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PROYECTO DE TP


Expediente 2026-D-2015
Sumario: EXPRESAR BENEPLACITO POR EL 200 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE " SAN JUAN BOSCO ", PATRONO DE LA PATAGONIA ARGENTINA EL 16 DE AGOSTO DE 1815 Y EL 140 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA DE LOS PRIMEROS SALESIANOS DE DON BOSCO A LA REPUBLICA ARGENTINA, EL 14 DE DICIEMBRE DE 1875.
Fecha: 21/04/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 33
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Expresar su Beneplácito por el 200º aniversario del nacimiento de SAN JUAN BOSCO, patrono de la Patagonia Argentina, ocurrido el 16 de agosto de 1815 y el 140° aniversario de la llegada de los primeros Salesianos de Don Bosco a la República Argentina, el 14 de diciembre de 1875; y adherir a los festejos que conmemoran estos trascendentes acontecimientos para nuestra historia nacional.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


En la localidad de I Becchi - comuna de Castelnuevo D'Asti , entre las colinas de Monferrato a 30 km de Turín, capital del Piamonte, nació JUAN MELCHOR BOSCO, el 16 de agosto de 1815, hijo de Francisco Bosco y de Margarita Occhiena. El 17 de agosto recibe las aguas bautismales en la parroquia de Castelnuevo. Sus padres eran campesinos y muy pobres, muy cristianos y tenían 3 hijos: Antonio (nacido de un primer matrimonio de Francisco), José Luís y Juan Melchor (del segundo matrimonio). Debido a una pulmonía fulminante, el 12 de mayo de 1817 moría Francisco Bosco, dejando viuda a los 29 años a Margarita Occhiena con sus tres hijos. En ese año se produjo una gran sequía en la zona por la cual toda la población cayó en una hambruna que la joven viuda tuvo que afrontar con sus tres hijos.
Pese a que doña Margarita era una campesina analfabeta se dedicó por entero a la educación cristiana de sus hijos. Les enseñaba el catecismo que sabía de memoria; los inició en la oración sencilla y confiada dirigida al Padre Dios. Cuando Juanito tenía 8 años lo llevó a un sacerdote para que se confesara, recibiendo así orientaciones morales muy seguras. Entre los 9 y 10 años Juanito aprendió a leer y escribir de la mano del sacerdote y profesor José Lacqua. Más tarde escribiría don Bosco esto; "Todos me querían para que fuera su juez o amigo. Yo procuraba hacer el bien que podía y no hacer el mal a nadie".
En estos mismos años de su infancia tuvo un sueño que le quedó grabado por toda su vida. "Me parecía encontrarme ante un grupo de muchachos que se divertían. Unos reían, otros jugaban, muchos blasfemaban (decían insultos contra Dios y los santos). Esto me llevó a enojarme y me lancé con gritos y golpes para hacerlos callar. En eso, apareció un hombre de figura majestuosa y magníficamente vestido. Un manto blanco lo cubría y su rostro resplandecía de tal manera que no se lo podía mirarlo en los ojos. El me llamó por mi nombre, me ordenó ponerme a la cabeza de esos muchachos y me dijo: "No con los golpes sino con la mansedumbre y la caridad deberás ganar la amistad de estos chicos. Empieza de inmediato a enseñarles la fealdad del pecado y la belleza de la virtud.". Confundido y asustado respondí que yo era un pobre muchacho incapaz de hablar de religión. Entonces los muchachos dejaron de pelear y de blasfemar y se juntaron alrededor del personaje que hablaba. Yo pregunté: - ¿Quién es Ud. que me ordena cosas imposibles? - Tú las harás posibles por la obediencia y la adquisición de la ciencia - ¿Y cómo podré adquirir la ciencia? - Yo te daré la Maestra bajo cuya dirección llegarás a ser sabio- Y, ¿quién es Ud. para que me hable de esa manera? - Yo soy el Hijo de aquella a quien tu madre te enseñó a saludar tres veces al día. - Mi madre me prohibió hablar con extraños sin permiso, dígame su nombre.- ¿Mi nombre? Pregúntaselo a mi Madre. En ese momento vi a una Señora de aspecto majestuoso, vestida con un manto resplandeciente como si estuviera cubierto de estrellas. Dándose cuenta de que yo estaba turbado, ella me pidió acercarme y me tomó suavemente de la mano. -Mírame dijo. Yo miré y vi que los muchachos habían desaparecido y en su lugar había cabritos, perros, gatos, osos y otros animales. - Este es tu campo de acción - me continuó diciendo. Y agregó:- Aquí deberás trabajar. Hazte humilde, fuerte y robusto y el cambio que vas a ver producirse entre estos animales tú deberás provocarlo entre mis hijos. Volví a mirar y en lugar de los animales feroces aparecieron otros tantos corderos llenos de dulzura que balaban y saltaban en todos los sentidos como para festejar a ese señor y a su madre. En el sueño me puse a llorar por no saber claramente lo que significaba, pero la señora puso su mano sobre mi cabeza y me dijo: - A su tiempo todo lo comprenderás. Ante estas palabras un ruido me despertó y todo desapareció de mi vista. Juanito vio en este sueño su futura misión: educar y ser amigo de los jóvenes y muchachos y usar para esto no la fuerza sino la bondad, entendió que Jesús y María eran quienes lo habían llamado para esta misión. Al narrar Juan al otro día este sueño a su familia, su hermano José le dijo:- Tú serás pastor de ovejas y cabritos. Su hermano Antonio- que no lo quería mucho- agregó: - Tú serás el jefe de salteadores. En cambio, su madre Margarita le dijo: - Tal vez...tal vez con esto llegue a ser sacerdote! Y la abuela concluyó: - No hay que darle tanta importancia a los sueños".
