La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su beneplácito por los trabajos desarrollados en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), tendientes a la selección de una bacteria biorremediadora como herramienta alternativa sustentable, destinada a solucionar los efectos contaminantes en el medio ambiente derivados de los derrames hidrocarburíferos.

Señor presidente:

En la Facultad de Agronomía de la UBA trabajan desde hace más de tres años, en la selección de una bacteria no patógena que, alimentada con un sustrato económico como es el glicerol, produce surfactantes biodegradables y altamente compatibles con el ambiente, que actúan en el proceso de biorremediación por derrames de petróleo.

Precisamente, una de las problemáticas ecológicas y sociales mundiales más impactantes, por sus fuertes consecuencias en la salud y el ambiente, es la de los derrames de petróleo y sus derivados hacia el sistema acuífero, suelos y sedimentos. Para ello basta recordar las catástrofes que impactaron en el Golfo de México en abril de 2010 a raíz de la explosión que destruyó la plataforma Deepwater Horizon, explotada por la británica BP que, además de acusar la muerte de 11 personas, derramó unos cinco millones de barriles de crudo en esas aguas, o el tristemente recordado derrame del buque tanque Exxon Valdez en 1989 que diezmo la fauna y flora del ártico, solo superada por un derrame ocurrido en 1910 en California y las filtraciones deliberadas realizadas por las tropas iraquíes en la Guerra del Golfo de 1991.

Las investigaciones realizadas en el laboratorio del Área de Agroalimentos de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) a cargo de la Dra. Silvia Miyazaki, permitieron seleccionar una bacteria perteneciente al género Bacillus que se encuentra en agua, aire y suelos, que no posee características patogénicas para humanos, animales o plantas.

Esta bacteria produce, fundamentalmente, un biosurfactante muy poderoso llamado "surfactina" que actúa solubilizando hidrocarburos, como el petróleo, quedando disponibles para ser utilizados por los microorganismos como fuente de carbono y de esa manera comenzar su degradación. Actualmente, el interés por los biosurfactantes se incrementó por sus aplicaciones en la industria y el ambiente, principalmente en los sectores de la alimentación, cosmética, recuperación de crudo, remediación de sitios contaminados y aplicaciones en la agricultura.

Según los investigadores, para tener un proceso de producción económicamente competitivo se deben utilizar sustratos económicos o desechos de la agroindustria que disminuyan los costos de producción, y desarrollar procesos eficientes. De este modo, el grupo de profesionales se ocupó de trabajar con sustratos económicos que disminuyan los costos de producción de moléculas activas de alta actividad.

En tal sentido, el equipo trabajó con diferentes fuentes de carbono y una de ellas fue el glicerol. En la producción de biodiesel, el glicerol es obtenido como un subproducto sin valor comercial, que se acumula sin tener una disposición final.

Por otro lado, desde el laboratorio estudian la optimización de las condiciones de cultivo para la producción de estos metabolitos, por ejemplo modificando ciertas variables como el pH, la temperatura, aireación se induce a que la bacteria libere más o menos sustancia. De esta manera, se busca mejorar todas las condiciones para producir la liberación de todas estas biomoléculas en mayor cantidad, ya que las mismas poseen un amplio campo de acción y actúan también en suelos y sedimentos.

Otra aplicación potencial dentro de la industria petrolera, está relacionada con la recuperación del petróleo (siglas en ingles MEOR -Microbial Enhanced Oil Recovery). Este proceso utiliza microorganismos productores de biosurfactantes con el objetivo de reducir las tensiones de la interfase entre el petróleo, el material rocoso y la fase acuosa presente en el interior de los poros de esa matriz, mejorando la fluidez de los hidrocarburos y promoviendo la recuperación del crudo residual.

A nivel biológico, los biosurfactantes pueden actuar como antibacterianos, antifúngicos, antimicoplasmas y antivirales, a través de mecanismos que involucran la desestabilización de membranas biológicas, observadas por los especialistas en ensayos realizados en el laboratorio del Área de Agroalimentos de la FAUBA.

El importante trabajo de investigación no sólo es beneficioso en los aspectos referidos, sino que de acuerdo a lo expresado por la Dra. Miyazaki.: "Estamos formando recursos humanos que aprendan a utilizar residuos del agro para obtener productos útiles y de alto impacto. El proceso de la surfactina sobre el petróleo es conocido, pero el proceso de la elaboración de la surfactina desde esta bacteria y con este sustrato específico, es original".

Por las razones expuestas, señor Presidente, y dada la importancia que investigaciones como la aquí mencionada representan para el cuidado de las personas y el medio ambiente, solicito el acompañamiento de mis pares para la aprobación del presente proyecto de resolución.