La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Declarar beneplácito la iniciativa de los padres y los alumnos del colegio San Patricio de Rosario por formar un club virtual de amigos "Malvinas/Falkland", una asociación informal trilateral que intenta construir una relación amistosa entre argentinos, isleños y británicos.

Señor presidente:

Los padres y los alumnos del colegio San Patricio de Rosario podrían ganar el premio Nobel. Durante 11 años escribieron al colegio de las Islas Malvinas para poder practicar inglés con sus estudiantes sin la menor respuesta. Hasta que en noviembre de 2006 les respondió Michael McPartlant, cura de las Islas, pidiéndoles que no se dieran por vencidos. Un primer paso para construir una difícil confianza mutua, a 26 años de la guerra.

"Entiendo que algunos de ustedes han tratado contactar a estudiantes de las Islas. Por favor, no dejen de intentarlo", escribió McPartlant a la promoción que dejaba el San Patricio.

Esta insistencia fue el origen y la matriz del club de amigos "Malvinas/Falkland", una asociación informal trilateral que intenta construir una relación amistosa entre argentinos, isleños y británicos después del conflicto, con la cuestión del diferendo de soberanía sobre las Islas omitida deliberadamente. "Don't mention the war (no mencione la guerra)", es la consigna de esta idea pacifista.

El arquitecto Ricardo Gómez Kenny siempre tuvo vinculaciones con el San Patricio y fue quien tuvo la idea de conectar a los alumnos con los isleños para practicar inglés. Ante la indiferencia, los padres de los chicos argentinos escribieron para preguntar por qué no respondían y, con insistencia, consiguieron algunos interlocutores. Así nació el vínculo virtual de este club, con el objetivo de establecer una relación de mutua confianza. El motor es el infatigable Gómez Kenny y el club, por el que no se paga cuota alguna, tiene "socios" en todo el mundo, con una característica: son argentinos, isleños o británicos, que se comunican por mail, teléfono o carta.

El Penguin News, el periódico de las Islas, ha reproducido las cartas de Gómez Kenny invitándolos a escribirse. Se sumaron cinco isleños. La familia, las vacaciones, sus salidas, sus sueños y un instructivo curso - on line- de sus faltas de ortografía en español e inglés son el sumario de este diálogo de amigos. La mayoría de los argentinos son abuelos, que sumaron a sus hijos, a sus nietos y a amigos del club.

A los 88 años, Andrés, un artista de Mar del Plata, se comunica diariamente con Arnold , un isleño que vive en Nueva Zelandia, a quien no sólo le enseña español: también practica el lunfardo y el intercambio de poemas. "Hablamos siempre, y ni siquiera le he preguntado dónde vivía en las Islas ni su edad para no ser indiscreto", contó Andrés, durante una charla telefónica con Clarín. Y delineó las reglas: "De la recuperación Malvinas no se habla. Si recuperamos las Malvinas con 2.000 habitantes, incorporamos al país 2.000 enemigos. No hay que andar repartiendo juguetes, sino hacerse amigos".

John Fowles, el periodista y corresponsal de Mercopress que vivió toda la guerra en las Islas, y Fran Bigg, que trabaja en el Penguin News , responden cortésmente los mails a este club virtual, al igual que el isleño y músico Terry Betts o Mike Summers. Los socios argentinos proponen organizar un partido de hockey o de fútbol de los chicos de las Islas con los del San Patricio. Betts se interesa por un concierto "trilateral", porque es el único músico oficial de las Islas, aunque ahora vive en Londres.

"No me asocié formalmente al club, pero Ricardo me ha escrito y yo estoy feliz de escribirle. Debe haber una distinción entre los gobiernos y la gente", opina John Fowles desde las Islas.

Otros, como el colegio en las Islas, no responden la más mínima invitación. "Puede ser que haya gente que no está lista para eso", explica Bigg.

Fowles agrega: "El año pasado, hemos sido bombardeados con preguntas de cómo nos sentíamos 25 años atrás, la actual relación con Argentina y a la mayoría de la gente no le importa estas cosas. Uno de los hechos más emocionantes me pasó recientemente en noviembre fue con un pequeño grupo de veteranos argentinos en el día de los muertos. Después, encontramos un pequeño grupo de veteranos británicos. Se dieron la mano, se abrazaron y para todos ellos, eso era parte del proceso de recuperación. Muy emocionante".

Uno de los miembros más activos del club es Mita, una argentina de 79 años, profesora universitaria de filosofía e historia de Rosario. "Este es un club virtual, de personas unidas por una voluntad pacífica y buenas intenciones, para bajar los decibeles de lo que sea agresión entre los pueblos", cuenta.

Por lo expuesto precedentemente solicito la aprobación de la presente Declaración.

Dante Camaño Diputado de la Nación