Juanito Bosco era un niño campesino robusto y trabajador, ágil, muy inteligente y de muy buena memoria. En estos primeros años se destacaba como buen narrador. A sus muchachos y amigos les traía ejemplos escuchados en los sermones de los domingos en la iglesia del pueblo. Al final de los discursos les enseñaba a rezar y a hacer la señal de la cruz y a invocar a la madre de Dios. También, los hacía divertir con ejercicios acrobáticos; le gustaba correr, trepar los árboles, caminar sobre una cuerda tensa, caminar con los brazos y dar saltos espectaculares. Así entre acrobacias y rezos Juanito educaba a los niños y adultos que se le acercaban.
Con mucha probabilidad un 26 de marzo de 1826, en la fiesta de Pascua, Juanito Bosco hizo su Primera Comunión. Tenía unos 11 años. Más tarde- ya como educador- recomendará a sus niños que reciban cuanto antes la Primera Comunión bastando que sepan distinguir entre "pan" y "Pan" y que tengan una instrucción suficiente.
Para evitar conflictos con su hermano Antonio su mamá Margarita le dijo que fuera a vivir por un tiempo con la familia de los Moglia. Allí se dedicó a cuidar las vacas del establo. Además de realizar estos trabajos los días domingos pedía permiso para ir a la Misa en la iglesia del pueblo a una hora de distancia.
En noviembre de 1829 el Capellán Juan Caloso observó con suma atención al jovencito Juan Bosco que asistía con mucha devoción las celebraciones del Jubileo. Le preguntó si entendía los sermones y Juan Bosco le repitió de memoria todos los sermones. Lo invitó a progresar en sus estudios del latín. Don Caloso le animaba a Juanito para que se confesara y recibiese la Eucaristía. Él mismo escribirá más tarde;" En esta época comencé a gustar lo que era la vida espiritual". Pero, al poco tiempo don Caloso se enferma por un derrame cerebral, y Juanito pierde a su primer y gran amigo.
Durante el curso de 1830 la familia Bosco se reparten sus bienes y se dividen. Antonio se quedó con la casa paterna. Margarita y Juan vuelven a estar juntos. José se instaló en una granja de Susambrino. En la década del treinta Juan quedó en libertad para estudiar y ser sacerdote para los jóvenes.
A comienzos del año 1831 Juan Bosco empezó a asistir a la Escuela Parroquial de Castelnuovo para terminar sus estudios básicos. Todos los días recorría unos 20 km. desde su casa a la Escuela. Haga frío o calor, días de sol o de lluvia. Soportaba vientos y heladas. El 3 de noviembre de 1831 Juan Bosco entró en la Escuela Secundaria de Chieri a tan solo unos 10 Km. de Turín. Debido a su edad e inteligencia logró hacer tres cursos en un año y fue siempre el primero entre sus compañeros. Estando en Chieri se hospedaba en la casa de Lucia Matta. Margarita le pagaba con productos del campo y Juan debía hacer oficios domésticos para pagar el resto de la pensión.
Durante su permanencia en Chieri, Juan Bosco creó la "Sociedad de la Alegría", un grupo juvenil con muchachos de la zona a fin de sacarlos de la mala vida de la calle y hacerlos más buenos. Así surgió un pequeño reglamento que expresaba: 1) Ninguna acción ni palabra que pueda avergonzar a un cristiano se debe hacer ; 2) Cumplir bien con los deberes escolares y religiosos y 3) Estar siempre alegres. Domingo Savio- su alumno predilecto- dirá más tarde; "Nosotros hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres". Los paseos, los juegos, las carreras, el canto y la oración eran expresiones de la "Sociedad de la Alegría". Los miembros de esta simpática sociedad se reunían los domingos por la tarde para jugar, ver las acrobacias de Juan y escuchar sus palabras.
En el otoño de 1832 Juan Bosco empezó el tercer año de Gramática. En dos años en Chieri hizo los Cursos de Humanidades y Retórica. El 4 de agosto de 1833 , de manos de Mons. Juan Antonio Gianotti, recibe el sacramento de la Confirmación. El Espíritu Santo haría de este joven un auténtico cristiano y un apóstol incansable de los jóvenes. Juan era un gran lector: se leyó numerosos libros de la Biblioteca de Pomba, se adelantó en la literatura italiana y hasta leyó a autores latinos. Leía hasta la medianoche.
Durante su adolescencia Juan cultivó profundas amistades de las que destacamos algunas: Pablo Braja, compañero de escuela y modelo de virtudes cristianas Jacobo Leví -judío- llamado "Jonás": se hizo cristiano por el bautismo recibido cambiando su nombre por Luís, Luís Comollo, su mejor amigo. Juan escribirá luego su vida y será este su primer libro en el cual se destacaba su mansedumbre evangélica y su experiencia de vida espiritual.
En esos años Juan piensa en su futuro: ser sacerdote diocesano y atender al pueblo en una parroquia o tal vez hacerse religioso franciscano. Hechas las averiguaciones del caso, Mamá Margarita recibe la noticia del párroco José Comollo y le decía: "Está todo listo y considerado: yo le aconsejaría que NO ENTRE EN EL CONVENTO sino que reciba el hábito clerical (la sotana) y no tenga miedo de perder la vocación. Con las prácticas de piedad y una vida retirada superará todos los obstáculos".
Juan era pobre y no podía pagar su estadía en el Seminario. Entonces, y por iniciativa de su amigo Evasio Savio le dijo que se vaya hasta Turín y que hablase con Don José Cafasso, un sacerdote joven y muy estimado en toda la región. Este lo recibe muy bien y le dice que termine tranquilamente sus estudios que alguien le pagará lo que sea necesario. Consiguió del teólogo Guala - su benefactor- para que abonase los estudios de Juan Bosco.
