La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Rendir homenaje a la Sra. Sara Espertilia Carmona, apodada Milka Durand, que nació el 24 de junio de 1928; locutora y actriz profesional reconocida en todo el país y, muy especialmente, por su obra en la Provincia de Mendoza, donde guarda un entrañable amor en el corazón de cada mendocino.

Señor presidente:

Sara Espertilia Carmona (apodada Milka) nació el 24 de junio de 1928 en Bs. As, pero toda su familia es oriunda de la provincia de Mendoza; por lo tanto se considera porteña pero de raíz huarpe. Sarita es nieta de una huarpe del Departamento de Lavalle de la Provincia de Mendoza, Vicenta Carmona, y pertenece a una familia numerosa y longeva, ya que todos sus tíos, abuelos, e inclusive su propia madre, murieron con edades promedios entre los 95 y 110 años.

Milka tuvo una infancia muy dura, no tuvo la suerte de conocer a su padre, ya que las abandonó cuando ella todavía estaba en su cuna. Sus primeros años los vivió en la Cuarta Sección de la Provincia de Mendoza, lugar en el que la realidad no era apta para menores, debido a que la zona era terrible. La llamaban "la cuarta de fierro", porque era casi impenetrable para las fuerzas de seguridad, existían muchos proxenetas, prostíbulos e inseguridades para toda la gente de la zona. Debido a esto, y a muchas otras necesidades, su infancia fue triste; la inocencia y los juegos no adquirieron mucho protagonismo en su vida y tuvo que conseguir un trabajo tempranamente.

La vida la hizo madurar de manera precoz, pero ella nunca se quejó. Simplemente dejó que los hechos ocurrieran y trato de aprender de ellos. Su aprendizaje se basó en sus experiencias. Estas fueron fundamentales para sostenerse de pie ante las adversidades de la vida. Tan importante fue también el cariño desmesurado de su madre, quien se dedicó de lleno a su educación y protección.

Si bien recuerda con mucha tristeza su lugar de infancia, no deja de reconocerle al lugar que desde allí también salieron muchos artistas como Servando Juárez, Diana Denis, Ricardo Galeotta entre otros.

Milka se hizo conocida por jugar al aire con las palabras, interpretándolas y musicalizándolas, según lo requiriesen sus personajes. El romance con la palabra hablada se fue construyendo a la medida de las necesidades. De niña nunca jugó con sus cuerdas vocales, mucho menos sospechó que serían el sustento de su vida.

Como se describe anteriormente su infancia humilde no le permitió obtener posibilidades lúdicas ni de proyección, apenas podía vivir el día a día, jugando a retratar la realidad con sus propios dibujos; cierta facilidad adquirida desde pequeña. A principios de los años 40 asistió a la escuela Patricias Mendocinas, recordando que acudía todos los domingos por la mañana a clases de dibujo permitiéndole aprender algunas técnicas como la perspectiva y el equilibrio.

Desarrolló con fuerza esta virtud y se sentía espléndida al poder crear personajes e historietas en los que resaltaban algunos como el Ratón Mickey, las caricaturas de Caras y Caretas y personajes de la revista Pif- Paf. Este espacio le permitía alejarse de la dura realidad para introducirse a un mundo de imaginación. A Milka también le gustaba mucho el cine y de vez en cuando realizaba una escapada que le permitía vislumbrar ese maravilloso mundo, el que luego le permitió, utilizando la imaginación, conjugarlo con su conocimiento plástico y poder lograr generar recordados personajes de la ficción como los nombrados anteriormente.

Fue y es, durante toda su vida, locutora y actriz. Su comienzo en la radio fue cuando tenía 11 años. Su pobreza la hizo acercarse a ese medio de difusión debido a que el dinero que ingresaba en su casa natal era muy poco; su interés fue despertado por la radio Aconcagua que en aquel entonces realizaba concursos con premios en alimentos que su familia necesitaba; como por ejemplo 1 Kg. de leche en polvo, 1/4 de de café instantáneo, que si bien no era una ayuda económica, para su familia significaba poder tomarse una taza de café con leche. Su fanatismo por el cine argentino le permitía contestar las preguntas de los concursos, que muchas veces eran difíciles, y así poder ganar estos premios.

