La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Homenajear al diputado nacional (mc) Alfredo Pedro Bravo al cumplirse el 5º aniversario de su fallecimiento.

Señor presidente:

El próximo 26 de mayo se cumplirá el quinto aniversario de la desaparición física de Alfredo P. Bravo, miembro de esta H. Cámara entre el 10 de diciembre de 1991 y el día de su fallecimiento.

Destacar el período en el que Bravo fue legislador no es una mera formalidad; sino un modo de recordar que le tocó serlo durante la segunda y extensa década infame, cuando el endiosamiento del mercado derivó en la procaz concentración de la riqueza y la generalización de la pobreza. A lo largo de ese proceso, la banca de Bravo fue una trinchera de lucha contra la destrucción de la producción nacional, el remate de las empresas públicas, la privatización de la explotación de nuestros recursos naturales, el incrementó hasta el límite de la fraudulenta deuda externa, la fragmentación de los sistemas educativos y de salud, el vaciamiento de las instituciones y el adormecimiento de la memoria.

Muchos eran los antecedentes que convalidaban a Bravo cuando, allá por 1991, parte de la ciudadanía porteña lo eligió para que representara en esta Cámara la resistencia a la barbarie neoliberal: su dilatada carrera como educador; su participación en el largo proceso unificador del gremialismo docente; su desempeño como secretario general de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA); su condición de co-fundador y co-presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos; su calvario durante la dictadura militar; su contundente testimonio en el juicio que condenó a las tres primeras juntas militares que comandaron la dictadura; su renuncia al cargo de subsecretario para la Actividad Profesional Docente cuando el entonces Presidente Raúl Alfonsín, impulsó las leyes de Punto Final y Obediencia Debida; su subsiguiente rechazo de una jubilación de privilegio y su decisión de volver a usar el guardapolvo blanco de los maestros hasta alcanzar la edad del retiro laboral.

De donde no se retiró fue de la práctica política que inició siendo un adolescente en el hoy más que centenario Partido Socialista. En las elecciones de 1989 integró como candidato a vicepresidente la fórmula de Unidad Socialista, alianza que -al mismo tiempo- lo postuló para ser diputado nacional por la Capital Federal. En esa ocasión, los comicios le resultaron esquivos a ese hombre que acababa de recibir un premio especial de la UNESCO por su contribución a la educación y a los derechos humanos; pero su nombre quedó instalado entre los porteños que un par de años después lo consagrarían diputado de la Nación.

Antes de que finalizara su primer mandato, los votantes de la Ciudad lo consagraron diputado constituyente y, como tal, intervino en la reforma constitucional de 1994.

En 1995 y 1999 encabezó las listas de candidatos a diputados por la Ciudad de Buenos Aires propuestas por sendas coaliciones integradas por su partido. En 2001, fue candidato a senador nacional y obtuvo los votos necesarios para consagrase como tal. Sin embargo, la misma justicia electoral que le había permitido competir a través de dos boletas diferentes, le impidió sumar los votos obtenidos a través de cada una y -en consecuencia- asumir la banca que por voluntad popular le correspondía.

En las elecciones presidenciales de abril de 2003, Bravo fue el candidato del socialismo. Estaba a punto de cumplir 79 años y, a pesar de ello, hizo lo que sería su último: carente de recursos económicos recorrió el país de punta a punta en su viejo coche amarillo para difundir la propuesta de su partido.

Las semanas posteriores a los comicios no fueron calmas y en la madrugada del 24 de mayo su salud se quebró. Cuarenta y ocho horas después falleció.

A pesar de los cinco años que transcurrieron desde su muerte, el querido Alfredo sigue presente en esta casa política y no pasa día sin que alguno de los que aquí trabajan evoque una anécdota del "Viejo" en la que él queda retratado como lo que realmente fue: un buen tipo.

Porque honró a esta Cámara con su presencia, solicitamos el apoyo de nuestros colegas a esta iniciativa.