La vestición clerical - recibir la sotana - era un paso importante para todo aspirante al sacerdocio. El 25 de octubre de 1835 se realizó la ceremonia de la vestición en la iglesia de Castelnuovo. Juan tenía 20 años. Juan recuerda lo que le dijo su madre Margarita antes de entrar al seminario: - Mira Juan: has vestido el hábito sacerdotal. Siento la alegría que una madre puede sentir. Recuerda que el hábito no honra a tu estado sino la práctica de la virtud. Prefiero tener un pobre campesino antes que un sacerdote descuidado de sus deberes. Si alguna vez tienes dudas de tu vocación por favor no deshonres este hábito. Cuando naciste yo te consagré a la virgen María y lo seguí haciendo hasta el día de hoy". La misma tarde a las 18 hs Juan entraba al Seminario donde permanecerá hasta el día de su ordenación sacerdotal.
Durante 6 años permaneció Juan Bosco en el Seminario de Chieri preparándose para ser sacerdote. El arzobispo de entonces era Mons Franzoni. Le llamó la atención un cartel en latín que decía "Las horas corren lentas para los afligidos, rápidas para los corazones alegres". Y haciendo un comentario le dijo a su mejor amigo Garigliano: -"Mira, nuestro lema de la sociedad de la alegría. En el seminario se regía por un horario muy rígido y exigente que pretendía favorecer el estudio y la formación y la piedad. Juan Bosco se encontró, entonces con tres problemas (o defectos) importantes: Primero, existía una distancia entre los superiores y los seminaristas. No había familiaridad, faltaba la benevolencia entre educadores y educandos. Segundo; que junto a chicos de acrisolada virtud los había también chicos con malas costumbres, chicos peligrosos por sus malas conversaciones que traían libros prohibidos y figuras para nada decentes. El horario del seminario impedía la comunión diaria. La sagrada comunión se daba solo los domingos y otras grandes festividades. Para ir a comulgar Juan tenía que salir de la fila, pasarse por entre los compañeros que se dirigían al comedor para el desayuno y pedir la Comunión en la iglesia de San Felipe.
Por su buena conducta y aplicación en los estudios Juan Bosco recibía todos los años un premio de 60 Liras que correspondía a media pensión en el Seminario.
A fines del tercer año de Teología a Juan Bosco le nació la idea de que - aprovechando los ratos libres de las vacaciones- quería ganar un año de estudios. Se dirigió entonces al arzobispo Franzoni para estudiar los tratados del Cuarto Año en las vacaciones para poder de este modo hacer el Quinto Año y terminar pronto todo el año escolástico. El arzobispo le concedió el permiso. Bajo la férrea mano del párroco de Castelnuovo el teólogo Cinzano- Juan se preparo y rindió con sumo éxito los exámenes. De esta manera hizo la Teología de cinco años en cuatro.
Durante las vacaciones de los años del Seminario Juan Bosco ayudaba en los trabajos del campo de su casa, mientras leía y escribía. Realizaba trabajos de costura, zapatería y carpintería. Enseñaba el catecismo a los niños y jóvenes y también les enseñaba a leer y a escribir. Oyendo al sacerdote del pueblo como hacia los Sermones, aprendió en la práctica a realizarlos también, pero de forma popular utilizando un lenguaje sencillo y adaptado al entendimiento de la gente común, haciendo comparaciones sencillas y prácticas para que todo el mundo entienda y aprenda las enseñanzas que dejaba el sermón.
El 29 de marzo de 1841 Juan recibía el Diaconado y el 26 de mayo empezaba sus Ejercicios Espirituales preparándose para su ordenación sacerdotal. Durante sus ejercicios se propuso: "Ocupar rigurosamente el tiempo; padecer, obrar, humillarse en todo, (siempre cuando se trate de salvar almas) y la caridad y la dulzura de san Francisco de Sales me guiarán en todo". Juan Bosco fue ordenado sacerdote por su Arzobispo Mons. Luís Franzoni, el 5 de Junio de 1841, en la iglesia de la Inmaculada Concepción de Turín. Junto con él se ordenaron 42 sacerdotes, 26 Diáconos y 25 Subdiáconos. Al día siguiente- fiesta de la Santísima Trinidad celebró su primera misa en el altar del Ángel Custodio de la iglesia de San Francisco de Asís. Dijo: "Este fue el mejor momento de mi vida. En el momento de los difuntos recordé a don Caloso y a don Cafasso quienes me ayudaron para ingresar al seminario como dos grandes benefactores". El lunes 7, celebro la segunda misa en Turín; el martes 8 la tercera misa en Chieri y el jueves 10 celebró la misa en Castelnuovo. Por la tarde se encontró con su madre Margarita quien le dijo: "Ahora que eres sacerdote estás más cerca de Jesús: No he leído tus libros, pero recuerda de que empezar a decir misa es comenzar a sufrir. De ahora en adelante piensa solo en la salvación de las almas".
A don Bosco, recién ordenado sacerdote, se le ofrecen varios campos de trabajo. Don Bosco le consulta a don Cafasso y éste le aconseja no aceptar estas ofertas. En cambio, si pudo entrar en el Colegio Eclesiástico de San Francisco de Asís que don Cafasso dirigía en Turín para estudiar Teología Moral y completar la formación sacerdotal. Allí se quedará don Bosco durante tres años. Durante el día visitaba hospitales, cárceles, institutos de beneficencia. Predicaba y enseñaba el catecismo a niños y jóvenes.