Su concurrencia permanente a los concursos, y sus respuestas sobre ciertos temas y conocimientos, no solo hicieron que Milka ganara más premios para su familia, sino que deslumbró a los locutores de aquel momento; como a Carlos Del Moral quien conducía dicho concurso, sino que también le permitió ser conocida en el ambiente. Su primera demostración fue pedida por Carlos Del Moral, quien le entregó un texto y le solicitó que se lo leyera a primera vista y luego lo interpretara con voz de madre. Milka realizó correctamente el ejercicio por lo que el locutor le propuso formar parte del plantel de su programa realizando radioteatro y a cambio le pagaría el pasaje y le proporcionaría algunos alimentos. Milka, pensando en su familia, no vaciló y con la aceptación de su madre comenzó inmediatamente, y así, con el correr del tiempo, Del Moral la hizo conocer en el medio.

Su primer debut fue en el programa "En las estrellitas Landi", donde trabajó durante un determinado tiempo hasta que el verdadero maestro de la radiofonía, el Sr. Julio Eduardo Pozo, le propusiera un trabajo estable formando parte de un importante plantel de locutores de radio Aconcagua. Al principio Milka tuvo miedo de perder los beneficios que le daba el programa anterior, que le permitían alimentar a su familia, pero cuando escuchó que la oferta sería un sueldo con el que podía comprar mucho más que eso, pensó en su madre que en ese entonces trabajaba como empleada doméstica, y de solo imaginar que podía mejorar su vida no dudo en aceptar esta gran oportunidad.

En aquella época para salir al aire era obligatorio rendir en el Correo Argentino, ente regulador de toda la radiofonía nacional, similar a la función que hoy cumple el COMFER. Milka, si bien era pequeña, fue autorizada afortunadamente desde el primer momento y pudo desempeñarse en forma legal. Era muy difícil poder lograr esta aceptación de parte no solo de la entidad sino también de la sociedad. En esos días se vinculaba a los trabajadores de la radio con la farándula, con la noche; era casi tan pecaminoso como trabajar en un cabaret, hacer radio era de alguna manera como participar de un clandestino aunque público pecador.

Para una niña que recién se iniciaba en este camino fue duro, y costaba a su entender los prejuicios sociales que pesaban sobre la radio; por lo tanto Milka debió cambiar su identidad y sintió que dejó de ser la niña que era, y de Sara Carmona, Sarita como le decía su familia y amigos, se cobijo bajo el seudónimo de Milka Durand, nombre que le brindó protección y seguridad evitando sufrir discriminaciones.

No hubo dilemas que resolver. No hubo preguntas que contestar. No hubo cartas que elegir. Frente a la posibilidad de ganar dinero que en casa hacia falta, Milka, siendo niña, aceptó los trabajos que le ofrecían en la radio, aunque estos no fueran permanentes, y aun sabiendo que no podría estudiar tuvo que dejar la escuela para desarrollarse su carrera radial. Con dificultad termino sexto grado y para ella fue un logro con gran esfuerzo.

Apostó todo lo que tenía en esa partida y desde hace más de 60 años juega a vivir de la radio; se dice que ella no eligió la radio sino que la radio la eligió a ella, sin saber que su voz, su personalidad y sus cualidades la llevarían a triunfar y a ser la más reconocida en el medio.

En este tramo de la vida y a temprana edad Milka descubrió en ella dos virtudes: la serenidad para actuar sin ser acosada por el apuro, consultando siempre por lo que desconocía y, por el otro lado, la ductilidad profesional.

A principios de los años 20, Mendoza comenzó a vislumbrar los primeros atisbos del radioteatro, un género ya extinguido en el dial provincial pero que aún persiste en el imaginario colectivo.

Fue en aquellos convulsionados inicios del siglo XX que un grupo de jóvenes encontraron en el radioteatro la forma de contar historias y disparar la imaginación de sus oyentes: Manuel y Juan Menéndez, Porfirio Manchón, Enrique Reig, Isabelino Rodríguez, entre otros, fueron los primeros nombres que sonaban en las presentaciones de los ciclos radiales destinados al género.

