente, existen dos formas por las cuales un colegio toma contacto con un transporte escolar, dependiendo del tipo de organización. En algunos casos, el propio colegio se encarga de contratar el transporte como un servicio hacia los padres, mientras que en otros casos la contratación corre por cuenta de un grupo de padres; en ambos casos, según lo afirmado por funcionarios del Gobierno de la Ciudad, la responsabilidad, en caso de accidente, corre por cuenta de quien pacta el servicio. Por este motivo, es muy importante verificar en la página del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires si la persona o empresa contratada cuenta con la habilitación correspondiente (www.buenosaires.gov.ar)

El accidente del micro escolar en Retiro, por el cual 31 chicos y una mayor terminaron ayer con heridas, reavivó la discusión sobre el uso del cinturón de seguridad en estos transportes. Mientras el Gobierno porteño asegura que la responsabilidad de que los chicos viajen con el cinturón abrochado es de los choferes, los dueños de los vehículos aseguran que es "muy difícil" hacer cumplir la norma y piden que se involucre toda la comunidad educativa.

Pero el accidente volvió a traer a escena el problema del cumplimiento de la Ley de Tránsito, que establece que todos los que viajan en un micro escolar deben ir con el cinturón de seguridad ajustado. "Cuando detectamos que en un micro viajan chicos sin el cinturón le labramos el acta al conductor. Está claro que la responsabilidad ineludible de que los alumnos viajen con cinturón es del chofer", aseguró Pablo Martínez Carignano, director de Seguridad Vial de la Ciudad.

A esto, Santiago Otero, presidente de APOETA, respondió: "Al momento de arrancar, los conductores se fijan que los chicos tengan el cinturón puesto, pero luego se lo sacan. Es muy difícil controlarlo. Deben involucrarse todos, desde los padres hasta los docentes, para enseñarles a los chicos seguridad vial. Falta educación colectiva".

La ley N° 2.148, reglamentada en 2008, establece las medidas de seguridad de los ómnibus escolares, que deben contar con cinturones en todos los asientos, matafuegos, puertas que no puedan ser abiertas por los alumnos y otros requisitos. Según el Gobierno, los controles para verificar el cumplimiento de esta norma se hacen periódicamente. El subsecretario de Tránsito y Transporte de la Ciudad, Guillermo Dietrich, informó que "en la Ciudad hay 1.300 ómnibus escolares habilitados, que dos veces por año deben pasar por una verificación técnica. El año pasado, la empresa SACTA, encargada de los controles, rechazó a unos 100 vehículos porque no contaban con al menos un requisito".

En tanto, en el Ente Regulador de los Servicios Públicos de la Ciudad, encargados de chequear en la calle que los micros escolares cumplan, aseguraron que en lo que va del año fiscalizaron 376 micros (los operativos los hacen en las puertas de los colegios), de los cuales 49 micros presentaban distintas infracciones.

Por todo lo expuesto, le solicito a mis pares que me acompañen en la aprobación del presente proyecto.