Don Bosco conoció más de cerca la ciudad de Turín y descubrió la pobreza y abandono de muchos de sus jóvenes. La ciudad contaba con 125 mil habitantes, de los cuales unos 30 mil eran pobres, Entre ellos había: vendedores ambulantes, vendedores de fósforos, distribuidores de volantes, lustrabotas, limpiachimeneas, mozos de café, picapedreros, albañiles, estucadores, adoquineros, enladrilladores, entre otros. Don Cafasso invita a don Bosco a visitar a los jóvenes de la cárcel. De a poco va conociendo la realidad de la ciudad y va tomando conciencia de ello. El delito más común era el robo por hambre o por envidia de otros. El año 1846 don Bosco asistió a la ejecución de un condenado a la horca. Don Bosco le perdonó los pecados en una confesión y le dio la comunión. En el momento de la ejecución Don Bosco perdió el conocimiento y se desmayó. Según consejo de don Cafasso nunca más asistió a una horrible ejecución de un condenado al patíbulo. Luego de este triste sucedo don Bosco se dedicó por entero a formar Oratorios en Turín para educar a la juventud perdida. En 1850 ya había unos 15 de estos oratorios fundados por San Felipe Neri.
Entre 1841 y 1844 Don Bosco permaneció y estudió con alegría y tesón en el Colegio Eclesiástico de Turín. Este había sido inaugurado en 1817 por el teólogo Luís María Guala. La espiritualidad del C. E. estaba basada sobre la doctrina de San Francisco de Sales (1567-1622) y de San Alfonso María de Ligorio (1696-1787). Existía la convicción de que las almas se ganan con la bondad. Don Bosco consideraba a San Francisco de Sales como modelo de los educadores: en la amabilidad sentó la base de su Sistema Preventivo. Veía también en San Felipe Neri como modelo de apóstol y amigo de los jóvenes. Decía "Estad alegres" y "Me basta que no comentan pecados". Y a San Vicente de Paúl don Bosco lo veía como modelo de apóstol de los pobres y necesitados que encarna el espíritu de servicio y de caridad.
El 10 de Junio de 1843 Mons Franzoni le entregó los permisos con los que le reconocía el poder de confesar y de perdonar los pecados. En la tarea de confesar seguía las orientaciones de San Alfonso María de Ligorio, de Don Cafasso y de don Guala. Don Bosco ayudaba a los jóvenes dando una norma muy sencilla: si no sabes cómo expresarte di solamente al confesor que te ayude. Luego, el confesor lo hará todo lo demás. En los años que estuvo en el Colegio Eclesiástico se consolidó la persuasión de que, no con el rigor sino con la bondad podía llevar a las almas a Dios. La coronación natural de la confesión era la comunión sacramental a la que muchos de sus niños se acercaban todas las semanas.
Al terminar el Curso en el Colegio Eclesiástico don Bosco fue nombrado Director espiritual del Hospital de Santa Filomena (para niñas enfermas y discapacitadas) bajo la dirección de la Marquesa Barolo. Hubo también otras obras de caridad, tales como la Casa del Refugio (para mujeres públicas) y la Casa de las Magdalenas (para chicas en peligro, menores de hasta 14 años). La marquesa permitió que don Bosco atendiera también a las mujeres de sus obras sin descuidar a sus muchachos. El grupo de jóvenes que atendía don Bosco se trasladó cerca del Refugio en donde estaba la marquesa. Allí, junto al teólogo Borel, don Bosco reunía a sus muchachos los fines de semana para la enseñanza de la catequesis y otras actividades. Este oratorio se llegó a llamar Oratorio de San Francisco. de Sales en honor al santo de la caridad cristiana por su dulzura y el buen trato con las personas. Después de siete meses y viendo que los muchachos de don Bosco hacían mucho bochinche en toda la manzana la marquesa se cansó de los gritos, juegos y carreras de esos jóvenes, pues, los consideraba peligrosos para las chicas del Refugio y le pidió a Don Bosco que se vayan a otro lugar. Buscando un lugar definitivo El 25 de mayo de 1845 Don Bosco reunió a todos su muchachos en la iglesia de San Pedro ad Vincula que estaba junto un cementerio. Don Bosco había reunido aquí cerca de unos 300 muchachos los fines de semana para sus actividades recreativas. Y luego de correr, saltar, cantar y gritar provocó el enojo de la señora cuidadora del lugar, pues, los chicos no respetaban el lugar del cementerio, lugar de silencio y de paz. Y tuvo que irse a otro lugar. Por una recomendación de Mons. Franzoni Don Bosco reunió a sus muchachos en la capilla de San Martín- muy cerca de los molinos del río Dora. Pero, como en las veces anteriores, este oratorio también duró muy poco: los vecinos protestaron ante las autoridades y los echaron porque consideraban un poco peligrosas esas reuniones por alterar el orden público y crear disturbios. Nuevamente en la calle, en noviembre de 1845 don Bosco consiguió tres piezas en una casa particular del sacerdote Moretta a pocos pasos del Refugio de la marquesa de Barolo. Este oratorio duró cuatro meses y fue desalojado por los vecinos. Enseguida consiguió un prado de los Hermanos Filippi en la zona de Valdocco, pero, como don Bosco estaba un poco cansado, medio enfermo y escupía sangre algunos pensaron que ya estaba un poco loco. Y entre dos sacerdotes se lo llevaron al manicomio. Se cuenta aquí que el santo de los jóvenes se burló de ellos, haciéndolos subir a ellos dos primero y cerrándoles la puerta del coche con fuerza. Don Bosco quedó afuera y los dos sacerdotes fueron al manicomio.