Aunque los inicios fueron gloriosos, la verdadera época de esplendor del radioteatro fue durante los '40. Por esos tiempos, las compañías teatrales interpretaban en la radio distintas novelas escritas para la ocasión y, entretanto, salían de gira por los pueblos y ciudades; las audiencias fieles deliraban por la presencia de los personajes que tanto habían imaginado. Al radioteatro Milka dedicó su vida, casi 43 años dedicados a este género muy recordado. En los años 40 se inició en Radio Aconcagua (donde estuvo más de 17 años y que ahora es Radio Nacional) que fue dispuesta por el general Perón como emisora de frontera en 1950, año del Gral. San Martín, en su visita a la Provincia de Mendoza junto a Evita. Después fue a Eleve Diez y a Splendid (que ahora es Radio Nihuil).

En el '65 empezó en lo que era Radio Nihuil y, como ella misma dice, "después de esa época se acabó el radioteatro. Se hicieron después algunos intentos en Libertador pero ya no lo mismo. Me acuerdo que cuando salieron las radio a transistores, las Spika, la gente que tenía que trabajar se iba al agro, y si había novela en la mañana o en la tarde, se llevaban la Spika a la cosecha".

Milka además de haber trabajado en radios AM de alcance nacional y regional; lo ha hecho en numerosísimas FM de toda la región de Cuyo.

Milka siempre tuvo una práctica religiosa activa, pero su mayor logro fue participar de una comisión de católicos de la localidad de Luzuriaga en el Departamento de Maipú de la Provincia de Mendoza, donde decidieron crear una parroquia porque la comunidad era bastante grande para la capilla existente, motivo por el cual mucha gente dejaba de asistir a misa. Con la guía espiritual, el consejo del padre Lucindo Beltrame, y la ayuda de la Municipalidad de Maipú, construyeron la capilla, que se llamaba Maria Madre de la Iglesia.

Milka recuerda con gran emoción la primera misa que se ofició y junto al nuevo sacerdote, oriundo de Polonia, el padre Juan, recuerdan que en el lugar donde se daban las misas, cada baldosa, cada ladrillo, habían sido colocados y construidos por ellos.

Actualmente, y desde hace 10 años, su participación activa como creyente lo realiza a la Fundación "Compartir", controlado por el Arzobispado de Mendoza, que se dedica a albergar y ayudar a todos aquellos que quieren seguir una vocación sacerdotal y no pueden realizarlo por faltas de recursos.

Milka ha recibido muchos homenajes a lo largo de su trayectoria, una devolución de todo lo que ella le entregó a la, radio, al teatro y a la Provincia de Mendoza y que tienen de trasfondo una valoración sentimental más que profesional.

Entre tantos premios podemos mencionar: Madrina de la Cruz Roja de San Martín, Madrina de la Cruz Roja de Mendoza. Mujer del Año de la Asociación de Mujeres Profesionales de la Republica Argentina. (Año 84). Ciudadana destacada de Maipú y de la Ciudad de Mendoza. Premio "Pachamama". Locutora Ilustre de la Universidad Juan Agustín Maza. Premio al Radioteatro (Universidad Nacional de Cuyo). Distinción por su Trayectoria (Farmacéuticos de Mendoza). Distinción trayectoria (Diario Los Andes). Distinción trayectoria por el Consejo Deliberante de Maipú 2006. Distinción premio trayectoria "Cumbres de América" Municipalidad de Las Heras. Homenaje a la trayectoria y distinción de Cultura de la Provincia del Gobierno de Mendoza 2003. Premio homenaje en Vendimia 2004 (Honorable Concejo Deliberante de la Municipalidad de Mendoza. Homenaje a la "Trayectoria" por el Consejo Deliberante del Departamento de Lujan de Cuyo 2006.

Sobran antecedentes y recuerdos en torno a esta locutora y actriz, que la hacen merecedora de este homenaje de la Cámara de Diputados de la Nación. Milka es reconocida por toda la sociedad mendocina y guarda un lugar importante en el corazón y en el imaginario colectivo.

Por los motivos expuestos es que nos tomamos el atrevimiento de solicitarle a nuestros pares rendirle homenaje.