Por fin, en marzo de 1846 se le acercó un tal Pancracio Soave y le ofreció un cobertizo que pertenecía a don Francisco Pinardi y allí se quedó para establecer su oratorio. El teólogo Borel firmó un contrato de pagar todos los años 300 liras al propietario Sr. Pinardi. La casa tenía una sala grande para una Capilla y dos salas menores: una para la sacristía y la otra para la bodega de materiales varios. El 12 de abril- fiesta de Pascua- se inaugura este oratorio que se llamo Oratorio San Francisco de Sales, ya en forma definitiva.
Además de dedicarse don Bosco a la educación y evangelización de los jóvenes fue también un gran escritor popular. "Vida de Luís Comollo" (1844); "Historia Eclesiástica" (1845) , "El joven instruido" (1847) y "Una historia sagrada" (1847). Estos libros Don Bosco los escribía a altas horas de la noche ya que de día estaba absorbido por sus actividades apostólicas.
Para que su Oratorio funcionase muy bien Don Bosco necesitaba una capilla para dar el catecismo, rezar, celebrar la santa misa y la confesión. Además requería de un patio para que los jóvenes se divirtieran, jugaran, gritaran, saltaran y charlaran libremente con sus amigos, luego de los momentos de meditación y de silencio. Para afrontar el problema de la ignorancia de muchos de sus jóvenes Don Bosco organizó clases dominicales de lectura para los analfabetos. Las clases de daban por la noche de lunes a viernes en donde se enseñaba a leer, escribir y un poco de catecismo. Para eso don Bosco escribió un libro que tuvo seis ediciones titulado "El Sistema métrico decimal para uso de los artesanos y gente del campo" con las cuatro operaciones fundamentales de la aritmética. Para dar un poco de orden y estabilidad a la obra, Don Bosco empezó a escribir en 1846 un reglamento para el Oratorio. Y de allí surgieron las famosas "Compañías", es decir, fue como un elemento esencial para la educación y formación entre sus muchachos. Eran como un grupo de jóvenes que se reunían semanalmente para avanzar en su conducta y formación y ayudar así a sus compañeros a ser mejores. El reglamento pedía: dar buen ejemplo, frecuentar los sacramentos de la eucaristía y la reconciliación, evitar los malos compañeros y practicar el amor y la caridad. Y esto último fue lo que paso cuando asoló el cólera en toda Italia. Los jóvenes de don Bosco no se contagiaron de la enfermedad cuando fueron a atender a tantos que padecían de dicho malestar, pues, llevaban en sus pechos el escapulario de María Auxiliadora, la virgen que los protegía de todo mal. Se cuenta que en toda Italia perecieron unas 2.436 personas de esta terrible enfermedad.
El 16 de junio de 1846 subía al trono de Pedro en Roma el Papa Pío IX el cual llegaría ser un gran amigo de Don Bosco. Gobernaría a la Iglesia Católica por espacio de unos 30 años. Pío IX (de nombre José Ferreti) mostraba un profundo sentido de justicia social y durante su largo gobierno hizo reformas que resultaron justas. Estableció la libertad de prensa, instituyó un Consejo de Estado con la participación de los laicos y autorizó la formación de una guardia cívica. Por eso se le exaltó a Pío IX como el realizador de la unidad y de la independencia italiana. Tanto en Roma como en Turín hubo manifestaciones políticas a favor del Papa Pío IX.- Estos fueron los años más convulsionados por revoluciones en toda Europa. En 1848 hubo revoluciones en Paris, Viena, Berlín, Budapest, Venecia, Milán y la guerra de la liberación en contra de Austria.
Después de las crisis del Oratorio con motivo de la guerra, Don Bosco elevó una petición al Ministro del Interior con el propósito de obtener una ayuda para sus jóvenes aprendices. Un domingo por la tarde tres senadores se llegaron hasta Valdocco para visitar y conocer la obra de Don Bosco. La impresión fue positiva. Estos señores senadores vieron como actuaban los jóvenes de don Bosco: jugaban por los patios y prados, los observaron como rezaban en la capilla, se informaron del Internado y la zona aledaña. El resultado del saldo fue: la institución del distinguido sacerdote Juan Bosco se manifiesta eminentemente religiosa, moral y muy provechosa. Sería un gran daño a la ciudad si debiese interrumpir su labor por la falta de recursos. Nuestra comisión cura una instancia al Ministerio del Interior para que acuda eficazmente en tan útil y ventajosa obra". Y se labró el Acta correspondiente. El Senado envió una ayuda 300 liras y además, el ministro Urbano Rattazi le ayudó con 2.000 liras más.
Desde los inicios de su apostolado, Don Bosco se preocupó por la educación de jóvenes aprendices y trabajadores. Su atención del Oratorio festivo estaba centrada en una serie de actividades a favor de estos jóvenes. Hemos visto ya los cursos dominicales, las escuelas nocturnas y la Casa Anexa al oratorio para el alojamiento y comida para los más pobres y que eran huérfanos de padre y madre. Los aprendices asistidos por don Bosco se comprometían a trabajar con seriedad para alcanzar la excelencia de su profesión. En 1850 don Bosco creó con los trabajadores una Sociedad de Socorros Mutuos entre los socios de la Compañía de San Luís en el Oratorio de San Fco. de Sales. En el año 1853 comenzaron los talleres para aprender zapatería y sastrería. Los primeros maestros fueron Don Bosco y su madre Margarita. En 1854 se inició el taller de Encuadernación. En 1856 el taller de Carpintería y mueblería. En 1861 empezó el taller de imprenta donde se imprimieron "las Lecturas Católicas". En el año 1862 se abrió el taller de cerrajería, precursor de los talleres de mecánica.
Un día del verano de 1857 Don Bosco fue recibido por el ministro de Justicia y del Interior don Urbano Rattazzi. A pesar de tener ideas anticlericales apreciaba la obra de Don Bosco y lo que se hacía en el Oratorio. Le había pedido a Don Bosco si pudiera admitir a uno de los suyos en el Oratorio. El 28 de noviembre de 1854 y junto al ministro de Finanzas don Camilo de Cavour envió al Parlamento una ley sobre "el cierre de conventos que no se dedicaran a la educación, a la asistencia de enfermos ni a la predicación". Esta ley se llegó a llamar "ley Rattazzi" y fue aprobada y promulgada por el Rey Víctor Manuel el 29 de mayo de 1855. Muy interesado don Rattazzi en la continuidad de la obra de los Oratorios que dirigía Don Bosco, lo invitó a crear una Sociedad de clérigos y laicos para que la sostuvieran y la continuaran luego más tarde. Don Bosco se admiró de esta flamante propuesta. De pronto se le iluminó los futuros proyectos que ya tenía en su mente. Comprendió entonces, que era posible fundar una CONGREGACIÓN que sea como una "asociación de libres ciudadanos que se unieran y vivieran juntos para hacer obras de beneficencias".
El 9 de diciembre de 1859 Don Bosco reunió a 9 jóvenes del Oratorio y les propuso formar la "Pía Sociedad de San Francisco de Sales" para la educación de los jóvenes. Esta sociedad o congregación tenía por finalidad "la santificación de los socios, la gloria de Dios y la salvación de las almas" especialmente de los más necesitados de instrucción y educación. Luego se formó un consejo o Capitulo superior cuyo superior fue el mismo don Bosco. Miguel Rúa fue elegido como Director Espiritual, el clérigo Ángel Savio como Ecónomo y como Consejeros fueron elegidos: Juan Cagliero, Juan Bonetti y Carlos Ghivarello. El 4 de mayo los primeros 22 socios- invitados por don Bosco- prometieron a Dios observar las Reglas haciendo los votos de "pobreza, castidad y obediencia". Primera aprobación de Roma (1864) El 23 de junio de 1864 la Congregación de obispos reconocía y aprobaba la existencia de la nueva asociación - dejando para más tarde la aprobación definitiva de sus Reglas. Después, Don Bosco dedicó sus esfuerzos a conseguir para el superior de la Sociedad Salesiana el poder de presentar al Obispo los candidatos para las ordenaciones. Don Bosco viajó hasta Roma el 30 de noviembre de 1873 para lograr la aprobación definitiva de las Constituciones Salesianas. Luego de pasar por algunos inconvenientes menores, el 13 de abril de1874 se publica el decreto de la Congregación de Obispos y Regulares que aprobaba definitivamente las Reglas de la Sociedad Salesiana.
Don Bosco llamó "Sistema Preventivo" a su método para educar a los jóvenes y adolescentes. Ya en su sueño de los 9 años se le mostró el campo de su misión: los jóvenes y se les mostró el método: "No con golpes sino con la mansedumbre y la caridad deberás ganarte a éstos tus amigos". Y doña Margarita Occhiena -su madre- educó con sabiduría en su corazón los fundamentos de los valores evangélicos. La figura de San Francisco de Sales despertó en el joven Juan Bosco el interés por imitar su bondad: "La caridad y la bondad de San Francisco de Sales serán mi norma" se había propuesto el día de su ordenación sacerdotal. Don Bosco- estando en el Oratorio- procuró educar a los jóvenes usando estas tres fáciles palabras: RAZÓN - RELIGIÓN - AMABILIDAD y así aprendió en la práctica educativa una pedagogía real y efectiva.
Juan Pablo II comenta el Sistema Preventivo en 1988 con motivo del Centenario de la muerte de Don Bosco, en una carta llamada "Juvenum Patris" (Padre de los jóvenes), el Papa presenta algunos rasgos del sistema educativo de Don Bosco. 1.- RAZÓN: la "razón" en la que Don Bosco cree como don de Dios y el quehacer del educador señala los valores del bien, los objetivos que hay que alcanzar y los medios y modos que hay que emplear. La razón invita a los jóvenes a una relación de participación de los valores captados y comprometidos. El educador moderno debe saber leer con atención los signos de los tiempos a fin de individualizar los valores emergentes que atraen a los jóvenes: la paz / la libertad / la solidaridad / la justicia / la comunión / la promoción de la mujer / el desarrollo y las necesidades ecológicas. 2.- RELIGIÓN: este segundo término indica que la pedagogía de Don Bosco es "trascendente" en cuanto que el objetivo último de su educación es "formar creyentes". Don Bosco solía decir que, los pilares del edificio de la educación son la Eucaristía y la Penitencia, de devoción a la Santísima Virgen, el amor a la Iglesia y a sus pastores. Su educación es un itinerario de oración, de liturgia, de vida sacramental y de dirección espiritual. 3.- AMABILIDAD: El amor se traduce en la dedicación del educador como persona totalmente entregada al bien de los educandos, estando con ellos en el patio, dispuestos a afrontar sacrificios y fatigas por cumplir su misión. Había dicho don Bosco: "aquí me siento bien con vosotros, mi vida es precisamente estar con vosotros". "Lo importante es no solo querer a los jóvenes sino que ELLOS SE DEN CUENTA de que son queridos ". El educador no solo es visto como "superior" sino también como "padre, hermano y amigo". Don Bosco se complacía en utilizar el término "familiaridad" para definir como tenía que ser el trato entre educadores y alumnos.
Don Bosco soñó siempre con ser misionero. Ya en el tiempo de Don Cafasso- si éste se lo permitía- quería ir a las misiones. También tuvo presente este ideal de misionero cuando funda la Pía Sociedad de San Francisco de Sales. Con motivo del Concilio Vaticano I varios obispos allí presentes le pidieron a Don Bosco que enviara salesianos a las diócesis de China, EE.UU. y Egipto. Durante tres años Don Bosco estudió diversos países de misiones para descubrir cuál era el lugar de aquel lejano sueño de los 9 años. Finalmente, un día le llegó la petición de ir a la Argentina, esto lo orientó hacia los indios de la PATAGONIA. Esta sería la región de su futura misión. A fines de 1874 le proponían desde Argentina aceptar una parroquia italiana de Buenos Aires dedicada a la "Madre de la Misericordia" y dirigir un colegio nuevo en San Nicolás de los Arroyos sobre la ribera del Paraná. El cónsul argentino en Savona (Italia) seguía con sumo interés la labor de los salesianos de la Liguria. Y apoyó esta iniciativa a través del párroco Gazolo, nacido cerca de Génova. Monseñor Federico Anieros -el arzobispo de Buenos Aires y el párroco Ciccarelli- ambos estaban muy contentos de que vinieran los salesianos a esta parte de América.. La petición de esta propuesta había sido escrita por Don Bosco en el Capítulo de la Congregación del 22 de diciembre de 1874. El programa constaba de tres puntos: 1) enviarían algunos salesianos que se dedicasen a la juventud pobre y abandonada, (catequesis, escuelas y oratorios festivos); 2) los salesianos tomarían el colegio nuevo de San Nicolás y 3) que los salesianos fuesen enviados también a otros lugares del país, en especial a la Patagonia. En uno sus sueños él describe como eran estos habitantes: "de anchos hombros, enorme cabeza, cabellos negros, poca barba y una altura de casi 2 metros. Su ferocidad estaba de acuerdo al ambiente: incultos, corrían a caballo rapidísimamente y estaban armado de cuchillos y lanzas". El 1 noviembre de 1875 partía desde Italia la primera expedición salesiana enviada y bendecida por Don Bosco hacia Buenos Aires. Fue el lanzamiento de un nuevo fermento entre alumnos y salesianos jóvenes. Se multiplicaron las vocaciones al estado eclesiástico. Crecieron las peticiones para entrar en la Congregación Salesiana. El ardor misionero se apoderó de todos.
La primera expedición misionera contaba solo con 10 salesianos: 6 sacerdotes y 4 hermanos coadjutores. El jefe del grupo era don Juan Cagliero de 37 años. El primero de noviembre de 1875 el Papa Pío IX recibió a los miembros de la expedición misionera salesiana y los bendijo. El 11 de noviembre Don Bosco dio el adiós a los misioneros en el Santuario de María Auxiliadora. Les dirigió un largo sermón, Cada misionero llevaba un papelito con un recuerdo dado por su padre Don Bosco. Entre esos recuerdos se destacan estos tres principios: + Buscad almas, no dinero, ni honores, ni dignidades; + cuidad de los enfermos, los niños, los viejos y los pobres y os ganaréis la bendición de Dios y la benevolencia de los hombres y + amaos mutuamente, corregíos mutuamente, no se tengan envidias ni rencores, que el bien de uno sea también el bien de todos".
El día 14 los misioneros se embarcaron en el vapor "Savoie" con un último mensaje de Don Bosco: "Hagan lo que puedan. Dios hará los demás. Confíenlo todo a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y veréis lo que son los milagros".
Después de esta primera expedición misionera a América Don Bosco envió otras 10 expediciones más: en noviembre de 1876 con Don Bodrato y don Lasagna; en noviembre de 1877 con don Costamagna, don Vespignani, Don Milanesio y las primeras Hijas de María Auxiliadora; y las expediciones de los años 1878, 1881, 1883, 1885,1886 y 1887.En 1888 había casi 150 salesianos y 50 Hijas de María Auxiliadora en América del Sur. Y se radicaron en Argentina, Uruguay, Brasil, Chile y Ecuador.
En Argentina se radicaron primero en Mater et Misericordiae, iglesia que atendía a la numerosa colectividad italiana en la zona del Congreso. También llegaron a los barrios de La Boca y Almagro. Otro pequeño grupo se fue a San Nicolás de los Arroyos, el primer colegio salesiano más antiguo de la Argentina.
El 11 de diciembre de 1887 Don Bosco celebró con dificultad su última misa en su capilla privada junto a su dormitorio. Ya tenía bastante fiebre y con todo eso quería confesar. El día 20 al atardecer ya no podía mantenerse de pie. Se fue a la cama para no levantarse más. La enfermedad tuvo tres periodos distintos. El primero, que se podía morir de un momento a otro. El segundo, que hubo una notable mejoría y el tercero, que se desarrolló la crisis definitiva. El 23 de diciembre Don Bosco pidió que alguien le administrara la Unción de los Enfermos. El 24 de diciembre Mons. Cagliero le administro la Unción de los Enfermos antes de ir a celebrar la misa en el templo de María Auxiliadora. Don Bosco rezaba: "Que se haga la voluntad de Dios". Tres eran los médicos que lo atendieron durante sus últimos instantes. Durante su enfermedad Don Bosco tenía dolores de cabeza, dolores en la columna vertebral, fiebre, náuseas, vómitos, inapetencia, insomnio, respiraba con dificultad. El 29 de diciembre hizo llamar a don Rúa y a Don Cagliero y les dijo: "Ámense como hermanos, ayúdense y sopórtense como hermanos. No les faltará la ayuda de Dios ni de la María Auxiliadora."
La mañana del 22 de enero se perdió toda esperanza. Don Bosco empezó a empeorar rápidamente. Los dolores de la enfermedad eran atroces. A don Bonetti que estaba a su lado le dijo: "Dile a mis muchachos que los espero a todos en el Paraíso". El 29 de enero- fiesta de San Francisco de Sales, recibió la última Comunión. Estaba sereno y tranquilo. Los médicos anunciaron que Don Bosco moriría al amanecer del día 31 de enero. La noticia corrió como reguero de pólvora por todo el Oratorio. Don Rúa permitió que los jóvenes solo pasaran a besare la mano. Se acercaron alumnos del oratorio y de los otros colegios. Su rostro parecía sereno y normal con el crucifijo en el pecho. Todo el día duró esta procesión. En esos precisos momentos se recibió la noticia de la llegada de los Salesianos al Ecuador. El 31 de enero a las 2 de la mañana, don Rúa- luego de pasar la estola sobre su cuerpo y recitar algunas oraciones, y luego de decirle a Don Bosco "le pedimos perdón por todos los disgustos causados por nuestra culpa " y luego de pedirle por última vez su paternal bendición, Don Bosco, el fundador de la congregación salesiana y el "patrono de la juventud" entregó su alma a Dios a las 4,45 hs. del día 31 de enero de 1888 a los 72 años de edad, 5 meses y 15 días.
Mons. Cagliero se quitó la estola y se la puso en los hombros de Don Bosco y en sus manos colocó el crucifijo que tantas veces él había besado.
Después de la muerte de Don Bosco se presentó el problema sobre el lugar para depositar sus restos. Los salesianos deseaban enterrarlo en un sitio cerca del templo de María Auxiliadora. Pero las normas legales vigentes de entonces no se los permitían. Después de hacer algunas averiguaciones en Roma y en Turín se llegó a la conclusión de que: los restos mortales de San Juan Bosco sean depositados en Valsálice, lugar considerado fuera de la ciudad, y muy cercano a Valdocco, en el Seminario de las Misiones. Los funerales se realizaron con solemnidad el jueves 2 de febrero de 1888. La cantidad y recogimiento de las personas que participaron fueron extraordinarios. Decía un diario turinés "Los funerales de Don Bosco no ha sido menos que un soberano". El redactor del diario "La Defense" de Paris dijo que: "Dos cosas me ha impresionado últimamente en Italia: el Jubileo del Papa en Roma y los Funerales de don Bosco en Turín". El sábado 4 de febrero fueron llevados los restos mortales de Don Bosco a Valsálice. Aquí permanecieron los restos mortales del Padre y Maestro de los jóvenes hasta el 9 de junio de 1929 con motivo de su beatificación.
El 2 de junio de 1929, a los 41 años de su muerte, el Papa Pío XI -que había conocido personalmente a Don Bosco en octubre de 1883-, lo declaraba Beato. El 1 de abril de 1934, en la solemne celebración de la Pascua de Resurrección, el mismo Pío XI declaraba SANTO a Don Bosco en la basílica de San Pedro en Roma en la clausura del 19° Año Santo del Redentor. En su homilía el Papa proclamaba santo a Don Bosco porque se había "entregado totalmente a la gloria de Dios y a la salvación de las almas". El amor de Dios y al prójimo fue el centro de su vida. Don Rúa declaró en el proceso de canonización de don Bosco en 1895 "La vida de don Bosco fue definida muy apropiadamente por el Card. Alimonda como una constante unión con Dios". En toda su obra, en todos sus discursos, siempre tenía la mira en Dios y su gloria, y sabia hablar de una manera tan amable que hacia agradable la conversación. En todas las circunstancias sabía escoger la ocasión para exaltar la bondad del Señor y su Providencia.
Juan Pablo II en su visita a Turín dijo el 3 de septiembre de 1988 que "la razón de su vida fue la santidad": Don Bosco como cristiano bautizado vivió como hijo querido del Padre Dios, como seguidor fiel de Jesús, buen pastor, buen samaritano y presente en la Eucaristía y con plena disponibilidad a la acción del Espíritu Santo. Junto a San Juan Bosco se formaron otros santos reconocidos por la Iglesia: San José Cafasso, Santo Domingo Savio y los beatos Miguel Rúa, Felipe Rinaldi y don Luis Orione y Santa María Dominga Mazzarello, la co-fundadora de las Hijas de María Auxiliadora.
En nuestro país la familia salesiana prolonga la obra que iniciara Don Bosco. Educa, asiste, contiene y promueve a decenas de miles de niños, niñas y jóvenes por medio de colegios, parroquias, capillas, hogares, oratorios, misiones y nuevas presencias en los barrios más humildes de las grandes ciudades. Notables ciudadanos se han formado en sus aulas y patios. Entre ellos el presidente Don Arturo H Illia, Carlos Gardel y el actual Pontífice Francisco.
Es mucho lo que la República Argentina debe agradecer a Don Bosco y a sus salesianos, por ello solicito la aprobación de este proyecto.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
IANNI, ANA MARIA SANTA CRUZ FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
RELACIONES EXTERIORES Y CULTO (Primera Competencia)
Dictamen
Cámara Dictamen Texto Fecha
Diputados Orden del Dia 2246/2015 - DICTAMEN CONJUNTO DE LOS EXPEDIENTES 2026-D-2015, 2953-D-2015 y 3457-D-2015 CON MODIFICACIONES 27/07/2015
Trámite
Cámara Movimiento Fecha Resultado
Diputados APROBACION ARTICULO 114 DEL REGLAMENTO DE LA H CAMARA DE DIPUTADOS; COMUNICADO EL 04/09/2015 CONJUNTAMENTE PARA LOS EXPEDIENTES 2026-D-2015, 2953-D-2015 y 3457-D-2015 APROBADO